La agenda verde crece al calor de las luchas juveniles

🌱 En el Día Mundial del Ambiente conversamos con dos jóvenes representantes de algunas de las principales organizaciones ambientales que vienen marcando agenda en nuestro país.

Con múltiples problemáticas ambientales que se suceden a diario en distintas latitudes del mundo y ante una nueva conmemoración del Día Mundial del Ambiente, El Grito del Sur entrevistó a Mercedes Pombo (Jóvenes por el Clima), y Federico Pellegrino, (Eco House), dos voces potentes dentro del activismo verde, acerca de las reivindicaciones del movimiento ambientalista, su incidencia en las agendas de gobierno, un balance sobre los últimos años en los que han protagonizado diversas luchas y reclamos, y el fenómeno de participación juvenil en esta causa. «La juventud como sujeto político históricamente tuvo un rol fundamental a la hora de llevar adelante transformaciones sociales y políticas profundas. Particularmente con la crisis climática, a este componente se suma el hecho también de que nuestra generación probablemente sea la que si no protagoniza estas transformaciones profundas protagonizará sus consecuencias. Los signos de nuestro tiempo hacen que sea un imperativo de supervivencia para nuestra generación poder incorporar este reclamo en nuestros pliegos reivindicativos», sostiene Mercedes Pombo.

En tal sentido, Federico Pellegrino suma: «Desde el surgimiento de Greta Thunberg la crisis climática y ecológica logró instalarse en la agenda pública a nivel internacional, eso hizo que muchas personas preocupadas por el futuro incierto que nos dice la ciencia que tenemos por delante se volcaran a militar por la protección del ambiente». «Desde la juventud entendimos que sin un ambiente sano no puede existir una sociedad sana, es decir, que nuestra calidad de vida está atada al Ambiente. Si hay una empresa que se instala en un río y tira sus residuos allí, ahora no es considerada solamente una injusticia ambiental, sino que también es una injusticia social, porque hay alguien que se está beneficiando de una actividad, que le arruina la vida a las personas que viven en ese mismo río y un claro ejemplo de ello es el Riachuelo», refuerza.

Por una amplia y variada lista de motivos, la realidad muestra hoy que los y las jóvenes expresan no solo una profunda preocupación por la crisis climática, sino fundamentalmente una activa participación y voluntad de incidir en el presente para evitar que se acentue la ya crítica situación ambiental. Y esto se ha traducido en enormes movilizaciones, en pliegos reivindicativos y proyectos de ley. «A raíz de la problemática de los incendios, que en más de un 90 por ciento son intencionales, además de la deforestación ilegal que a pesar de la amplia parálisis económica siguió avanzando durante la cuarentena, entre muchas otras problemáticas que tienen como común denominador el avance de intereses económicos concentrados, exigimos una Ley de Delitos Ambientales, para que todas estas actividades que depredan el medio ambiente tengan consecuencias penales», menciona Pombo en relación a alguno de los ejes que vienen trabajando e impulsando desde las calles y desde el mismo Congreso Nacional.

«También una deuda histórica en materia ambiental es la aprobación de una Ley de Envases con inclusión social, que se pueda entender bajo el concepto de responsabilidad extendida al producto, lo que quiere decir que el productor se tiene que hacer cargo de los materiales que ingresan en el sistema, pagar una tasa por ellos y que eso a su vez se pueda destinar a fortalecer el actual circuito de reciclado y mejorar las condiciones de trabajo de cartoneros y cartoneras», agrega y le da pie a Pellegrino para añadir dos elementos más: la Ley de Humedales, proyecto que actualmente descansa en el Congreso, y la Ley de Etiquetado Frontal, que cuenta con media sanción del Senado y resta esperar aún su tratamiento y votación en la Cámara de Diputados. «A su vez, tenemos que controlar el cumplimiento de tres grandes logros que tuvieron lugar en el último tiempo: la ratificación del acuerdo regional “Escazú”, la implementación de la Ley Yolanda y la Ley de Educación Ambiental», suma.

Esto último sirve como elemento para medir el nivel de incidencia que ha cobrado la militancia ambiental en la agenda legislativa del Gobierno argentino. ¿Se puede afirmar que la gestión de Alberto Fernández ha adoptado la agenda verde? «Es ineludible para cualquier Gobierno incorporar la perspectiva ambiental, sobre todo teniendo en cuenta que las mayores economías a nivel mundial están jerarquizando la problemática del cambio climático. En ese sentido, hay una agenda, pero es importante que esa agenda no esté disociada de otras políticas que toma el Gobierno y que exista un proyecto de país que nos permita tener previsibilidad frente al escenario que nos plantea la crisis climática y ecológica», responde la joven referente de Jóvenes por el Clima.

Por su parte, el líder de Eco House se permite profundizar un poco más sobre este punto. «Por un lado, es real que el Gobierno incorporó la agenda ambiental en el plano discursivo, impulsó la necesaria Ley de Educación Ambiental y se comprometió a reducir las emisiones -reconoce-. Mientras que, por otro lado, sigue sin financiar como corresponde la Ley de Bosques, que el año pasado solo recibió un 4 por ciento del presupuesto establecido, el ministro (de Industria Matías) Kulfas pasea por Veladero y se saca fotos dejando en evidencia que la mina incumple con la Ley de Glaciares y, por último, el Gobierno sigue sin comprometerse con la urgente sanción de la Ley de Humedales que puede perder estado parlamentario este año, entre otros tantos temas pendientes», señala.

En último lugar, a modo de balance, entre el 2019 y la actualidad, período en el que se ha extendido la causa ambiental por todo el territorio nacional e internacional, y conectando esto con el eje anterior, Pellegrino reflexiona: «Logramos muchas cosas, sin embargo, no son ‘trofeos’ que sirven para que colguemos y nos quedemos aplaudiendo entre nosotres, sino que sirven para dejar en evidencia que si nos involucramos, nos organizamos y tenemos las convicciones necesarias podemos lograr lo que buscamos. Son logros que tenemos que usar como motores para seguir ampliando derechos, para que el derecho a un ambiente sano sea una realidad para todos y todas las argentinas, tanto del presente como del futuro».

«Hubo una transformación cultural que en parte tiene que ver con la irrupción de estos movimientos sociales emergentes, pero que también tiene que ver con distintas problemáticas materiales que nos atravesaron en este tiempo y que forzaron de cierta manera algunas discusiones. Entre ellas, por ejemplo, la pandemia, que muchas veces no se enmarca dentro de la crisis socioambiental que estamos atravesando, fue el catalizador de muchas discusiones. Pero al mismo tiempo el estado de excepción permanente hace también que perdamos capacidad de planificar, que es justamente lo que más necesitamos en este momento histórico», concluye Pombo.

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El Grito del Sur es un medio popular de la Ciudad de Buenos Aires.
Fundado el 23 de septiembre de 2012 en el natalicio de Mariano Moreno.