“El lunfardo trascendió las fronteras argentinas”

🗨️🗣️ Del 3 al 5 de septiembre se realizará el primer Congreso Internacional del Lunfardo. El poeta Oscar Conde, uno de sus impulsores, reflexiona sobre el origen de nuestro argot y sus desafíos a futuro, desde el lenguaje inclusivo hasta el trap.

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La Academia Porteña de Lunfardo (APL) anunció que realizará el primer Congreso internacional sobre el vocabulario característico de les porteñes, que hoy ya es parte de la identidad argentina y se presenta como tema de estudio en el mundo. El Grito del Sur conversó con uno de los miembros de la Academia que lleva como lema “El pueblo agranda el idioma”, Oscar Conde, para conocer un poco más acerca de qué es y cómo surgió este vocabulario, qué alcances tiene y cómo se renueva a través de les jóvenes en tiempos de lenguaje inclusivo.

Oscar Conde (60) vive en la Ciudad de Buenos Aires, es poeta, ensayista, profesor universitario y doctor en Letras. Además, es autor y compilador de numerosos libros sobre lunfardo, literatura popular argentina, y sobre la poética del rock nacional y del tango. Entre sus publicaciones se encuentran: “Diccionario etimológico del lunfardo” (2004), “Lunfardo” (2011) y la edición comentada de la primera novela lunfarda “La muerte del Pibe Oscar” de Luis C. Villamayor (2015).

Conde presenta al lunfardo como un vocabulario popular, un argot compuesto por “un repertorio de términos traídos por la inmigración” en su origen, que se rebeló al margen de la lengua general en las ciudades rioplatenses entre 1870 y 1880, y a partir de ahí, con continuidades y discontinuidades en sus términos, nunca dejó de circular en la sociedad argentina y hoy traspasa las fronteras nacionales.

Además, el académico destaca la importancia de lo lúdico en el lunfardo y asegura que no es un vocabulario cerrado, sino que se amplía cada vez más con ayuda de los medios de comunicación masiva e internet.

Algunos de los ejes temáticos propuestos por la Academia para ser abordados en el Congreso, que se realizará del 3 al 5 de septiembre de forma virtual, reflejan cómo el lunfardo aparece en las distintas escenas de la vida social. Entre ellos se encuentran: El lunfardo en la cumbia, el rock, el rap y el trap; Lunfardo y perspectiva de género; Lunfardo y radio; Lunfardo y televisión; El lunfardo en el fútbol, el turf y otros deportes; Creaciones de sentido y cambios morfológicos en el léxico lunfardo; Lunfardo y prensa gráfica; Lunfardo y teatro; Lunfardo y tango; y El lunfardo en la literatura argentina.

¿Cómo nace el lunfardo?

Cuando nace, el lunfardo precipita la llegada de los miles de inmigrantes al puerto de Buenos Aires y de Montevideo, porque no es solo argentino sino también uruguayo. Esa gente viene hablando cada una en su lengua y así nos llega el genovés, siciliano, catalán, gallego, andaluz, francés, etc., y todo eso empieza a crear una especie de vocabulario común que luego permitió reconocer a Buenos Aires como una Babel, es decir, un lugar donde se hablan todas las lenguas. El lunfardo nace de ahí. Lo que pasó fue que todos los hablantes de la región rioplatense empezaron a tomar palabras de los otros hablantes que venían de otro lado. José Gobello, el fundador de la APL, dijo que, y hay que tomarlo como una explicación un poco mítica, “el lunfardo sería en su origen la burla que los criollos le hacían a los inmigrantes al tomar sus palabras y usarlas muchas veces de manera deformada”. Entonces venía un italiano y decía “poleggiare”, y el criollo entendía que eso quería decir dormir y le ponía una “a” adelante, lo acomodaba a la fonética española y decía “apolillar”.

¿El lunfardo toma también palabras regionales?

También en el lunfardo hay palabras del quichua, como “puchu”, que en quichua quiere decir residuo o sobrante, y eso todavía lo usamos hoy de manera familiar, como “me quedó un puchito de la sopa del mediodía”, pero también luego era lo que quedaba de un cigarrillo que se había fumado. Uno podría decir: “¿cómo “pucho” es palabra lunfarda?”. Es palabra lunfarda porque con el sentido de “cigarrillo” surgió en el Río de la Plata.

Oscar Conde. Doctor en Letras y miembro de la Academia Nacional de Lunfardo. 18 de junio de 2021, Buenos Aires, Andrés Wittib.

