Larreta cambia de estrategia para amigarse con la comunidad educativa

🤥 El cambio discursivo está vinculado con la resistencia de las familias que durante las últimas semanas se negaron a llevar a sus hijes a las escuelas por temor a la escalada de contagios.

Hay un cambio de postura discursiva dentro del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta. Sólo discursiva, porque en los hechos todo sigue igual. Mientras este lunes volvieron las clases presenciales al distrito más afectado por el COVID, respecto a la cantidad de contagios y personas fallecidas cada 100 mil habitantes, el discurso ahora es menos confrontativo con las familias de la comunidad educativa. ¿A qué se debe esto? El cambio de estrategia de la ministra Soledad Acuña no es en vano y existen al menos dos puntos esenciales que sopesaron en esto. Uno es, evidentemente, los números de imagen positiva que recaen sobre la figura del Jefe de Gobierno, y el otro sobre la contundencia en el ausentismo de chicas y chicos que no fueron a las escuelas porque las familias decidieron no enviarlos en este contexto epidemiológico. En la última encuesta de Analogías realizada en todo el distrito porteño, se desglosa que el presidente Alberto Fernández mantiene sus 46 puntos de imagen positiva, el mismo nivel que lo registrado en el mes de febrero. En cambio, Horacio Rodríguez Larreta registró una caída del 13% respecto a febrero.

Frente a esta situación, Larreta aparentó mover algunas fichas pero en el fondo no cambia nada. Una de esas fichas era adherirse a un cese de las clases presenciales que fuera en sintonía con el DNU Presidencial, pero que al mismo tiempo mostrara autonomía de la Ciudad porque decidió además suspender las clases virtuales. Este “manotazo” del Jefe de Gobierno coincide, en parte, con su baja credibilidad en un sector del electorado que siempre lo acompañó, ya que esa porción ve con buenos ojos medidas restrictivas en la Ciudad para que bajen los contagios. Pero entonces, ¿por qué no prolongó otra semana el cese de clases presenciales? Una respuesta concreta es que Larreta hace equilibrio entre sus simpatizantes que piden medidas restrictivas, y su espacio político que le exige que desobedezca el DNU presidencial y que haga su propia jugada.

En varias entrevistas, la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, reforzó la idea de que la asistencia a las aulas es una invitación que hace el Gobierno de la Ciudad a todas las familias y les pidió que aquellas que tengan miedo por el contexto epidemiológico, que vayan a las escuelas a ver “cómo se cumple el protocolo”, y señaló: “no vamos a castigar a los chicos ni van a quedar libres ni les vamos a sacar la vacante”. En la misma entrevista brindada al medio oficialista porteño LN+, Acuña repitió uno de los postulados de campaña que tiene el gobierno de Larreta: “los chicos que no aprenden hoy, tendrán trabajos precarios mañana”, dando a entender que la falta de clases presenciales va a perjudicar el futuro de cientos de miles de chicos y chicas. Un axioma contrafáctico que intentaron instalar sin éxito en cada una de las entrevistas brindadas en medios alineados.

El cambio discursivo que en un principio fue de confrontación con aquellas familias que no querían llevar a sus hijos a las escuelas, se transformó en algo más amigable, y sin lugar a dudas está relacionado, también, con la resistencia de la comunidad educativa que durante las últimas semanas se negó a llevar a sus hijes a las escuelas por temor a la escalada de contagios. “La presión de las familias es muy fuerte, y ya hace varias semanas que miles de ellas no llevan a sus chicos a las escuelas por miedo a los contagios, este es un punto que el gobierno porteño tiene en cuenta aunque sólo sea en su discurso mediático”, dijo en diálogo con El Grito del Sur Gabriela Di Felice, integrante de la organización Retorno Seguro a las Escuelas. Además, Di Felice afirma que los últimos fallos judiciales que amparan a las familias y obligan al gobierno porteño a no pasar las faltas, es otro punto fuerte del cambio discursivo de Acuña. “No nos tenemos que olvidar del juicio político a los jueces de la Corte Suprema como consecuencia de su fallo a favor de las presenciales en CABA, son todos hechos que repercutieron en la sociedad y se suman al fuerte repudio de la semana pasada donde no solamente suspendieron las clases virtuales y presenciales, sino además la entrega de viandas para los chicos y chicas”, agrega Di Felice. “Las familias tenemos bronca por esto que hicieron, pero sobre todo mucho miedo que nuestros pibes se contagien”, remata.


Algunos rasgos característicos en el cambio de discurso de Acuña

“Entendemos que hayan familias que tengan miedo”, agregó en la misma entrevista Acuña. “Es algo que uno no puede decidir, por eso los invitamos a que vengan a la escuela, que vean cómo se cumple el protocolo, cómo los chicos cumplen con las medidas. Si aún así las familias siguen con temor, no vamos a castigar a los chicos ni van a quedar libres ni les vamos a sacar la vacante”, indicó el domingo a la noche la titular de la cartera educativa.

En este punto, quizá el más evidente de todos, sólo hubo un cambio discursivo, dado que en la práctica el Ministerio de Educación porteño sigue amedrentando a los equipos de conducción para que manden los listados, con nombre y apellido, de las y los estudiantes que no concurren a clases por decisión de sus familias. “Le vamos a dar elementos para la continuidad pedagógica, pero no podemos garantizar que cada chico tenga la misma oferta educativa que los que van de forma presencial”, aseguró en pantalla Acuña, mientras este mismo fin de semana las escuelas enviaban correos electrónicos a las miles de familias que decidieron que sus hijos e hijas no vayan a las clases presenciales, advirtiendo que “aquellos alumnos/as que no concurrieron a clases los días previos a la suspensión de las mismas, deben llevar el certificado médico para justificar las inasistencias”.

El cambio de estrategia discursiva acompaña la postura de miles de familias, y también los últimos números negativos que pegaron fuerte en la gestión de Larreta. En la misma encuesta de Analogías publicada la semana pasada, hacen un apartado especial sobre las clases presenciales y el funcionamiento del sistema educativo en pandemia. Ante la pregunta sobre cómo debe plantearse la actividad pedagógica, el 35% opinó que debe ser bimodal (presencial y virtual), casi un 30% sólo virtual y el 25% opinó que debe ser 100% en forma presencial. Sin embargo, casi el 70% opinó que el Gobierno de la Ciudad debe garantizar la modalidad virtual para los niños y las niñas cuyas familias opten por la modalidad a distancia.

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Martín Suárez

Periodista y locutor nacional; Diplomado en Periodismo y Educación (Universidad Torcuato Di Tella). Actualmente escribo en Tiempo Argentino y hablo en AM 530 Somos Radio. Trabajé en Radio El Mundo, Radio Rivadavia, Radio Belgrano y me desempeñé como corresponsal de Buenos Aires para NTN24