«Tendríamos que estar nosotras en las bancas»

🏳️‍⚧️ Estudiante de abogacía y trabajadora del Ministerio Público Fiscal, la activista travesti Lara Bertolini analiza el panorama que se desprende luego de la sanción de la ley de Cupo Laboral Travesti Trans.

Crítica y punzante, luego de la sanción de la ley de Cupo Laboral Travesti Trans Diana Sacayán-Lohana Berkins, la activista travesti y trabajadora del Ministerio Público Fiscal de la Nación Lara Bertolini habló con El Grito del Sur. “¿Dónde estaba ese transfeminismo que tanto habla de nosotras y pone en sus banderas a las ancestras?”, pregunta la estudiante de abogacía de la Universidad de Avellaneda (Undav), que aún espera que la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) reconozca el derecho de que su femineidad trans figure en su DNI. 

¿Qué significa para vos la sanción de la ley?

En lo personal significa sacarse el peso muy importante de estar luchando políticamente, explicando, yendo a cada territorio a justificar el por qué, cuándo y cómo del cupo laboral trans y visibilizar todo lo que nos pasa. 

¿Cómo fue escuchar tantos senadores/as nombrando a Diana, a Lohana y recordando las luchas travestis y trans?

La tarea de los/as legisladores era informarse sobre lo que le pasaba al colectivo y aún así hubo muchas equivocaciones. A Lohana le han dicho Lorena, a Diana Sacayán le dijeron directamente Sacayáns, muchas terminologías estuvieron erradas. Esto demuestra que, tal como está escrita, la Constitución es binaria y cuando aparecen otras identidades que salen de lo femenino y masculino les cuesta establecer un correlato. Igualmente reconozco que fue la primera vez en mi vida que escuché a tantos legisladores decir las palabras travesti, transexual y transgénero.

Quedó muy en evidencia que faltan personas trans en las bancas.

A mí me molestó que nos hicieran entrar a todas las militantes travestis y trans en los balcones mientras ellos y ellas votaban leyes para el colectivo trans siendo parte del mismo pink washing, como si fuésemos objetos de decoración mientras las personas cis están discutiendo sobre nuestras vidas. Tendríamos que estar nosotras en las bancas o ser asesoras de los/as senadores/as, porque a ninguna de las travas que nombraron en sus discursos las llamaron como asesoras. Es fundamental que haya personas trans cuando se piensan políticas enfocadas en estos colectivos porque, por ejemplo, no se habló de la edad jubilatoria, sabiendo y repitiendo como mantra el promedio de vida del colectivo de memoria. Tampoco se pensaron licencias por tratamientos hormonales o cirugías, que no son medicalizaciones ni patologizaciones, sino recursos que tiene la sociedad para permitir que la persona llegue a ser quien desea ser. 

En ese sentido es fundamental que, más allá de la sanción de la ley, se controle la forma en la que se va a aplicar.

Ahí hay que hacer una gran crítica a los partidos políticos y las organizaciones no gubernamentales. Yo me pregunto qué va a pasar con las personas trans de más de 40 años, si van a entrar en esos puestos las ancestras que no dan con el modelo prototípico de la trans-norma y la trans-hegemonía. Las racializadas, las que no son trans universitaries de 20 años.

Por eso queda pendiente la jubilación trans o el proyecto de ley Reconocer es Reparar.

La ley de Reconocer es Reparar está basada en la leyes que se sancionaron en Alemania y en España por las torturas hacia la comunidad LGBTI. La diferencia es que esas personas, más allá de que escondían su identidad, eran partícipes del Estado, votaban, tenían trabajo. En nuestro país, la comunidad travesti y trans no fue parte del Estado hasta el 2012. Entonces, ¿qué van a reparar? ¿Qué pensión nos van a dar? Creo que el término de reparación es cómodo para no hacerse cargo del delito de Lesa Humanidad que significa la persecución identitaria que se dio desde la década del ’50 hasta el 2016 inclusive a través de todo el aparato del Estado con los edictos policiales y la Iglesia para la criminalización, tortura y exterminio del colectivo travesti-trans. A las travestis y trans mayores de 50 años hay que indemnizarlas, porque ese daño ya no puede ser reparado. Después, en todo caso, se podría pensar una jubilación o pensión honorífica para las mayores de 40.

¿Cuáles son las deudas que le quedan al movimiento feminista con el colectivo trans?

Yo invito al movimiento feminista hegemónico que mire la plaza de ayer. No llegamos ni a ocupar un cuarto de la explanada de los Dos Congresos. ¿Dónde estaba ese transfeminismo que tanto habla de nosotras y pone en sus banderas a las ancestras? Éramos las mismas de siempre. Ayer quedó en claro la hipocresía de ese feminismo. Dejemos de usar el término transfeminismo como una lavada de cara para empezar a asumir que no hay compromiso emocional por parte del feminismo hegemónico.

¿Qué queda hacia adelante?

Hoy las militantes políticas que fuimos al hueso en la necesidad de un cupo laboral travesti y trans dejamos en manos de las que están dentro de las organizaciones políticas y partidarias que articulan con los poderes del Estado la responsabilidad de ejecutar el cupo de manera plena y en total coherencia. Yo desde mi lugar voy a seguir reclamando cuando sea necesario por el lado de la justicia, que es donde trabajo y es fundamental. No vamos a poder pensar una justicia feminista mientras haya una estructura judicial patriarcal, si no cambiamos quién escribe las leyes no vamos a lograr modificar la manera en la que se implementa la estructura.

Compartí

Comentarios

El Grito del Sur

El Grito del Sur es un medio popular de la Ciudad de Buenos Aires.
Fundado el 23 de septiembre de 2012 en el natalicio de Mariano Moreno.