Traer la Pfizer para vacunar a las infancias

💉 El gobierno nacional negocia con Pfizer para traer la vacuna con el objetivo de tratar a les niñes con comorbilidades, la población pediátrica más afectada por el coronavirus. La farmacéutica estadounidense es la única que cuenta con la aprobación pediátrica de la FDA.

El gobierno nacional anunció que negocia con la farmacéutica Pfizer para traer la vacuna que el laboratorio produce contra el coronavirus con el fin de inocular específicamente a les niñes con comorbilidades, ya que hasta el momento es el único fármaco que tiene aprobación para uso pediátrico. Y aunque las infancias no fueron la población más afectada -en materia de cantidad de casos- por cuadros de coronavirus, su inclusión en el plan de vacunación es importante. “Les niñes que fallecieron (por casos graves de coronavirus) son casi exclusivamente aquellos que tenían una enfermedad previa”, dice a El Grito del Sur Leonel Tesler, médico sanitarista y presidente de la Fundación Soberanía Sanitaria (FSS).

“Hay dos motivos para vacunar a les niñes. Por un lado, porque si bien mueren menos niñes que personas adultas por casos de Covid, existen muchos casos de niñes que han tenido que estar en terapia intensiva y que han fallecido por Covid”, explica Tesler.

De acuerdo a los datos del Ministerio de Salud, se han registrado un total de 111.086 casos de coronavirus en niñes de 0 a 9 años y 351.845 en la franja etaria de 10 a 19, mientras que les fallecides apenas superan los 100.

“Aunque la proporción sea baja respecto al total, cuando aumenta el total de casos aumenta la cantidad de niñes afectados -puntualiza el médico sanitarista-. Si hay personas que pueden padecer el Covid de forma grave y fallecer, eso ya justifica que se los incluya dentro del esquema de vacunación”.

Por otro lado, Tesler señala que el otro motivo para vacunar a las infancias es que son potenciales agentes de contagio. “Por ejemplo, el último brote en Israel se originó por chicos que volvían contagiados de la escuela. Entonces, tanto para proteger a la población infantil como para frenar la expansión de la pandemia cubriendo a la mayor cantidad de población posible, se justifica que se los vacune también”, afirma.

«Hay muy poquitos niñes que fallecieron que no tenían una comorbilidad que les agravase el cuadro -agrega Tesler-. Los que más problemas han tenido son los que tenían una enfermedad respiratoria previa o una enfermedad cardiológica, como malformaciones congénitas cardíacas».

A principios de este mes, el presidente Alberto Fernández firmó el decreto de necesidad y urgencia (DNU) 431 que modifica la Ley N° 27.573 y permite destrabar la adquisición de vacunas Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson. El contrato con Moderna por 20 millones de dosis se concretó esta semana y el Gobierno espera cerrar pronto el acuerdo con Pfizer, la única vacuna hasta el momento que cuenta con la aprobación de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) para uso de emergencia en menores de 12 a 15 años.

El resto de los laboratorios sigue realizando ensayos clínicos con población pediátrica. Según un artículo publicado en la revista Science, en febrero de este año Moderna estaba finalizando la convocatoria de 3 mil voluntaries en la misma franja etaria que Pfizer, mientras que AstraZeneca y Johnson & Johnson iban a comenzar las pruebas clínicas en población pediátrica. Sinovac, por su parte, ya estaba testeando en niñes de 3 a 17 años en China.

Este miércoles, además, Alexander Gintsburg, director del Instituto Gamaleya de Rusia, anunció que el país comenzará a vacunar a adolescentes de entre 12 y 17 años el próximo 20 de septiembre. 

Y las vacunas cubanas no se quedan atrás. “La Abdala ya tiene los estudios de fase 3 hechos y de la Soberana 02 todavía no están los resultados”, apunta Tesler. A principios de junio, el Ministerio de Salud (Minsap) de Cuba anunció el inicio de un ensayo con la vacuna Soberana del que participan 350 chicos de entre 3 y 18 años de La Habana.

Para el presidente de FSS, la vacunación de niñes -en especial con comorbilidades- “es el próximo escalón para avanzar en la campaña de vacunación y así tener a la mayor parte de la población vacunada y frenar la pandemia”. “Pero es importante saber que, aunque se vacune a la mayor parte de la población argentina, la pandemia no se termina. Es un problema internacional y, por ende, se necesita tener a la población mundial vacunada. Si todavía tenemos países que no empezaron a vacunar, vamos a seguir con la pandemia y se pueden originar nuevas variantes”, advirtió.

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Ludmila Ferrer

Periodista y Licenciada en Comunicación Social (UBA). Escribe también en Página/12 y sigue más podcasts de los que puede escuchar.