«Queremos un gobierno que se parezca cada vez más a su pueblo»

✊ Unas 300 mil personas volvieron a peregrinar a Plaza de Mayo en el día de San Cayetano. Las organizaciones sociales ratificaron su poder de movilización, apoyaron el rumbo del Gobierno y reclamaron la implementación del "Salario Único Universal".

–No sé si San Cayetano es real. Lo cierto es que en medio de una pandemia, es la única figura que nos promete acceder a un laburo digno. Me movilizo porque quiero un futuro digno, con obra social y jubilación como cualquier otra trabajadora.

La que habla es Natalia. Tiene 32 años y forma parte de la rama cartonera del Movimiento de los Trabajadores Excluidos (MTE). Su testimonio deja entrever que -más allá de la carga religiosa- el Día de San Cayetano posee un fuerte significado político. El sábado 7 de agosto, las organizaciones sociales y políticas que forman parte de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) marcharon desde la Iglesia de San Cayetano, ubicada en el barrio de Liniers, hasta Plaza de Mayo. Si bien no hay cifras exactas, se habla de que participaron más de 300.000 personas. En esta ocasión, la consigna principal fue “Tierra, techo, trabajo y salario universal”.

El vínculo del Santo con la política existe desde hace varias décadas. La figura de San Cayetano se volvió popular a principios de los ‘80. El 7 de noviembre de 1981, 20.000 personas se acercaron al santuario a pedir Paz, Pan y Trabajo. El evento había sido convocado por Saúl Ubaldini -Secretario General de la CGT- y fue la primera manifestación masiva en contra de la dictadura militar. En 2016, durante el gobierno de Mauricio Macri, los movimientos sociales aprovecharon la fecha para anunciar la fundación de la UTEP. En ese contexto, el foco de los reclamos estuvieron puestos en el hambre y los altos niveles de desocupación.

Fotos: Facundo Nívolo

A las 7 de la mañana, las calles cercanas a la estación de tren de Liniers estaban repletas de gente. La mayoría de las personas concurrieron con vestimenta de trabajo. Si se tuviese la posibilidad de observar la escena desde un dron, lo más probable sería que la postal se viera como un océano de cascos amarillos, uniformes marrones y canastos. Era frecuente ver mujeres acompañadas por sus hijxs. Cada tanto, alguna se apartaba de la columna para amamantar o cambiar un pañal. Es difícil hacer una síntesis del componente etario: había jóvenes que recién salían del secundario, ancianos y muchísimas familias. De lo que no caben dudas es de que la mayoría de ellxs pertenecían al pueblo trabajador.

En “Las formas elementales de la vida religiosa”, Emile Durkheim afirma que la principal característica de los fenómenos religiosos es la capacidad de generar una visión dual del universo conocido a partir de la división entre lo sagrado y lo profano. Siguiendo esta lógica, podemos afirmar que para aquellxs que se movilizaron el sábado, los derechos laborales ocupan el lugar de lo sagrado, mientras que la injusticia social es profana.

–A las travestis nos cuesta participar en espacios religiosos. Muchas la pasamos muy mal y lo espiritual es un punto de amparo. En las iglesias nos rechazan por nuestra identidad de género, y para cierto feminismo, es difícil aceptar la fe como una posibilidad. Llegué a la conclusión de que no me importaba lo que dijera el resto. Creo en San Cayetano, y si hoy tengo trabajo es gracias a él.

Izabella llegó a Liniers a las cuatro de la mañana. Es militante del colectivo travesti-trans y participa en varios espacios del Movimiento Evita. Hace cuatro años, la mujer de 35 años estaba desempleada y acudió al santuario de Liniers acompañada por su mamá. Dos semanas después, la convocaron para trabajar de recepcionista en un consultorio médico. Ese mismo momento, decidió que jamás iba a faltar al Día de San Cayetano.

Las historias de los concurrentes varían, pero todas se vinculan al mundo del trabajo. Algunxs hablan de la necesidad de acceder a mejores condiciones, mientras que otrxs rezan por el fin del desempleo. No está de más mencionar que, según un estudio realizado por UNICEF, en 2020, el 38% de los hogares en Argentina atravesó por situaciones de inestabilidad laboral. El porcentaje asciende al 44% en el caso de las mujeres.

Daniel Menéndez, coordinador de Somos-Barrios de Pie, hoy integrado al Movimiento Evita, explicó que para las organizaciones populares hacer una marcha en el Día de San Cayetano es una forma de expresar que el trabajo es el horizonte y el anhelo para un futuro más justo. Además agregó: “Movilizarse luego de un año y medio de pandemia es una forma de desahogo. Podemos hacerlo gracias a las enormes campañas de vacunación, y también es una forma de recordar a los militantes que le pusieron el cuerpo a la pandemia en los momentos más riesgosos. A ellos los sentimos como parte de la lucha histórica de nuestro pueblo».

Al mediodía, muchas de las columnas aún no habían llegado a Plaza de Mayo, pero de cualquier manera, la zona se encontraba colmada de gente. El humo de los choripanes se filtraba entre las banderas de las distintas organizaciones políticas. De fondo, se escuchaban bombos y trompetas.

Nahuel atravesó el Obelisco a upa de su mamá. Cuando vio la fuente de agua sobre la 9 de Julio, el nene de cuatro años no vaciló y se desprendió de los brazos de Marcela. A los pocos minutos, ya tenía la cabeza empapada y había sumergido una gran parte del cuerpo. Mientras tanto, otros chicxs -y unos pocos adultxs- hacían lo mismo. Para los sectores vinculados al peronismo, el gesto de los pies metidos en las fuentes del centro porteño tiene una connotación especial. La imagen habla de la forma en que los sectores populares colmaron los espacios urbanos que, hasta ese momento, se encontraban monopolizados por la burguesía urbana. Sería un error histórico comparar el 17 de octubre de 1945 y la movilización del sábado. Aún así, hay simbologías que sobreviven al paso del tiempo e incomodan a las clases acomodadas de la misma manera. 

El acto de cierre comenzó a las tres de la tarde. Se leyó un documento consensuado, y se le dio la palabra a varios oradores. Dina Sánchez, vocera nacional de Frente Popular Darío Santillán, expresó: “Aquí estamos ni más ni menos quienes fuimos excluidos y descartados del sistema. Pero ahora tenemos un sindicato para conquistar nuestros derechos”. Luego agregó: “Hay muchos que no entienden quiénes somos, y nos tratan de vagos o planeros, a ellos les decimos que somos quienes sostenemos las tareas esenciales y fundamentales en un contexto de pandemia”. Por último, Esteban Castro, secretario general de la UTEP, remarcó: “Queremos un gobierno que se parezca cada vez más a su pueblo». Además, destacó que el próximo paso es la discusión sobre el salario básico universal: “El nivel de pobreza tras cuatro años de macrismo y dos de pandemia hace que no podamos esperar más”.

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Julieta Bugacoff

Es estudiante de antropología (UNSAM) y egresada de periodismo (TEA). Trabaja como periodista y fotógrafa freelance y colabora con El Cohete a la Luna, Infobae y El Grito del Sur, entre otros medios. Tiene un gato fanático de los fideos con salsa, y milita en el ejército revolucionario de la menta granizada.