Larreta insiste con la idea de «presencialidad o nada»

😕 Sin clases virtuales ni canastas escolares. El Jefe de Gobierno empieza a alinearse con las medidas nacionales, pero sigue sin responder a las demandas de sindicatos, estudiantes y familias.

Luego de un mes sostenido de conflicto por la discusión acerca de la presencialidad en las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires, con paros docentes, amparos judiciales y un ping pong de conferencias de prensa de por medio, esta semana el Gobierno de la Ciudad decidió finalmente suspender la presencialidad en las escuelas. Pero la burbuja de esperanza en lo que parecía una victoria de la comunidad educativa se pinchó rápidamente -como muchas burbujas escolares- luego de que el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, anunciara que durante el miércoles 26, el jueves 27 y el viernes 28 de mayo no solo no habrá actividad presencial en los edificios escolares, sino que no habrá ningún tipo de actividad escolar, coartando así la posibilidad de que docentes y estudiantes puedan continuar con el dictado de clases de manera virtual. ¿Cómo se lee este anuncio? ¿Por qué se suspende todo tipo de actividad educativa en las escuelas? ¿Qué reclamos continúan sosteniendo las comunidades educativas? Todo esto lo responden representantes de UTE y Ademys, los gremios mayoritarios de la Ciudad, en diálogo con El Grito del Sur.

Haciendo un breve balance de lo sucedido desde el 19 de abril -fecha en la que debía suspenderse la presencialidad en las escuelas del AMBA, de acuerdo a lo ordenado por el DNU emitido por el presidente Alberto Fernández -, la secretaria de Prensa de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), Paula Galigniana, expresa: «Nosotros comenzamos con medidas de fuerza desde ese momento. Veníamos reclamando desde la semana anterior e incluso el mismo día en que se comunicó el DNU habíamos realizado un paro docente pidiendo la suspensión de la presencialidad hasta que bajaran los casos y se descomprimiera el sistema de salud», señala. «Cuando salió ese DNU creimos que el Gobierno de la Ciudad iba a atenerse a la norma y frente a lo ocurrido ese domingo, previo a la vigencia del DNU decidimos empezar con las medidas de fuerza y realizamos 14 días de paro docente. Lo único que recibimos como respuesta del Gobierno de la Ciudad fue hostigamiento, presiones y mucho maltrato no solo para los docentes sino también para las familias que elegían no mandar a sus hijos a las escuelas», sigue.

«Es más de un mes de una lucha constante exigiéndole al Gobierno porteño que pasemos a un sistema educativo virtual en la Ciudad de Buenos Aires por los motivos que todos conocemos. El Gobierno de la Ciudad viene negándose sistemáticamente y rechazando la inclusión de las familias y de la docencia. Lo que hacen ahora es nuevamente una especie de capricho de niño rico, es decir, siguen diciendo no a la virtualidad», sentencia Galigniana.

«`Presencialidad o nada‘, es un poco la consigna de este Gobierno», opina por su parte Jorge Adaro, secretario general adjunto de Ademys. Tras un largo debate al respecto, que ocupó infinitas horas en programas de radio y televisión, que se plasmó en incontables portales digitales y hasta se coló en las mesas familiares, los sindicatos docentes creen que la decisión anunciada esta semana por Rodríguez Larreta no hace más que reafirmar el desconocimiento de la realidad educativa y desmerecer la educación virtual que se puso en práctica en las escuelas de todos los niveles de la Ciudad a partir de marzo del 2020. «Vamos a una franja de 9 días donde hay que cuidarse y guardarse, pero el Gobierno porteño dice suspensión de las clases. No hace un pase a la virtualidad sino que define que no va a haber clases por tres días y que los recuperaremos en el mes de diciembre, volviendo a insistir con el concepto de presencialidad o nada», dice Adaro.

