Por si usted no recuerda quién es Ricardo López Murphy

🦧 Militante de la Franja Morada, economista de Chicago, liberal histórico que subió el IVA, ajustó el presupuesto en educación y duró poco más de 15 días en el cargo.

Algunes quizás sean muy jóvenes y no lo recuerden, otres tal vez se hayan olvidado al calor del paso del tiempo. Hay unes poques que lo tienen presente, pero no terminan de asociar su nombre con su trayectoria. Ya no usa ese frondoso bigote que lucía en tiempos mozos y ahora su cartelería se pinta de colores a tono con la estética de Juntos por el Cambio. Ricardo López Murphy no es un nombre nuevo en la política argentina y ostenta un currículum que le valdría un destierro total de la escena pública en cualquier otro país del mundo. Sin embargo, 20 años después de dejar un país en llamas, vuelve a presentarse a elecciones y suma una considerable expectativa de votos en lo que estiman las encuestas. Con el sano propósito de refrescar la memoria, aquí va un breve perfil del economista de doble apellido.

Ricardo por Balbín e Hipólito por Yrigoyen. López Murphy nació en un hogar radical e inició su militancia por herencia sanguínea. Su padre fue Juan José López Aguirre, diputado radical y jefe de policía civil de la Provincia de Buenos Aires. Ricardo Hipólito estudió Economía en la Universidad de La Plata, donde se incorporó a militar en la Franja Morada y presidió el Centro de Estudiantes, idéntico trayecto que su correligionario, referente liberal y adversario en la interna de Juntos por el Cambio, Martín Tetaz. Una vez recibido, López Murphy se insertó como docente universitario, fue becado por la Organización de Estados Americanos (OEA) y se fue a estudiar a Estados Unidos.

Su recorrido en el sector público comenzó de la mano de María Estela Martínez de Perón, pero fue durante la dictadura cívico-militar cuando consiguió su primer cargo: fue designado como director de Investigaciones Económicas y Análisis Fiscal en el Ministerio de Economía. Entre tanto, mantuvo su actividad de consultor con clientes de la talla del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Pero su carrera política en las grandes ligas comenzó con la llegada del gobierno de Fernando de la Rúa. Allí fue nombrado como Ministro de Defensa y ocupó este cargo desde diciembre de 1999 hasta marzo del 2001. Fue entonces cuando, en plena crisis económica, lo convocaron a asumir como Ministro de Economía, dando inicio a uno de los períodos más oscuros de la democracia argentina reciente.

López Murphy llegó impulsado por los sectores más conservadores. Su retórica liberal, en favor de los ajustes monetarios y los recortes en el gasto de Estado, marcaron el perfil ortodoxo al que hizo honor durante su breve gestión. Un ajuste de 1.962 millones de pesos al sector público fue la medida con la que estrenó el cargo. Despidió 40 mil empleados públicos, anuló becas y pensiones, anunció el pago de jubilaciones en 12 meses, recortó los programas sanitarios por 50 millones de pesos y redujo las indemnizaciones por despidos. Pese a su retórica liberal, aumentó el IVA del 15 al 21 por ciento, cifra en la que se mantiene hasta hoy. Las consecuencias fueron una masiva fuga de capitales, una poderosa movilización popular y una gestión fugaz al frente del Ministerio: en apenas 15 días, López Murphy tuvo que renunciar.

La gota que colmó el vaso y le costó el cargo fue el recorte realizado en educación, que incluía la cancelación de becas y programas, un achicamiento del 5 por ciento del gasto en el presupuesto y una reducción de las partidas asignadas a la Universidad de Buenos Aires. La masiva movilización que siguió a los anuncios terminó por sellar la suerte del «bulldog» al frente de la cartera. Esta salida dio paso a su tristemente célebre sucesor: Domingo Felipe Cavallo.

López Murphy abandonó el barco radical luego del año 2001 y en 2002 construyó su propio partido: Recrear para el Crecimiento. Un año después se presentó a elecciones y salió tercero: obtuvo 18 por ciento de los votos, superado por Néstor Kirchner y Carlos Saúl Menem. Pero en 2005, López Murphy se convertiría en socio fundador de uno de los principales partidos de la historia argentina contemporánea: el PRO. La fusión de su marca con Unión por la Libertad y otros sellos menores conformarían el partido que llevó a Mauricio Macri primero a la jefatura de Gobierno y, más adelante, a la presidencia de la Nación. En 2007, López Murphy intentó pujar en la interna por la conducción indiscutida del partido amarillo: logró sumar a Esteba Bullrich y poco más, pero finalmente obtuvo apenas el 1,45 por ciento de los votos.

Ahora, veinte años después del descalabro económico y social que lo tuviera como protagonista, Ricardo Hipólito López Murphy vuelve a las canchas. Convertido en primer precandidato a diputado por Republicanos Unidos, logró encolumnar tras de sí a un heterogéneo grupo de referentes de derecha y liberales. Su lista necesita un mínimo de 15 por ciento en la interna macrista para poder integrar la propuesta definitiva, pero el desafío del ex ministro de Economía es superar esa cifra, ya que con el piso necesario y por el sistema de paridad entraría su compañera, la científica Sandra Pitta.

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Yair Cybel

Una vez abrazó al Diego y le dijo que lo quería mucho. Fútbol, asado, cumbia y punk rock. Periodista e investigador. Trabajó en TeleSUR, HispanTV y AM750. Desde hace 8 años le pone cabeza y corazón a El Grito del Sur. Actualmente también labura en CELAG y aporta en campañas electorales en Latinoamérica.