“Los ricos son cada vez más ricos y los pobres somos cada vez más pobres”: esa fue la consigna principal que llevaron este miércoles las organizaciones sociales no encuadradas en el Gobierno a la sede del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. La masiva movilización, encabezada por el Polo Obrero, el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) y una fracción de Barrios de Pie, convirtió en un infierno los accesos y el tránsito en la Ciudad de Buenos Aires. Semejante despliegue (unas 50 mil personas, en su mayoría de los barrios del conurbano) sirvió, según confiaron a El Grito del Sur desde la organización de la marcha, para marcarle el terreno al flamante titular de esa cartera, Juanchi Zabaleta.
El ex intendente de Hurlingham, que apenas lleva una semana al frente del Ministerio, recibió de manos de les referentes de las organizaciones un pliego de reivindicaciones bastante heterogéneas, desde equiparar el valor de los planes sociales y el salario mínimo con la canasta básica del Indec hasta “la generación de trabajo genuino”. “Como sector cooperativista debemos contentarnos con un ingreso mensual de $12 mil, que nos hunde en la indigencia y la pobreza. La desocupación y precarización del empleo ha sido una de las características de estos últimos meses. Exigimos al Gobierno respuestas en lo que hace a la caída del poder adquisitivo de los salarios de los y las trabajadoras”, describe esa multiplicidad de reclamos el comunicado difundido por el FOL esta mañana.
Zabaleta había declarado a poco de asumir que “no iban a ser necesarios nuevos piquetes”. El mensaje pretendía tender un puente con la organizaciones opositoras, que ya se venían movilizando con bastante asiduidad durante todo el año, pese a la buena relación que mantenían con el ex ministro Daniel Arroyo.
El enroque de funcionarios, sin embargo, no trajo buenas expectativas al interior de las organizaciones, que le reprochan a Zabaleta que no haya levantado todavía el teléfono para armar una mesa de trabajo. Sospechan también de la posibilidad de que se caigan los acuerdos a los que habían llegado con Arroyo. “Siempre nos prometen cosas para adelante y no las cumplen”, señalaron a este medio.
Tampoco generaron buenas sensaciones los anuncios que la Rosada eligió filtrar extraoficialmente sobre los proyectos en danza para reformar la política de planes sociales, posibilidad en la que está trabajando un sector del gabinete y que forma parte del debate con las organizaciones enmarcadas en la UTEP. El sector que se identifica con la izquierda no forma parte de esa discusión y maneja otra agenda.
«Hoy miles de personas no solo pierden más derechos en sus trabajos, sino que pierden los trabajos mismos, por lo que vemos indispensable que se garantice un ingreso para cada familia desocupada que ve peligrar la posibilidad de llevar un plato de comida a su mesa. No somos los sectores populares los que tenemos que seguir esperando una solución que nunca llega o llega en forma de represión como ocurrió en la lucha por la vivienda que se dio en Guernica. Es momento que quienes se han beneficiado con o sin pandemia sean los que asuman los costos de una crisis que ellos, junto a los gobiernos de turno, generaron. Es necesario que se avance en un esquema impositivo que grave a las riquezas y ganancias de manera constante y no por única vez», dijeron.