¿Cómo se diferencia el lunfardismo del argentinismo?

En muchos casos no está tan claro el asunto. Todos los lunfardismos son argentinismos, pero no al revés. Dentro de los argentinismos tenemos una cantidad de palabras que se usan en la Argentina y no en otros países que no son lunfardas, por ejemplo: colectivo, guitarreada, pollera, mozo en lugar de camarero, fósforos en lugar de cerillas. Son vocabulario argentino, pero no tienen lo que tiene todo argot de cualquier lugar del mundo, que es algo lúdico, juguetón, jodón, es una palabra que por algún lado tiene que hacernos sonreír. Yo puedo conocer cómo se dice algo en español, pero si uso la palabra lunfarda, le estoy guiñando el ojo a mi interlocutor como diciendo ‘vos entendés’. Si yo le digo “llego tarde al laburo”, no es lo mismo que “llego tarde al trabajo”, las dos palabras querrían decir más o menos lo mismo, pero todas las palabras que connota la palabra laburo, no las connota la palabra trabajo. Además, sobre los argentinismos, en cada región, en cada provincia y ciudad capital, hay un vocabulario propio que es de uso circunscripto geográficamente a esos lugares.

El Congreso va a ser internacional. ¿En el mundo hay gente interesada por el lunfardo?

Sí, en el mundo hay una cantidad no medida de gente que baila tango de distintas nacionalidades y una porción de esa gente también se interesa en ver qué dicen las letras y entran al lunfardo por ahí. Por otro lado, en Europa está lleno de carreras de romanísticas en las Facultades de Humanidades. Ahí tienen el área de las lenguas romances y mucha gente se interesa por el español, pero menos gente se interesa por el de España cuando descubre las variedades de español que hay en América. Se re copan con el español de Colombia, México y Argentina y así llegan al lunfardo.

¿Por qué el Congreso es en homenaje a José Gobello? ¿Qué aportes hizo al lunfardo?

Gobello fue uno de los fundadores de la Academia Porteña del Lunfardo en 1962 y también un miembro muy importante de la Academia Nacional del Tango. Era periodista y como figura pública fue bastante cuestionable por su ideología, pero vale aclarar que en la APL siempre reinó la mayor libertad ideológica y nunca se habló de política. Le hacemos el homenaje porque es quien crea la Lunfardología, es decir, los estudios lingüísticos sobre el lunfardo. Antes de Gobello, lo que decía todo el mundo, incluidos los profesores de la facultad y escritores como Borges, era que el lunfardo era el lenguaje de los delincuentes. Gobello demostró con pruebas, que esto no era así, que era un lenguaje popular, un lenguaje del pueblo. En 1953, Gobello dio una conferencia sobre lunfardo en el Teatro Cervantes a la que asistió el Presidente Perón. Tuvo tanto éxito que él empezó a escribir sobre lunfardo en los diarios en los que trabajaba y publicó un libro maravilloso llamado Lunfardía, hizo seis diccionarios de lunfardo, más dos diccionarios gauchescos y fue un gran estudioso del Tango.

¿Cómo se transmite el lunfardo? ¿Lo renuevan las nuevas generaciones?

Hay una cantidad de lenguaje que usan los jóvenes que ellos creen que lo inventaron, pero son palabras que tienen 40 o 50 años. Donde yo noto que hubo una liberalidad con el lunfardo es en la radio; antes eso solo pasaba en las FM, pero hoy eso sucede en todos los programas de AM y FM, y ese es un fenómeno interesante porque habla de la difusión, lo cual no quiere decir que todo el mundo use las palabras, sino que todo el mundo las entiende. El grado de expansión del lunfardo debe medirse así por algo que se llama “conocimiento pasivo”. Hace cinco años soy profesor de la materia Lunfardo en Facultad de Folklore de la Universidad Nacional de las Artes, junto con la lingüista Andrea Bohrn, que está muy enfocada en el nuevo lunfardo. Cuando yo era joven también esa era mi preocupación, pero con el tiempo me di cuenta de que los viejos diccionarios de lunfardo estaban incompletos, es decir, nadie se había puesto a estudiar a fondo la literatura de los escritores que escribieron en lunfardo en la década del ‘10, ‘20, ‘30 y ‘40. En la última parte de la materia Lunfardo nos metemos con el lenguaje villero, vemos qué relaciones hay entre una cosa y la otra. Hay un programa que se llama “Corte Rancho” que es muy interesante. En el primer capítulo tratan cómo se habla en las villas y se inventan palabras nuevas que ellos ya no llaman lunfardo sino berretines. Resulta que cuando empiezan a dar los ejemplos, las palabras que usan casi todas son palabras lunfardas que tienen más de cien años, es una locura. Los hablantes por ahí no tienen mucha noción de las palabras que usan los jóvenes, en el sentido de que les parece que son palabras nuevas que inventaron, pero no es así.

