La lucha por la ley de Humedales llegó en kayak al Congreso

💦 Más de 380 organizaciones acompañaron el petitorio presentado ayer al Congreso para que las autoridades traten el proyecto que busca regular la explotación de estos terrenos.

“Si no se modifica el sistema lo único que estamos haciendo es asegurarnos un futuro insalubre”, explica por teléfono Julia Vélez quien, recién llegada a Buenos Aires, responde de manera concatenada a los llamados de los medios. Julia forma parte de la Multisectorial Humedales Rosario y es una de las 60 personas que remó siete días 350 kilómetros por la cuenca del Paraná desde la ciudad de Rosario para exigir la sanción de una ley de humedales. Antes de encontrarse con otras organizaciones para marchar desde Plaza de Mayo aprovechó para difundir el reclamo. “Esta no es la causa de un pequeño grupo de ambientalistas. Hay un montón de gente que está en contacto con el río y vive de él sin contaminarlo, en una convivencia sana y no como lo hacen las grandes empresas», cuenta la joven.  

La Multisectorial Rosario se fundó el año pasado por iniciativa de un grupo de vecines que reclamaban por los reiterados incendios en la zona costera de la ciudad. Luego de cortar el puente Victoria, que une la provincia de Santa Fe con Entre Ríos, les militantes entendieron que, más allá de las acciones individuales, era necesario un marco legislativo donde se regule la explotación de los terrenos. “Los intereses de las empresas son tan grandes que no les importó ni siquiera que hubiera humo en el centro de una ciudad como Rosario”, asegura Julia, quien señala que los dueños de estos negociados quieren frenar el tratamiento del proyecto que se encuentra actualmente en el Congreso. 

En nuestro país los humedales ocupan 600.000 km2, lo que representa aproximadamente el 21,5% del territorio nacional. Estas áreas se caracterizan por permanecer inundadas o saturadas de agua durante períodos considerables de tiempo y su existencia es imprescindible para sostener un ecosistema equilibrado. Entre sus funciones, los humedales contribuyen a filtrar el aire, amortiguar las inundaciones, conservar la fauna y mitigar el cambio climático. Además, son los ecosistemas que más carbono filtran. Al día de hoy, Argentina aún no cuenta con un marco legislativo específico para resguardar estos terrenos y los proyectos que avanzaron en la materia en 2013 y 2015 perdieron estado parlamentario. 

Fotos: Alejandra Bona

El año pasado se presentaron 15 proyectos de ley relativos a los humedales: cinco en el Senado y diez en Diputados. Uno de estos ya fue aprobado por la Comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano de la Cámara de Diputados en el mes de noviembre y debe ser tratado en las comisiones de Agricultura y Ganadería, de Intereses Marítimos, Fluviales, Pesqueros y Portuarios y de Presupuesto y Hacienda para pasar al recinto. Sin embargo, desde la multisectorial denuncian que los lobbies multimillonarios no solo buscan dilatar la discusión y cajonear el tema, sino torcer el espíritu de la norma.

“La ley de humedales va a estar regulando zonas donde la agroindustria y el negocio inmobiliario, que son sectores de mucho poder y con redes en la políticas, ya están insertos. En ese sentido es fundamental el apoyo del Estado y que se legisle en función de los intereses de sus ciudadanos y no de unos pocos millonarios”, manifiesta Macarena Romero Acuña, antropóloga del CONICET y parte de la Multisectorial, quien también llegó remando desde Rosario. “En nuestro trayecto conocimos otras personas que viven en los territorios y fuimos relevando las diferentes problemáticas. Nos sirvió para darnos cuenta que no estamos solos ni somos pocos”.

Fotos: Alejandra Bona

Entre sus puntos principales, el proyecto busca reconocer y definir el territorio de humedales, establecer presupuestos mínimos para su conservación, incentivar su restauración y concientizar sobre la necesidad de un trato sustentable. Además, se plantea la necesidad de hacer un relevamiento para saber las condiciones actuales de los terrenos y qué actividades productivas se desempeñan ahí.

“Cuando hablamos de ambiente no hacemos una división entre naturaleza y sociedad, sino que pensamos al hombre inserto en su ecosistema, como un eslabón más. Eso significa que la ley va a servir también para achicar la desigualdad que se reproduce en esos sitios donde las grandes agroindustrias se aprovechan de los pequeños productores», continua Macarena. «El extractivismo genera exclusión y aumenta la pobreza, por eso queremos que la ley también resguarde este tipo de producciones, que fomente otros vínculos con la naturaleza. Lo que le pedimos a los diputados es que retomen ese proyecto tal cual está hasta que pueda ser aprobada la ley”.

La manifestación del miércoles no solo se dio luego de un 2020 donde hubo más de 1.200.000 hectáreas afectadas por el fuego en nuestro país, sino también después de que se conociera el informe del IPCC sobre las consecuencias del aumento de la temperatura mundial. En ese marco, las entrevistadas enfatizaron en que las consecuencias del cambio climático no son distopías a futuro sino realidades inmediatas. “Esta travesía es un acto político, social y simbólico de propagación. Más allá de la consigna, cuando pasamos por los pueblos pudimos explicarle a los pobladores que la conservación de los humedales se trata del cuidado de la vida, de la salud, de los alimentos. Esto acentuó una conciencia social que ya está instalada, porque también es importante decir que aunque no se hable del tema en los medios hegemónicos ya forma parte de la sociedad y no se puede subalternizar esas voces”, manifiesta la antropóloga.

“Yo creo que ya lo estamos haciendo», afirma Vélez sobre el desafío de interpelar a la ciudadanía más allá del círculo ambientalista. «La gente que nos vio llegar a los 12 puntos donde fuimos parando nos recibió con mucho amor. Cuando les contábamos sobre la travesía se conmovían y nos agradecían por ponerle el cuerpo a un reclamo comunitario».

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