Villa Del Parque y Devoto en la mira de Larreta: se viene el nuevo “distrito del vino”

🌆 El polígono lo conformarían las calles Espinosa, Biarritz, Av. San Martín, Carlos Antonio López, Av. General Paz, Cervantes, Tinogasta, Emilio Lamarca, Ricardo Gutiérrez, Alfredo Bufano y Terrero.

Si se aprueba en el próximo mes de septiembre un proyecto de ley que está corriendo de manera vertiginosa en la Legislatura porteña, parte de Villa del Parque y casi todo Devoto residencial (ver mapa) se convertirán en el quinto polo de desarrollo económico instalado en la Ciudad de Buenos Aires que se sumará a los distritos Tecnológico, Audiovisual, de las Artes, de Diseño y Deportes instalados en los barrios de Barracas, Parque Patricios, La Boca, San Telmo, Villa Lugano y Villa Soldati, respectivamente.

Para sorpresa de muchos, cinco días atrás el Gobierno porteño difundió la novedad en el diario La Nación y anunció la participación en el proyecto de la Cámara de Comerciantes de Villa Devoto (impulsora de esta iniciativa); Facundo Del Gaiso, legislador de la Coalición Cívica, integrante de la alianza Cambiemos y autor del proyecto; las veinte bodegas más importantes del país; las provincias de Mendoza, Salta, Neuquén y Buenos Aires en un trabajo conjunto con el Ministerio de Desarrollo Económico del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Esta iniciativa legislativa busca beneficiar impositivamente a las empresas que realicen inversiones vinculadas con el sector dentro del área demarcada, como ser producción y distribución de vinos, depósitos, bodegas, cavas, centros de enseñanza, formación y capacitación del producto, vinotecas, bares, restaurantes y emprendimientos gastronómicos que pivoten en el consumo de este producto. También prevé establecer un museo del vino en algunas de las viejas bodegas o locales en desuso sobre Av. San Martín. 

De esta manera, las primeras 15 firmas anotadas computarán como pago a cuenta del impuesto sobre los Ingresos Brutos hasta el 70% del monto invertido en el desarrollo inmobiliario dentro del distrito y los siguientes el 50%. Y el Banco Ciudad extendería créditos tanto para la construcción, compra, alquiler, mejora y acondicionamiento de inmuebles dentro del polígono, como para la adquisición de equipamiento relacionado con actividades ligadas al vino.

El matutino también revela lo expresado por el ministro Giusti (Desarrollo Económico local): “La Ciudad (en concreto Villa del Parque y Devoto) se transformaría en una especie de ventana o kilómetro cero para que los porteños y turistas, nacionales o extranjeros, puedan apreciar de cerca lo que significa la industria del vino en términos industriales, económicos y gastronómicos. Sería un punto de partida para trasladar ese impulso a las provincias, más allá de lo que significa la generación de empleo en Villa Devoto y todo el desarrollo que pueda generar alrededor de la industria”.

De Gaiso enfatizó: “La estrategia de internacionalización del Distrito del Vino se orienta a generar acciones de inserción internacional, capacitación en comercio exterior, fomento a la asociatividad exportadora, provisión de inteligencia competitiva, planes de primera exportación, así como cualquier otra iniciativa que impulse el desarrollo de mercados externos”.

A la luz de los dichos de los actores hasta ahora involucrados y del análisis del texto del proyecto legislativo surge que la iniciativa tiene aspectos, a mi entender, muy positivos:

  1. En una época de “vacas flacas” producto de la pandemia donde desaparecieron miles de empresas, el Estado de la Ciudad lleva a cabo una política proactiva para el fomento fiscal y crediticio de inversiones genuinas y desarrollo de nuevos emprendimientos que se radiquen en la jurisdicción.
  2. Promueve al sector privado.
  3. Es un proyecto que si bien se centra en una actividad económica, abre la ventana a potenciar otras como ser el turismo en un área de la ciudad que hoy no figura en los mapas de recorridos para los visitantes nacionales o internacionales. Siendo además que este rubro aporta al PBI de la capital del país un importante ingreso de divisas.

Pero (y siempre hay un pero), así como presenta aspectos positivos, este proyecto tal y como está planteado sobre el territorio que impactaría, encierra tres grandes riesgos:

En primer lugar, descompensaría a la Comuna 11, integrada por Villa Devoto, Villa del Parque, Villa Santa Rita y Villa General Mitre, aún más de lo que está hoy en día.

En contraste con lo que sucede en Villa del Parque pero sobre todo en el área de Villa Devoto residencial, que es una zona pujante por naturaleza y en la que el Estado de la Ciudad siempre está atento a sus requerimientos, Villa Santa Rita y Villa General Mitre muestran un sinnúmero de demandas insatisfechas y reclamos que llevan largos años. A título de ejemplo, solo mencionaré que Villa Santa Rita es el único barrio de la ciudad que carece de una plaza, y en Villa General Mitre hay un CESAC que pide a gritos su traslado porque la falta de espacio para la atención de los pacientes lo puso en estado de colapso.

