«El humor nos atraviesa porque es nuestro lenguaje»

🎭 Luego de tres temporadas y pandemia mediante, la obra "Paraguay" sumó una nueva función en el Centro Cultural Morán. El Grito del Sur habló con sus directoras sobre humor, creatividad y la escena del teatro independiente actual.

En Estados Unidos, las mujeres caminan en tacos y no se caen. En Estados Unidos, las mujeres toman café en vasos de cartón que tienen su nombre. En Estados Unidos, las mujeres deciden si son secretarias o jefas y los hombres están tan enamorados que no solo las miran a los ojos sino que se despiertan para verlas dormir. Llegar a Estados Unidos es una “calle con único sentido” (one way street) y solo “hay que hacerlo”(just do it), explica Natasha, con ojos brillantes y acento marcado, a su compañera de viaje.

La fantasía del sueño americano, la utopía romántica de un futuro mejor y la concepción capitalista del éxito quedan reflejadas en “Paraguay”, la obra dirigida por Paula Grinszpan y Lucía Maciel. Entre música, acentos y humor, Olivia Daiez, Manuela Martínez, Román Martino y Mariano Saborido recrean una historia tan fantasiosa como cotidiana, relatando las dificultades de dos jóvenes paraguayas que proyectan una vida mejor en el norte global.

Paula y Lucía son actrices, profesoras de teatro y directoras. Si bien ambas estudiaron y trabajaron en la escuela de Nora Moseinco, fue en 2015, luego de protagonizar “La Pilarcita” de María Marull, que sus trayectorias creativas se ensamblaron en un camino conjunto. A partir de ese momento trabajaron en cine, televisión y series web con directores como Lucrecia Martel y Damián Szifron y presentaron la obra “La mamá de Brian” (2017). En 2018 estrenaron Paraguay, un híbrido entre musical y drama donde trazan puntos de contacto entre naciones de banderas parecidas y realidades opuestas que lleva tres temporadas en el Centro Cultural Morán. Luego de agregar una función por el rotundo éxito del espectáculo, las jóvenes hablaron con El Grito del Sur.    

¿Cómo surge la idea de la obra? 

Paula: Cuando empezamos el proyecto no teníamos como objetivo hacer una obra. La idea era hacer una intervención pequeña en el marco de la inauguración del Centro Cultural Morán que pudiera presentarse antes o después de la cartelera oficial. De a poco esto fue tomando más entidad y se convirtió en Paraguay. 

¿Por qué la apuesta de armar un musical?

Paula: En verdad tampoco teníamos el objetivo de hacer un musical. Nosotras trabajamos desde lo que le gusta hacer a los actores y así surgió la idea de probar acentos, cantar, integrar música. Yo, más que un musical, lo considero una obra con canciones. Una vez vino Nora Moseinco, que es la maestra con la que nos formamos todes, y dijo que era una especie de “extraño musical”. 

Lucía: Como decía Paula, lo que hace particular a la obra es que no partimos a priori de la idea de armar un musical sino que nosotras pensamos en hacer una obra de teatro y la música de las canciones fue apareciendo. Creo que esto tiene que ver en primera instancia con que nos gusta mucho la música y después con que en nuestras clases trabajamos todo el tiempo desde lo sonoro, no solo con el canto y el instrumento, sino haciendo énfasis en cómo suenan las voces, los acentos, los tonos. 

¿Cómo fue el desafío de tocar un tema tan pesado como la explotación laboral desde el humor?

Paula: El humor es nuestra forma de trabajar siempre porque nos surge muy intuitivamente, aparece todo el tiempo. No es que nos pusimos a pensar en tratarlo desde el humor, sino que el humor nos atraviesa porque es nuestro lenguaje.

Lucía: Como veníamos diciendo, a priori no nos planteamos tratar el tema sino que nosotras decidimos desde el juego y desde la prueba con cosas que traían los actores. No pensamos en abordar una temática tan sensible sino que nos encontramos con ella, fue una sorpresa. 

La obra tiene muchísimo éxito en un momento difícil para la cultura. ¿Cómo ven la escena del teatro independiente actual?

Lucía: En nuestro caso tuvimos la suerte de poder hacer la obra en el espacio principal de Morán, incluso tuvimos que adaptarla a un espacio más grande para que pueda venir más gente, pero hay espacios que son más chicos y tienen el aforo reducido, lo cual complejiza aún más la situación del teatro independiente. Ya de por sí, la escena del under tiene que reinventarse y buscar recursos de donde no hay. Estamos acostumbrados a sacar agua de las piedras, la pandemia fue un desafío más. 

Con la cuarentena muchas obras se trasladaron al streaming, pero ahora ustedes están apostando a la presencialidad. ¿Piensan que va a haber un cambio en el teatro post pandemia?

Lucía: Creo que durante la pandemia todos nos adaptamos como pudimos a la nueva normalidad y fuimos generando estrategias para no perder el contacto, sea con obras por streaming o con clases de teatro por Zoom. Nosotras seguimos dando clases online y lo vivimos sin juzgarlo porque sabemos que eso sirvió y acompañó a mucha gente, tanto profesores como alumnos. Respecto a la obra, en algún momento pensamos en filmarla o armar un audiovisual pero finalmente eso no prosperó. Decidimos esperar, no por estar en contra ni a favor, sino porque no sentimos la urgencia de hacerlo. Creo que ahora que se está pudiendo volver a la presencialidad queda en claro que el cara a cara no puede cambiarse por nada, la prueba está en que ni bien se pudo la gente fue a los teatros. Esa necesidad estaba, no se olvidó aunque algunas modalidades online persistan. 

Compartí

Comentarios

Dalia Cybel

Historiadora del arte y periodista feminista. Fanática de los libros y la siesta. En Instagram es @orquidiarios