Precarización en Hábitat Ecológico

El relato de uno de les laburantes que hacen posible la recolección de residuos sanitarios durante la pandemia. No son mencionados por nadie y su trabajo es destacado por la precarización y flexibilización.

La pandemia de coronavirus obligó al Gobierno Nacional a implementar una serie de medidas con el objetivo de proteger al personal sanitario del país, entre las que se incluye la prioridad en la vacunación contra el nuevo virus. Sin embargo, hasta el momento los trabajadores de recolección de residuos patológicos de la empresa Hábitat Ecológico y los que les prestan sus servicios mediante la agencia Gestión Laboral S.A. todavía no fueron inmunizados. La mayoría de ellos tuvo Covid-19 y ya son 29 los que murieron a causa de esta enfermedad.

Su trabajo consiste en recoger los residuos patogénicos de los hoteles de la Ciudad de Buenos Aires que funcionan como centro de aislamiento para enfermos de Covid, así como también de los hospitales de este mismo distrito y de la provincia de Buenos Aires. Luego, trasladan estos desechos a una planta de tratamiento para que sean esterilizados o incinerados dependiendo del tipo de material. Se trata de un trabajo que implica estar en contacto constante con el nuevo virus.

Uno de estos laburantes es Sebastián Costilla, quien fue desvinculado luego de reclamar por sus vacaciones adeudadas y después de haber trabajado casi dos años bajo la modalidad de eventual para Hábitat Ecológico a través de la agencia Gestión Laboral S.A.

Sebastián realizaba tres turnos de 8 horas y su horario de ingreso variaba todo el tiempo, ya que este podría ir desde las 4 de la mañana hasta las 12 del mediodía. “El trabajo es así en este tipo de empresas. No hay límites en determinadas cosas. Menos cuando sos eventual, que vas con la idea de tratar de quedar efectivo. En mi caso no se me dio”, nos relata.

Muchos de sus colegas tratan de no reclamar lo que se les debe por miedo a ser despedidos. Por esto, son varios los que terminan renunciando para efectivamente cobrar y seguir adelante con otros trabajos. “Creo que muchas veces las empresas juegan con la desesperación de uno y no te terminan pagando lo que realmente te tienen que pagar, que vos te lo ganaste trabajando”, señala Sebastián.

En su caso particular, decidió hacer el reclamo de sus vacaciones adeudadas y la respuesta de la agencia fue desvincularlo sin pagárselas. Ya pasaron dos años y su situación sigue igual, por lo que decidió acudir a La Defe, donde escuchamos su indignación: “Con todo esto de la pandemia que era nuevo, que había expuesto a mi familia, que había estado dos años prácticamente en tres turnos sin tener descanso me puse a pensar y me sentí decepcionado por todo, por el no reconocimiento de nada”.

“Para la empresa somos un número todos los trabajadores. Esa es la bronca y la impotencia que me da, de saber que uno hace las cosas bien y no alcanza para seguir trabajando. El plato psicológico que sufrí estos últimos dos años no se lo deseo a nadie. Fueron dos años muy duros. Para todos, ¿no? Pero por ahí más para uno que estuvo continuamente en contacto en el día a día con el virus”, concluye.

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