Un distrito como el que se propone, que abarca en un 80% al área residencial de Devoto, posiblemente aumente esta descompensación que vive hoy la comuna.

Como consecuencia de lo anterior fomentará una comuna aún más desigual de lo que ya es en el presente.

En tercer lugar, para aquellos que conocemos la zona, cuando miramos a simple vista el mapa donde se supone se trazará el distrito, nos damos cuenta que el 80% del área que abarca son manzanas netamente residenciales de Villa Devoto y con un valor de la tierra que está entre los más altos de la ciudad.

Con un código urbanístico y de edificación tan lábil como el que rige hoy, el mayor riesgo de esta “invasión” de empresas -que estarán habilitadas para la fabricación, logística y distribución, centros de formación, oficinas, bares y restaurantes- , es que se genere un acelerado proceso de gentrificación, donde el vecino “huya” (aún malvendiendo su propiedad) porque el bucólico “jardín de Buenos Aires” pase aceleradamente a ser historia frente a la abrumadora llegada de olas de visitantes, desarrollos que aumenten la densidad de población, embotellamientos de tránsito, ruidos molestos e invasión del espacio público.

Esto que estoy mencionando no es un “riesgo hipotético”, tampoco es algo nuevo ni desconocido en la Ciudad de Buenos Aires, ya pasó en barrios como Palermo, San Telmo, La Boca y hasta Caballito.

¿Qué le falto a este proyecto?

Si bien, como dice el artículo del diario La Nación donde figuran las palabras de los propios actores que lo llevaron adelante, estuvieron en la mesa de trabajo el legislador autor del proyecto, el Ministerio de Desarrollo Económico, la cámara empresaria de Villa Devoto, más de veinte de las mejores bodegas del país y cuatro provincias (Salta, Mendoza, Neuquén y Buenos Aires), le faltaron otros actores no menos importantes como la Cámara de Comerciantes de Villa del Parque (porque el distrito alcanza y divide a su centro comercial) y fundamentalmente los vecinos que no solo no fueron consultados, ni siquiera fueron informados que se estaba elaborando un proyecto de esta magnitud que podrá traer sin duda beneficios pero también conlleva costos que no se miden en aspectos monetarios, sino en calidad de vida. Tampoco fueron convocados los representantes naturales de los vecinos que son los comuneros y mucho menos el órgano asesor natural de la democracia participativa que es el Consejo Consultivo Comunal.

¿Cómo podría mejorarse el proyecto?

En lo personal, en ningún caso “cascotearía” un proyecto que implica la posibilidad de desarrollo a partir de inversiones genuinas y la posibilidad de generar nuevas y más fuentes de trabajo.

Dicho esto, me parece que el proyecto es susceptible de mejoras. A saber:

Si el Distrito del Vino impactara sobre toda la comuna, recayendo específicamente sobre las áreas comerciales de los cuatro barrios por ejemplo, los centros comerciales de Villa del Parque, el polo gastronómico de Villa Devoto, Av. Nazca y adyacencias, Gavilán y aledaños y sobre los corredores de las grandes Avenidas (San Martín, Beiró, Nazca y Jonte) estimularía a toda la comuna, promovería el desarrollo de manera justa y equitativa, permitiría seguir creciendo a los centros comerciales y no generaría tantos peligros para las zonas residenciales, ayudaría de manera significativa al progreso de los barrios más postergados de la jurisdicción y que requieren de un Estado presente.

De manera complementaria también podrían desarrollarse otros proyectos comunitarios como ser los recorridos turísticos que “madurarían” de manera perfecta con el Distrito del Vino: circuitos maradonianos, arquitectónicos e históricos de un área de la ciudad que nos encantaría que otros descubrieran pero no a costa de arrasar con “nuestro lugar en el mundo”, que amamos, que elegimos para vivir y para criar a nuestros hijos.

Por último, un punto a prestar atención y en el que podría innovarse, son medidas que garanticen al vecino y la vecina que las empresas van a respetar en todos los casos la normativa conforme a no generar “ruidos molestos” e “invasión del espacio público”. Hoy la zona sufre las consecuencias de desaprensivos empresarios que no cumplen y la legislación no es lo suficiente ágil para frenar estos atropellos.

Señales positivas:

Para finalizar, el proyecto fue tratado el 23 de agosto de 2021 en la reunión de Diputados de la Comisión de Desarrollo Económico, Mercosur y Políticas Públicas. A instancias de diputados que lo consultaron, el legislador Del Gaiso manifestó que es permeable a que se incluyan modificaciones que puedan aportar y mejorar esta iniciativa.

Es por ello que en los próximos días vecinos, juntistas e integrantes de ONGs locales tendrán la oportunidad de reunirse y manifestar su parecer ante diputados de las diferentes fuerzas políticas. El debate está abierto.

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