La participación social es una cuestión ambiental

🌎 En el Día Mundial del Ambiente indagamos en la situación de la Cuenca Matanza-Riachuelo y las consecuencias de la contaminación en los habitantes de la ribera.

El Día Mundial del Ambiente, instaurado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el año 1977 para exponer la necesidad de informar y sensibilizar sobre la situación ambiental, es una oportunidad para describir cuestiones que habitualmente no están asociadas a lo ambiental, que como un todo -y no mera suma de situaciones- requiere de acciones tangibles e intangibles para mejorar la calidad ambiental para las personas.

Una de las cuestiones ambientales a considerar son los aspectos sociales, que tienen que ver con el rol dado y asumido por la población humana que se encuentra en un lugar específico. La Cuenca Matanza-Riachuelo es uno de los espacios más densamente poblados de nuestro país y con situaciones variadas en su estructura territorial, no solo desde aspectos físicos, sino también desde la manera en que está ocupada por la gente que la habita. Desde sus nacientes en la cuenca alta de características rurales a los espacios urbanizados de cuenca media y baja en donde se encuentran los principales conflictos ambientales con el río. Toda esta gente que puebla la Cuenca tiene improntas culturales, sociales y económicas muy diversas que le dan riqueza en esa complejidad, que como parte del desarrollo humano desde aspectos ambientales debemos incluirles en espacios de participación social organizada. No solamente desde ámbitos gubernamentales, sino también en el entramado del tejido social de la propia población.

Desarrollar instancias participativas para compartir miradas, opiniones e información entre las personas que habitan y viven situaciones locales comunes genera a su vez pedagogía sobre la tolerancia, respeto e inclusión en la construcción de acuerdos colectivos que fortalecen el rol ciudadano democratizando la sociedad. La participación social permite la expresión de diferentes voces y la articulación con las responsabilidades gubernamentales estatales como herramienta para enriquecer las soluciones posibles de alcanzar en las acciones que impacten sobre la vida de las personas.

Vivir en cercanías del Riachuelo-Matanza tiene diferentes características según los distintos sectores del recorrido del río. Hay lugares complejos por su vulnerabilidad hídrica (inundaciones), por la situación habitacional precaria o por carecer de infraestructuras de servicios básicos, por ejemplo, en que las respuestas suelen requerir de intervenciones complejas y tiempo.  Aquí es más necesaria la instrumentación de procesos participativos para optimizar recursos y mejorar las decisiones aplicadas.

Las acciones ambientales integrales deben ser acompañadas de procesos de participación social y no solo para informar a la población, siendo parte de esa acción incluir las voces de la población beneficiaria para completarla, considerándola partícipe activa de la decisión política ambiental.

Por Fabio Márquez (director de la Comisión de Participación Social)

Compartí

Comentarios