Varones, estereotipos y corporalidades

📊 A partir de una encuesta lanzada desde los perfiles de redes sociales de Bellamente y Privilegiados, se busca relevar el impacto de los estereotipos en la percepción de los varones sobre sus propios cuerpos.

Masculinidades

Dos potencias se saludan para hablar de la construcción de las masculinidades: los perfiles de Privilegiados y Bellamente lanzaron una encuesta para realizar un estudio sobre cómo las redes sociales impactan en la imagen corporal y el refuerzo de los estereotipos en varones. “Lo que hicimos fue pensar en conjunto qué problemáticas tienen las masculinidades con la imagen corporal. Y queríamos visibilizarlas, porque no hay muchos números en Argentina sobre qué pasa con la imagen corporal de los varones”, cuenta Candela Yatche, creadora de Bellamente, un perfil de redes sociales desde el que se abordan diversas temáticas ligadas principalmente a mandatos sociales, estereotipos de belleza y medios de comunicación.

“El trabajo surge a partir de la experiencia positiva de un estudio anterior, realizado durante la pandemia, que buscaba entender los desórdenes alimenticios en el contexto de encierro de cuarentena. Contexto en el que surgieron muchos mensajes gordoodiantes, que se escudaban en una moral de la ‘saludabilidad’ y hablaban del sedentarismo, la falta de actividad al aire libre, la inclinación a comer de más por aburrimiento o estar más tiempo en las casas. Discursos que asociaban subir de peso con estar mal”, suma Lucía Rodríguez, de Privilegiados, una cuenta también de redes sociales, pero abocada a masculinidades. Y agrega: “En este nuevo estudio la idea es entender también qué discursos, qué representaciones circulan en torno a los cuerpos masculinos y la exigencia de cumplir ciertos mandatos hegemónicos. Nos pareció muy interesante ser parte porque sabemos que el cuidado del cuerpo es un tema tabú o negado por las masculinidades, más aún cuando se cruza con mandatos estéticos, siempre asociados a las mujeres”.

Durante 2020, Bellamente realizó dos estudios similares en el marco de un proyecto UBACyT dirigido por la profesora Guillermina Rutsztein. Del primer y segundo estudio, en los que participaron 6596 y 6945 mujeres respectivamente, se desprenden los siguientes datos: el 68% de las mujeres utiliza aplicaciones o filtros para editar sus fotos antes de publicarlas, 5 de cada 10 mujeres que respondieron la encuesta tienen un alto grado de internalización del ideal de delgadez, y un 12 por ciento ligado al ideal de muscularidad, y más de la mitad compara frecuentemente su cuerpo con las personas que ven en Instagram. Sobre esta base, desde Privilegiados y Bellamente buscan ahora realizar un estudio para recabar información sobre el impacto de estas mismas cuestiones en los varones y “mostrar estas incomodidades corporales o estas problemáticas que pueden tener las masculinidades”.

“Es importante remarcar que hay una desigualdad de género en cuanto a la insatisfacción corporal: a las mujeres siempre se nos exigió mucho más encajar en el estereotipo de belleza. Pero igualmente hay un ideal de belleza masculina y en los últimos años se estuvo viendo cómo se lanzan cada vez más ‘productos de belleza’ o ‘servicios’, que están destinados a un público masculino, cuando quizás antes eso estaba más orientado a las femineidades. Ahí podemos ver entonces el cambio cultural que hubo en el último tiempo”, remarca la joven creadora de Bellamente.

Yatche plantea que en los últimos años ha aumentado el grado de insatisfacción de los varones con sus corporalidades y eso se ha visto traducido en trastornos alimenticios y fenómenos como la vigorexia, un tipo de trastorno del comportamiento que parte de creer que se tiene menos músculo del que se tiene o de que no es suficiente para alcanzar el estereotipo de varón musculoso. “Vivimos en una sociedad gordoodiante en la que hay un ideal de belleza, que es delgado, entonces todo lo que se sale de la norma es considerado un defecto o no atractivo. Se refuerza tanto la delgadez como sinónimo de belleza, de felicidad, de éxito, que las personas tenemos miedo de no poder encajar en esos estereotipos y no ser deseados, deseadas y deseades”, cuestiona.