Y advierte: «Esto no deja de ser una clara medida de disciplinamiento hacia la docencia. Esto de tener tres días sin clases es una decisión del Gobierno porteño, la docencia lo que viene pidiendo es el pase a la virtualidad. Nosotros entendemos que podría haberse trabajado en ese sentido y es con lo que vamos a insistir a partir del 31 de mayo: que vuelva un sistema virtual y que volvamos a tener contacto con nuestros alumnos y alumnas de manera virtual por el desarrollo de la pandemia. Entendemos que en nueve días esto no va a estar resuelto, y que efectivamente una manera de bajar la circulación es sin la actividad escolar presencial», agrega el dirigente gremial.

Si bien el Gobierno porteño decidió tomar medidas más restrictivas y alinearse a lo ordenado por el Ejecutivo nacional, a diferencia de los últimos dos anuncios, ¿se puede hablar de un verdadero acoplamiento a las medidas sanitarias ordenadas en el DNU presidencial? «En realidad no está aceptando. La realidad epidemiológica lo obliga a tomar esta decisión, pero la decisión no es acatar el decreto nacional, porque Larreta suspende las clases, no suspende la presencialidad», responde Galigniana. La secretaria de prensa de la UTE plantea que Larreta «no acepta que los docentes mantengamos el vínculo virtual con los alumnos, y además da de baja la entrega de canastas alimentarias dispuesta para la semana que viene». «Evidentemente lo que sigue haciendo es un marketing político-electoral usando la educación como caballito de batalla y lo que está demostrando en los hechos es que con su política -durante los días que decidió desobedecer el DNU- hubo mucha más incertidumbre, menos horas de clase, muchos más casos, además de los docentes y personal de las escuelas que han fallecido, lo cual no es menor. Esa presencialidad forzada terminó con más del 46 por ciento de las burbujas pinchadas y con una presencialidad que no superaba el 20 por ciento en las aulas», sentencia.

A pesar de que, tal como expuso anteriormente, Adaro no cree que la medida de Larreta vaya en sintonía con el reclamo que sostienen desde hace un mes y medio los gremios de la Ciudad, sí reconoce que la administración porteña debió ceder en su posición sobre las escuelas «porque estamos ante un escenario realmente muy grave en cuanto al COVID, la pandemia y la situación del sistema sanitario de todo el país, pero de la Ciudad de Buenos Aires en particular». Y sostiene que la suspensión por completo de la actividad escolar durante la próxima semana se debe a que «la virtualidad dejaría al desnudo que no hubo ningún tipo de inversión ni de voluntad política por resolver cuestiones elementales como la conectividad, además de computadoras o elementos que permitan la comunicación».

En ese sentido, Galigniana repone: «Hace dos días se cumplió un año del primer reclamo que nosotros le hicimos (al Gobierno de la Ciudad) por conectividad y dispositivos para poder mantener pedagógicamente a la totalidad del alumnado. Pero se niega sistemáticamente: se negó a repartir las computadoras que el año pasado le entregaba Nación, se negó a repartir las tarjetas de conectividad que repartía el ENACOM e incluso fue suspendido un supervisor que repartió de todas formas esas tarjetas en un distrito de muy bajos recursos. Es claro el posicionamiento del Gobierno de la Ciudad: es una política de campaña donde cree que sosteniendo esos slogans mentirosos la ciudadanía no se va a dar cuenta de lo que viene pasando hasta el día de hoy y lo que sucede en cualquier escuela de la Ciudad».

Por último, en cuanto al balance de los últimos acontecimientos, ambos sindicatos coinciden -aunque con matices- en que «no habrá una victoria real hasta que el Gobierno de la Ciudad no ponga a la política sanitaria por encima de cualquier otra cosa y para eso se necesita que acepte el pase a la virtualidad el tiempo que sea necesario».

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El Grito del Sur es un medio popular de la Ciudad de Buenos Aires.
Fundado el 23 de septiembre de 2012 en el natalicio de Mariano Moreno.