«Los hablantes por ahí no tienen mucha noción de las palabras que usan los jóvenes, en el sentido de que les parece que son palabras nuevas que inventaron, pero no es así«. Oscar Conde. Doctor en Letras y miembro de la Academia Nacional de Lunfardo. 18 de junio de 2021, Buenos Aires, Andrés Wittib.

¿Qué palabras del lunfardo detectás como más nuevas?

Lo más nuevo todavía no podemos decir que pertenezcan al lunfardo porque tiene que haber una cierta perduración en el tiempo para que uno diga esto ya está instalado. El 99,9% de las palabras nuevas de un argot salen de les pibes menores de 20 años, ningún adulto inventa una palabra y la empieza a usar todo el mundo, no sucede así. Hay un montón de palabras que usan los jóvenes que hay que ver si quedan, por ejemplo “Fernando” en lugar de “Fernet”, la terminación “ardo”, “está buenardo”. Después tenés el uso de “mal” por “bien”, decir que algo está muy bueno diciendo “mal”. También “buitrear”, “vofi” por vos fíjate, “caber”, “hojaldre” en lugar de ojo, que eso está en el diccionario de Villamayor de 1915 por ejemplo, “alto temaiken el de Wos”, etc. Hay un recurso muy usado en lunfardo que es el juego paronomástico, que es decir una palabra por otra que empieza más o menos igual o con la misma sílaba, por ejemplo: “voy a tomar un Mattioli o Mateyko”, eso se escucha bastante entre gente de 18 y 20 años. También uno tiene que saber quién fue Leo Mattioli, quién fue Mateyko. A la vez, hay juegos paronomásticos que tienen que ver con palabras que se parecen, como uno que empezó en los 90, en la época de la pizza con champagne en la quinta de Olivos que se empezó a llamar al champagne como “champú”.

Lo tenemos super incorporado.

Sí, además hay palabras que han dejado de usarse en un momento por 20 o 40 años y después vuelven. Eso es re loco. Como por ejemplo la palabra “chabón”, que entre las décadas del 50 y 70 casi nadie usaba “chabón”.

¿A qué se debe?

La lengua es el uso. Algunas de estas palabras resucitan con otro significado, por ejemplo “chabón” hasta la década del 40, que aparece en un montón de letras de tango, quiere decir “tonto”, pero desde que resurgió, y yo creo que tiene que ver mucho el resurgimiento con el último disco de Sumo de 1987 que fue “After chabón”, “chabón” o “chabona” se usa como se usaba antes “flaco”, o sea, quiere decir sujeto innominado, alguien a quien no estamos nombrando porque no sabemos cómo se llama o sabemos, pero no lo queremos nombrar. La palabra “bondi” también, es una palabra viejísima traída de Brasil que quería decir tranvía cuando llegó a Buenos Aires, pero cuando desaparecen los tranvías y empiezan a usarse los colectivos, la palabra bondi se dejó de usar y volvió en la década del ’80 con el significado de colectivo y no de tranvía.

¿Se prohibió alguna vez el lunfardo?

La censura fuerte del lunfardo fue en la década del ‘40, con el Golpe de junio de 1943 en el que participó Perón, llegan al poder de la educación y cultura la gente más recalcitrante entre los cuales estaba el famoso novelista Martínez Zubiría, el tipo era filonazi para empezar y ultracatólico, las tenía todas juntas el chabón. En ese momento se reflota un reglamento que se había hecho en el año ‘33 o ‘34 y que no se había terminado de aplicar antes, con el fin de que no se usara el lunfardo en la radio, y lo que hicieron fue aplicarlo a full y de esta censura radial al lunfardo hay documentos y libros escritos. El primer gobierno de Perón conservó la censura, hasta que en 1949 fue una comisión de SADAIC a verlo a Perón a la Casa Rosada, fueron a pedirle que por favor se levantara la censura porque la mayor parte de los letristas de tango y de los autores de teatro se estaban cagando de hambre porque había un montón de esos tangos que no se podían grabar ni pasar por la radio.

