Mucha vidriera para tan poco derecho

Tea Connection es un paqueto negocio donde sirven infusiones exóticas y desayunos livianos y continentales. Hay varios en la Ciudad de Buenos Aires, con algunos elementos en común: la estética es naturista, la vajilla delicada y en todas las sucursales se violan los derechos laborales de forma sistemática.

Estamos lamentablemente acostumbrades a ver marcas elegantes que precarizan y se ahorran todo lo que pueden en derechos. Como abogades que acompañan reclamos de laburantes, muchas veces la regla se cumple: a mejores vitrinas, peores condiciones. Este es uno de esos casos. Una empresa que fue diseñada con estilo, importada desde su menú hasta su estética, golpea repetidamente los derechos laborales.

Desde La Defe, acompañamos varios reclamos de laburantes que fueron despedidas durante la pandemia. La empresa dio de baja sus tareas y dejó de pagarles sin ningún motivo legítimo. Con Ali, una de ellas, luego de un obstáculo en la primera instancia, la Cámara Nacional de Apelaciones revirtió la sentencia negativa, por lo que ganamos la medida cautelar presentada. Rosario fue despedida en marzo del 2020, después de haber trabajado allí tres años y medio. Luego de varios reclamos, en noviembre logramos su reincorporación, y continúa la causa por el pago de sueldos adeudados.

Compartimos estos procesos en los que hay victorias, pero también contando lo difícil que puede ser lograr estos grandes pasos. Algunos reclamos llevan meses o años, pero les laburantes quieren y necesitan llegar a verlo cumplido; particularmente cuando lo que se busca es la reincorporación. Y aunque sean reclamos largos o difíciles, los contamos porque son ejemplo de que la única forma de ganar derechos, es reclamarlos.

A esta hora exactamente, gente en la calle

El estudio “Hacia un abordaje integral de la gente en riesgo de calle”, liderado por el Observatorio de Innovación Social de la Facultad de Ciencias Económicas, integrado por expertos del Conicet, reveló que el 85% de las personas que están en situación de calle rechaza vivir en paradores por temor a situaciones de violencia y que más del 80% tiene síntomas de depresión. Los datos cubrieron cerca del 60% de los barrios de la Ciudad de Buenos Aires (San Telmo, Congreso, Núñez, Caballito, Belgrano, Parque Patricios, Balvanera, Flores y Constitución) con 200 encuestas estratificadas por género y edad. En cuanto a su salud física, el 70% desconoce su estado de salud general, mientras que el 25% padece de alguna limitación física. ¿Por qué llevaron a cabo la investigación? Porque faltan estadísticas.

Y cuando están, el GCBA las dibuja. En mayo, el gobierno porteño para esconder a las personas en situación de calle, incumplió los acuerdos pactados y realizó un censo sin las organizaciones e instituciones. La ministra de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad, María Migliore, informó que hay aproximadamente 2500 personas en situación de calle en territorio porteño, de las cuales 1500 duermen en paradores y 1000 están a la intemperie. “No coincidimos para nada con este número. Si se desglosan los 2500 restando la gente que está en los dispositivos, da una cifra inferior al censo que hicieron en 2019, no se puede sostener de ninguna manera», dijo a Página 12, Horacio Ávila, referente de la organización Proyecto 7.

En 2019, según el Censo Popular de Personas en Situación de Calle del total de las personas registradas sin hogar (7251), 5412 dormían en la calle, 1340 en establecimientos con convenios estatales y 641 en los paradores del Gobierno porteño. Ahora, las organizaciones sociales y organismos de la sociedad civil realizarán el Tercer Censo Popular, “porque la calle no es un lugar para vivir y mucho menos para morir”. En su comunicado, explicaron: “Dada la decisión del Gobierno de la Ciudad de llevar adelante un nuevo relevamiento de personas en situación de calle que subregistra población y, teniendo en cuenta que además incumplió los compromisos firmados el año pasado, las organizaciones abajo firmantes comunicamos la decisión de realizar un nuevo censo popular, para poder tener información fehaciente respecto a cuánta gente se encuentra viviendo en esta situación”,

¿Por qué vomitamos todo esto? Porque no hay políticas públicas y el derecho a la vivienda queda relegado. Nos seguimos preguntando: ¿De qué hablan los gobiernos cuando hablan de presupuesto, de proyección, de planes si todavía, a esta hora exactamente como diría el gran Armando Tejada, hay gente sobreviviendo en la calle?

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