Censura previa. Eso es lisa y llanamente lo que ejerce la empresa Tele Red Imagen S.A (que gestiona el canal TyC Sports) contra los medios partidarios que buscan transmitir los partidos del ascenso argentino. Desde hace más de dos años, la señal deportiva prohíbe las transmisiones por streaming que realizan los medios partidarios que siguen a los equipos de la B Nacional y la Primera B del fútbol profesional. Una prohibición que complica aún más la ya compleja pasión de los miles de hinchas que desde hace años tienen vetado el acceso del público visitante para seguir a sus clubes.
Actualmente, TyC cuenta con los derechos de transmisión de los partidos de la B Nacional y la Primera B. Si bien la legislación no regula las transmisiones de internet, el canal (cuyo 50% es propiedad del Grupo Clarín) logró cancelar las transmisiones de los medios partidarios con aprietes, lobby, amenazas y presiones políticas. Platense a lo Ancho, Atlanta Te Sigo o Ferro Web son sólo algunas de las plataformas que debieron cancelar sus transmisiones por YouTube para adaptarse a nuevos formatos o plataformas por la censura corporativa. Pero en cancha inclinada, los medios partidarios no tiraron la toalla y se organizaron para hacer valer su derecho al trabajo y la libertad de prensa. Así fundaron Medios Partidarios Unidos, un espacio que nuclea a más de 35 medios y a casi 250 periodistas de todo el país.
«MPU nació en 2017, conformado por unos diez medios de todo el país que veníamos sufriendo diferentes ataques y amenazas en las canchas donde íbamos a cubrir los partidos de nuestros equipos», explica Marco Bogarín, integrante de MPU y conductor de Los Otros Goles, el programa televisivo que la organización sostiene en el canal Barricada TV. «Una particularidad que tenemos es que además de ser todos periodistas, también somos hinchas y socios de nuestros clubes», agrega el periodista.
La organización surgió tras el acumulado de amenazas y presiones que sufrían los periodistas partidarios por parte de los equipos que representaban al multimedio en los estadios. «Ante los diferentes ataques, decidimos conformar este grupo, después de habernos cruzado en numerosas oportunidades en las canchas de ascenso», señala Bogarín. «En el ascenso está el fútbol que no se quiere mostrar, que no es hegemónico, que no es mostrado en las grandes pantallas y los grandes canales», agrega.
«Decidimos empezar a organizarnos para defender nuestra libertad de trabajo y la libertad de prensa, que es lo más importante de todo. Defendemos nuestro derecho a poder trabajar y mostrarle a la gente su equipo, de forma gratuita y desde cualquier lugar del mundo», dice Marco. Actualmente, la relación con TyC Sports es un escollo de peso para realizar su tarea: «Los ataques empezaron en el año 2017 con bloqueos a nuestros canales de Youtube. En las categorías que son alcanzadas por el contrato televisivo con TyC Sports rige una prohibición; sin embargo, es importante aclarar que el canon que reciben los clubes es solamente por los derechos televisivos, ya que Internet no es una plataforma regulable en Argentina», agrega.
Para muestra un botón: hace unas semanas, Javier «Pipo» Marín, presidente del Club Atlético Acassuso, se expresó en contra del monopolio mediático TyC y destacó el trabajo de los medios partidarios. A partir de sus gestiones, se logró un consenso que permitió que los medios volvieran a prender las cámaras. Pero la alegría duró poco: en la cancha de Deportivo Merlo, finalmente, un llamado por parte de la empresa en el que amenazaban con quitarle el canon por las transmisiones televisivas, terminó de inclinar la balanza. Foja cero y triunfo del monopolio.
Pero desde la MPU no se rinden. Ahora van por su conformación como cooperativa: se estima que en plazo de los próximos 45 días reciban su personería jurídica y desde la organización ya anunciaron que avanzarán con una demanda contra TyC Sports con el objetivo de garantizar el derecho a la libertad de prensa. Mientras tanto, los goles continúan privatizados y cientos de miles de hinchas de todo el país se ven obligados a pagar todos los meses para poder acceder a su pasión.