¿Cuál era el argumento?

Ridículo. Un poco el argumento que se usa ahora contra el lenguaje inclusivo, “con un idioma tan bello como el castellano, cómo vamos a afear el idioma”, ese tipo de argumento vacío, estúpido, que no entiende que el lenguaje es algo vivo y el habla de todos nosotros cambia permanentemente en todas las sociedades. Llegaban comunicados a las radios con las palabras prohibidas, y estaba prohibido decir “haiga”, “dotor”, “vos”, había que decir “tu”. Y muchos cómicos que laburaban en la radio usaban esos términos como por ejemplo Niní Marshall haciendo Catita, porque el personaje hablaba así. Y de paso se prohibía “laburo”, “botón” por “policía”, se prohibían palabras lunfardas y los censores, que eran militares, eran completos ignorantes del idioma, de la lengua.

¿Qué pensás sobre el lenguaje inclusivo, su surgimiento y sus resistencias? ¿Y qué relaciones se pueden hacer con el lunfardo en la forma de abordarlo?

El lenguaje inclusivo es una intervención política sobre el lenguaje. En principio como lenguaje visibilizador, yo estoy de acuerdo. El lenguaje inclusivo no surgió espontáneamente como el lunfardo. El lunfardo surge de abajo para arriba y el lenguaje inclusivo de arriba para abajo, en unas capas medias intelectualizadas que ven con toda claridad el enorme problema de violencia contra la mujer en todos los sentidos y la negación o el ninguneo hacia colectivos gays, lesbianas, no binarios. Frente a todo eso me parece que puede ser una buena solución. No podemos decir todavía que represente una variación lingüística, aunque hay una importantísima lingüista argentina que trabaja en la Universidad de La Plata, Angelita Martínez, que sostiene que ahí hay un proceso de variación lingüística. Si hay un proceso, para mí está muy en pañales, creo que puede haberlo, pero depende de qué pase en los próximos años con eso. Como profesor universitario trato de ser muy cuidadoso frente a un curso, yo utilizo una “e” o una “x”, me parece bien porque es un modo de respetar a todes.

Oscar Conde. Doctor en Letras y miembro de la Academia Nacional de Lunfardo. 18 de junio de 2021, Buenos Aires, Andrés Wittib.

¿Qué podés adelantar sobre el eje temático Género y Lunfardo que se va a tratar en el Congreso? ¿Es el lunfardo un lenguaje sexista?

Este eje lo propuso Matías Mauricio, un académico que tiene 40 años, a él le parecía importante porque conoce investigadores interesados en el tema. Para mí hay un gran problema con ciertas producciones culturales, como puede ser el tango o un argot, que es juzgar con los ojos del 2021 a ese hecho cultural, producción o texto que por ahí tiene 80 o 120 años. Eso es justamente lo que no hace la filología, que explica un texto en su tiempo y contexto. No para defenderlo, sino para que todos entendamos lo que quiso decir el autor en ese momento. Este tipo de anacronismos lo he escuchado muchas veces, una vez a una importante referente del pensamiento feminista argentino que dijo “¡Ay! a mi cuando me preguntan de tango me encanta porque es un bocato di cardenale para hablar de la violencia del hombre sobre la mujer”. ¿Hay tangos machistas? ¡Claro! ¿Cómo no va a haber? ¿La mayoría de los tangos son machistas? No, es una minoría absoluta. Hay que entender el tiempo y la sociedad que estamos describiendo, pero lo que no se puede es medir el pasado con los parámetros de hoy, con lo que sabemos de hoy.

¿El lunfardo se encuentra en todo el país?

El lunfardo no está únicamente en el AMBA, sino que ha trascendido a todo el país, es algo que conoce todo el mundo en cualquier provincia argentina e incluso ha trascendido las fronteras argentinas. Hay argots que quedan limitados a una ciudad, porque el argot siempre es una creación de una gran urbe, un habla urbana, pero a veces, y creo que últimamente es lo que está pasando, se empieza a expandir. Los medios de comunicación no tienen ningún límite geográfico y sobre todo internet tampoco. Entonces, por ejemplo, el “parlache” de Medellín que empezó en Medellín en la década de 1980, se habla en la mitad de Colombia y pasó en 40 años nada más. Después tenemos el “joual” de Montreal que también era algo propio de esa ciudad y empezó a crecer y expandir a otras zonas de habla francesa de Canadá, y eso también pasó con el lunfardo.

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