El formulario que empezó a circular hace poco más de una semana lleva acumuladas más de 1500 respuestas y está apuntado a personas que se autoperciban varones y tengan entre 18 y 35 años de edad. “Según los estudios que han hecho las compañeras de Bellamente, el impacto es mayor en esas edades, y después de los 35 años empieza a disminuir el grado de importancia de los varones sobre nuestra imagen, cómo es percibida, y quizás nos importan menos algunos comentarios”, explica Andrés Arbit, otra de las cabezas detrás del perfil de Privilegiados.

Arbit identifica este fenómeno de mayor preocupación de los varones sobre su cuerpo como respuesta directa de un comportamiento social que ha impuesto un mandato y un peso sobre las masculinidades para seguir performando sus identidades. “Lo que podemos ver con el correr de los años es cómo se empezaron a construir otros mandatos desde la cultura y cómo la sociedad lo ha impulsado. Ahora lo podemos ver cada vez más claro en las redes sociales y cómo esto va impactando: existen nuevos mandatos de los físicos y muchos más varones jóvenes van al gimnasio, por ejemplo”, afirma.

Su compañera, Lucía Rodríguez, pone sobre la mesa también el “contexto capitalista”, como un elemento más a la hora de analizar los distintos motivos que llevan a que cada vez más varones le presten atención a su apariencia y persigan un ideal de belleza o musculatura, basado en los cuerpos que muestra la industria de la moda y las redes sociales. “En un contexto capitalista, el cuerpo y la imagen es un producto de consumo más, que nos da valor, en donde se mide nuestro éxito. El mandato de éxito, de ser el mejor, de estar perfectamente integrados en la sociedad en un rol ‘ganador’, de tener objetos de valor, un auto caro, ropa cara, también impacta sobre la idea de un cuerpo ‘exitoso’, que en nuestra sociedad es el sinónimo de flaco y en el caso de los varones musculado y tonificado”, reflexiona.

Si bien muchos de estos sucesos pasan por las redes sociales, ya que es una herramienta al alcance de la mano, es importante también poner el foco en los discursos que reproducen los medios de comunicación y la falta de inclusión de corporalidades diversas y mensajes que no profundicen el estereotipo hegemónico. No es una novedad para nadie encontrarse en decenas de portales con “noticias” que analizan la figura de hombres y mujeres del mundo, ligando muchas veces su figura esbelta y tonificada a una idea de mayor y mejor salud. Y justamente dichos comentarios generan que estos mandatos se perpetúen en la sociedad.

En ese sentido, Arbit plantea que “las redes sociales y los medios de comunicación son claves a la hora de influir y cristalizar estos estereotipos que se están transformando en el mandato del deber ser de los cuerpos”. Y en la misma línea opina Candela Yatche: “La belleza es una construcción social que parte justamente de los comentarios de las personas, los mensajes de los medios, las fotos que se difunden en redes sociales, etcétera. Y para modificar ese ideal de belleza tiene que haber, sin lugar a dudas, un cambio en los mensajes que se siguen reproduciendo en los medios, donde hay notas que sólo hablan de un cuerpo y no de una persona”.

Desde Privilegiados sostienen de todas formas que “podemos pensar también que los mandatos no son totalmente negativos”. “Es decir, si alguien elige ir al gimnasio porque le gusta o le divierte, y lo hace a conciencia y no por una presión del deber ser, no podemos decir que está mal. Eso no es lo que está mal. El problema es marcarlo como el norte, el punto a llegar para toda la humanidad y universalizar esas realidades”.

Una vez que finalice el estudio se publicarán los resultados en redes sociales y se realizará además, desde el Instagram de Privilegiados (@privilegiados_rrss), un video para hablar sobre el tema.

Pero ojo, esto no será lo único que surja como resultado del estudio. Consultades por El Grito del Sur sobre las medidas que consideran necesarias para contrarrestar esta idealización del cuerpo delgado y musculoso, les entrevistades arrojaron una serie de propuestas: desde espacios de reflexión para poder pensar; desde una ética feminista, los cuerpos, los vínculos, las masculinidades, la diversidad y los derechos humanos; la construcción de discursos más empáticos; la señalización del uso de filtros y edición de imágenes que se muestran en las redes y en las publicidades; promover una mayor diversidad corporal, entre otras.

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Christopher Loyola

Estudiante de Edición (FFyL-UBA), Presidente del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras (CEFyL).