Orgullo de Trava

🏳️‍⚧️ Luego de la memorable sanción de la ley de Cupo Laboral Travesti-Trans, Paula Arraigada, integrante del Parlamento de Mujeres de la Legislatura porteña, escribe sobre esta victoria.

Toda lucha tiene mística y parte de ella intentaré mostrar en breves líneas. El proyecto de ley de Cupo Laboral Travesti Trans nació en los suburbios, donde vive la patria sublevada del 45, donde se convive con el sonido de la necesidad con el quejido del estomago por el hambre y la cumbia que alborota los sentidos y los lleva al clímax .

Creció en los lupanares y en las esquinas como un canto ahogado por la esperanza que nunca llega, pero que ronda como un lobo que aprieta sus dientes por última vez. Pero el proyecto se santificó en el altar del Instituto Patria cuando ella, nuestra Madona santa izó el cartel levándolo al cielo en la vanguardia de nuestras causas. Esas sin patria alegres que cantaban, y en sus estrofas soñaban con derechos que aún no se otorgan, fue posible vivir vidas que les robaron y caminar caminos que les eran prohibidos.

Qué coraje había que tener para ser trava. Qué voluntad de hierro para bancar el agua fría con que te querían lavar el nombre, y castigarte por la osadía de renunciar al privilegio de ser macho. Cuánta bravura había para enfrentar a la cana en los tiempos en que los argentinos eran derechos y humanos. Con Alfonsín y con la democracia comían, vivían y se educaban los de siempre. Las travas no conocieron democracia hasta la era de la santa, porque fue ella quien nos dignificó, nos enamoró y nos llevó a organizarnos sin haber pronunciado nombre.

Así crecieron las guachas, sin escuela ni bandera. Arrojadas a la vida miseria de las privaciones que luego a temprana edad les quitarían. Cantaban esperando la alborada que nos dé descanso a tanta rabia contenida y tanta pena que quiebra el alma pero nunca las ganas de vivir. Y en su canto se oía el grito ahogado, el pretender ser de la gloria robada, la sonrisa esquiva, el grito de la alegría.

El trabajo formal apareció como idea de reparación, eso que educaría a la bruta y la dejaría igual a todas, ese que redime y te hace señora con causa y con apellido. Pero qué difícil ir en busca de ese sueño cuando la realidad se cruza… y el desprecio.

Alguien les gritó: ¡Miserables! son un grupo de amigas que se juntan a tomar mate. Pero en la tertulia, mate a mate se tejieron las quimeras, redactadas en hilvanes por las escasas palabras que serian luego el proyecto que genere oportunidades donde no las había, para que la trava vieja tuviera trabajo registrado y fuera una secretaria, una gerenta o una diputada.

Cómo soñaron, hasta llorar lo que nunca lloraron de imaginarse ejecutivas, aceptadas, mimadas y amadas. Hoy comienza otro tiempo para las travas, uno más feliz, con sonrisas y esperanzas. Tiempo en que muchas van a soñarse trabajadoras y otras lo serán en corto tiempo.


Orgullo de trava vieja, esta Patria y este pueblo.

Orgullo de esas algunas que a pesar de todo siguieron peleándola con coraje hasta el final… pero también orgullo de las que saben que esto es el principio. Que reconocer es reparar.

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