De Berlín a Buenos Aires: problemas similares, soluciones opuestas

🏠 La capital alemana vota en un referéndum para expropiar 240 mil viviendas en manos de grandes inmobiliarias y volcarlas al mercado como alquileres públicos y baratos. Buenos Aires, a contramano.

Lindo quilombito se armó en Berlín. Unos 2,5 millones de habitantes de la capital alemana están convocados este domingo a un referéndum en el que se les consultará si están a favor o en contra de que el gobierno local expropie unas 240 mil viviendas en propiedad de grandes inmobiliarias y empresas Real State. La iniciativa surgió en respuesta al aumento desproporcionado del precio de los alquileres en una ciudad en la que el 85 por ciento de sus habitantes son inquilinos. Y tuvo como protagonistas a organizaciones de la sociedad civil, que recogieron unas 390 mil firmas de apoyo para forzar la votación, que se hará en paralelo a las elecciones legislativas nacionales.

El nombre del proyecto lo dice todo: «Expropiar Deutsche Wohnen & Co», una de las sociedades que concentra la tenencia de unas 113 mil viviendas sólo en Berlín y que desde mayo inició su fusión con otra gigante del rubro, Vonovia SA, proceso del que saldrá en pie la inmobiliaria más importante de toda Europa. El tenor de la propuesta (expropiar y que el Estado ponga los inmuebles a disposición de alquileres baratos) hizo que la noticia recorriera el mundo y resonara en muchas urbes que afrontan problemas similares.

«El concepto de expropiación es un poco engañoso, porque en realidad lo que pretendemos hacer se llama socialización», aclaró a la agencia EFE Ingrid Hoffmann, una de las impulsoras del referéndum. Según la propuesta, lo que el gobierno de Berlín pagaría a las inmobiliarias en concepto de expropiación lo recuperaría en el tiempo a través de los alquileres que los propios inquilinos pagarían todos los meses. «El objetivo no es ir en contra del negocio inmobiliario, sino garantizar los alquileres moderados que todavía existen en esta ciudad», dijo. Como la propuesta contaba en la previa con gran apoyo popular según las encuestas, la ciudad-estado anunció que comprará 14.750 apartamentos a Vonovia y Deutsche Wohnen, a cambio de unos 2.460 millones de euros, para dejar en claro de alguna manera que ya escuchó el mensaje.

REUTERS/Christian Mang

Berlín no es la única ciudad con problemas inmobiliarios. Ya en agosto, el presidente de Canadá, Justin Trudeau, anunció la prohibición de la propiedad “extranjera” en su país por cuatro años. “Las casas no deberían quedarse vacías cuando tantos canadienses están tratando de comprar una casa. Por lo tanto, prohibiremos la propiedad extranjera en Canadá durante los próximos dos años y aplicaremos impuestos a las propiedades de propiedad extranjera que estén vacantes”, dijo.

No es que los principales mandatarios del mundo se estén volviendo locos o hayan hecho un curso acelerado de marxismo, sino que empiezan a admitir los reclamos de los ciudadanos y trabajadores que cada vez están más complicados para pagar alquileres en las ciudades más importantes, ni que hablar de comprar su propia vivienda. Según un informe de noviembre pasado de la Oficina Europea de Estadística (EuroStat), «uno de cada cuatro europeos tiene serias dificultades para pagar los costes de la vivienda” y “(los inquilinos) destinan más del 40 por ciento de los ingresos para pagarlo». En punta pican España (donde hace una década estalló una burbuja inmobiliaria que desató un sacudón social), Grecia, Bulgaria, Rumania y Hungría.

Ey, qué te pasa Buenos Aires

Todavía lejos de una crisis, en Buenos Aires hay algunos indicios preocupantes. A contramano de lo que está en estudio o en implementación en el primer mundo, el Ejecutivo porteño privatizó durante las sucesivas gestiones del Pro casi 500 hectáreas de tierras públicas (vía ventas o concesiones) en los últimos 12 años, el equivalente a 630 canchas de River o a cuatro veces la superficie urbanizada de Puerto Madero, tal como en su momento reveló en exclusiva El Grito del Sur.

Ese proceso le quita al Estado capacidad de intervenir en la planificación urbana. Mientras tanto, en ese mismo período hubo un crecimiento de diez puntos en la proporción de hogares inquilinos en relación con los propietarios. Mientras que en 2001 el 64,4 por ciento de los hogares porteños era propietario, a agosto de 2020, según la última encuesta permanente de hogares realizada por la Dirección de Estadísticas y Censos, esa cifra se había reducido a un 53,4 por ciento. A la inversa sucedió con los inquilinos: pasaron de 23,9 por ciento de los hogares en 2003 al 34,8 hace un año.

Rodríguez Larreta y Elzstain, propietario de la Real State más grande de argentina

El Instituto de la Vivienda (IVC) realizó un estudio en 2018 basado en el consumo eléctrico mínimo que en teoría tiene como piso un departamento habitado (una heladera) y detectó que unas 138 mil viviendas estaban vacías u ociosas, un 9,2 por ciento del total de los hogares de la Ciudad. Sin embargo, y pese a las distintas iniciativas presentadas en la Legislatura, el Ejecutivo porteño no tomó ninguna medida al respecto.

“Berlín compró 14.500 casas para regular el precio de los alquileres y podría expropiar 250 mil viviendas más. La vivienda en la Ciudad más rica del país es un negocio de pocos para pocos y esa definición política explica por qué el macrismo de CABA nunca quiso tratar nuestro proyecto de creación de una Inmobiliaria Estatal”, dijo este viernes el legislador porteño Javier Andrade, vicepresidente de la Comisión de Planeamiento Urbano. “Propusimos conformar un banco público de inmuebles, la creación de un registro de contratos y de un sistema de garantía bancaria con el Banco Ciudad pero el modelo de Larreta es muy claro, que vivan en la Ciudad los que puedan pagarlo”, agregó.

El precio promedio de un alquiler de dos ambientes a agosto de este año en Buenos Aires se fue a 36.844 pesos, según el relevamiento mensual del Gobierno porteño. El año pasado estaba en 23.784: el crecimiento es fenomenal. En paralelo, Inquilinos Agrupados, sobre una encuesta de 2.400 casos de todo el país, determinó que el 24,3 por ciento de quienes alquilan destinan 40 por ciento de sus ingresos totales al pago del alquiler; el 23,6 por ciento destina el 30 por ciento y el 20,7 por ciento asigna 50 por ciento a ese gasto.

“El acceso a la vivienda en Argentina se ha transformado en uno de los problemas estructurales más subestimados; o se profundizan las regulaciones del acceso a la vivienda en alquiler o no habrá forma de frenar la crisis habitacional, pero tampoco de recuperar la economía mientras que 3 millones de familias inquilinas destinan la mitad de los ingresos totales del hogar al pago del alquiler», dijo el presidente de Inquilinos Agrupados, Gervasio Muñoz.

Desde el Ejecutivo de la Ciudad reconocen el problema y esperan aprobar una batería de “entre 3 y 4 medidas concretas” para mejorar el acceso al alquiler, según confiaron a El Grito del Sur. El anuncio llegaría antes de las elecciones de noviembre. Habrá que esperar.

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Matias Ferrari

Periodista, comunicador y militante social. Trabajó en Página/12 y colaboró en la investigación del libro "Macristocracia" publicado por Editorial Planeta.