Vidal, orgullosamente porteña y bendecida por Larreta

🗳️ La ex gobernadora bonaerense formalizó que encabezará la boleta de diputados por la Ciudad de Juntos por el Cambio. "Vuelvo adonde crecí", dijo. La respaldaron Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y Martín Lousteau.

María Eugenia Vidal ya es oficialmente la candidata a diputada nacional de Juntos por el Cambio en la Ciudad de Buenos Aires. La confirmación llegó este sábado a la mañana de la mano de un acto tan sobrio como privado, pero con un agitado mar de fondo. La escena sirvió para que la ex gobernadora bonaerense recibiera una suerte de bautismo formal en su regreso a la arena política porteña y para reafirmar a Horacio Rodríguez Larreta como jefe de ceremonias. De a uno, se fueron pasando el micrófono para la bienvenida el senador por la UCR Martín Lousteau; la presidenta del PRO, Patricia Bullrich; y el diputado nacional por la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro, mano derecha de Elisa Carrió. Todos protagonistas, durante los últimos meses, de una disputa intensa por el armado de listas a ambos lados de la General Paz, cuyo desenlace, cada vez más cercano (sólo resta enfilar los patitos en Provincia), terminará por cristalizar la renovación de los liderazgos dentro del principal espacio opositor, un proceso que se inició con la derrota de 2019.

“Siempre les dije que en política lo más importante es hacer y estar. Esta vez vuelvo a estar. A estar para poder hacer. Una ciudad mejor y una Argentina mejor”, dijo la flamante candidata, en el transcurso ya más centrado en la campaña que tuvo el acto, transmitido vía streaming desde un patio de Palermo. Antes hubo tiempo para otro tipo de definiciones, como la que dejó el Jefe de Gobierno. “Esta unidad refleja un hecho de la política”, dijo Rodríguez Larreta, en clara referencia a lo que fue un cierre de las negociaciones satisfactorio para él: Vidal pasa a ser claramente su apuesta a una continuidad de su gestión en la Ciudad, mientras el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, ya terminó de hacer las valijas para lanzarse como su delfín en la Provincia.

Ninguna mudanza viene sin estrés: semejante enroque de figuritas puso a prueba la autoridad de Rodríguez Larreta como conductor del espacio. Primero debió torcerle el brazo nada menos que a su antiguo jefe político, Mauricio Macri, quien seguramente siguió el acto desde Europa, donde descansa ya derrotado. Más tarde debió negociar la llegada de Vidal con Patricia Bullrich y con el radicalismo, que anhela esa misma silla para su figura mejor posicionada, Martín Lousteau. Ambos dirigentes se mostraron en el acto, pese a todo, alineados con el proyecto del larretismo y convencidos del camino a seguir. Bullrich deseó a la ex gobernadora “la mejor de las suertes” en su nuevo recorrido y Lousteau celebró que el espacio logró consolidar “la mejor oferta electoral posible para todos los distritos”.

El desembarco de Vidal en la Ciudad empezó a cocinarse hace un año. Desde que a mediados de 2020 volviera tímidamente al ruedo, luego de un breve silencio obligado para sanar la abrumadora derrota por 15 puntos a manos de Axel Kicillof en Provincia, en su entorno empezaban a abrir la puerta a esa posibilidad. El argumento era muy simple: en el territorio bonaerense no hay nada que hacer frente al peronismo unido y ella no estaba dispuesta a emprender otro sacrificio como el que aceptó en 2015, cuando el escenario era otro. En la balanza pesaban mucho, además, sus diferencias irremediables con Mauricio Macri, sobre las que se explayó largamente en el libro que publicó, en modo autocrítico, a inicios de este año. El primer indicio de su decisión estuvo en su visita a la capilla del Padre Toto De Vedia, en la Villa 21-24 de Barracas, pocos días después de aceptar un cargo testimonial como asesora ad honorem de la Ciudad en temas “sociales” durante la pandemia. La sucesión de gestos culminó con la corrección de su perfil en redes sociales (dejó de ser “orgullosamente bonaerense”) y en el turno para su vacunación, que también sacó en la Ciudad.

Faltaba nada más que Patricia Bullrich, vocera de Macri y presidenta del Pro, bajara su propia candidatura, que reclamaba apoyada en el sector “duro” de la oposición. El renunciamiento de “Pato” llegó el sábado pasado, y el resto de los patitos también se enfilaron: la siguió nada menos que Carrió en Provincia y varios referentes saludaron ambos gestos, para dar cuenta de que parte de la discusión estaba resuelta.

Para conocer la lista definitiva habrá que esperar hasta el 24 de julio, pero el propio Larreta avisó que “se revolverá en los próximos días”. Al parecer, habrá lugar para todes: el acto contuvo a dirigentes como Graciela Ocaña y el “socialista” Roy Cortina. El economista Martín Tetaz, panelista de TN, suena como segundo detrás de Vidal, bendecido por Lousteau. También se nombran por lo bajo perfiles del “ala dura”, cercanos a Bullrich, para cargos expectantes, como premio consuelo. Con todo, quedó claro que las diferencias internas no alcanzaron para romper el espacio y que incluso hay un ánimo aperturista, tanto hacia el centro político como hacia las nuevas derechas, con los libertarios a la cabeza. “Vamos a seguir ampliando el espacio”, dijo el propio Jefe de Gobierno.

El problema, ahora, será explicar la mudanza de Vidal. En su discurso quedó claro que no va a ser tarea fácil. “Vuelvo adonde decidí ser vicejefa de Gobierno, donde fui ministra, donde crecí. Es desde esa historia, desde ese lugar, que anuncio mi candidatura a la Ciudad de Buenos Aires”, afirmó. “Quiero, para la Provincia, que otros dirigentes crezcan. Apuesto por nuestros candidatos. Yo no voy a estar, pero mi compromiso y mi amor por los bonaerenses no va a cambiar en nada. No hay límites geográficos: más allá de la General Paz, somos argentinos defendiendo a otros argentinos”, agregó. Se notó que los equipos de comunicación tendrán mucho trabajo en ese punto: prácticamente no hay antecedentes en la historia reciente de una candidata que haya protagonizado tantas mudanzas consecutivas de distrito en tan poco tiempo.

En ese punto, hubo un trayecto del acto que hasta sonó como una ironía y hasta como una chicana: casi todos los discursos nombraron la palabra «orgullo» para referirse a la decisión de Vidal de encabezar la boleta en unidad. De fondo resonaba el «orgullosamente bonaerense» borrado de las redes sociales de la ex gobernadora.

Otro tema no menor será alinear a la estructura partidaria detrás de su figura. Ministros importantes del Gobierno porteño ven su llegada como una amenaza a sus aspiraciones de suceder a Larreta en 2023 y la acusan, fuera de los micrófonos, de oportunista. El resquemor tiene un argumento concreto: a partir de 2015, con la salida de Macri y la propia Vidal de la Ciudad, se produjo un recambio importante en las primeras y segundas líneas de la gestión porteña, con dirigentes que reemplazaron a quienes se fueron a gobernar a Nación y Provincia y tejieron su propio presente político, que choca de frente con las aspiraciones de la ex gobernadora. “Nadie le cree que no quiera ser Jefa de Gobierno”, confiaban desde el entorno cercano de uno de ellos a El Grito del Sur. “Pero si es la apuesta de Horacio, vamos a estar, porque Horacio es nuestro proyecto”, resumían.   

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Matias Ferrari

Periodista, comunicador y militante social. Trabajó en Página/12 y colaboró en la investigación del libro "Macristocracia" publicado por Editorial Planeta.