Entre el festejo y el trago amargo

👩🏼‍🏫👨🏼‍🏫 En el Día del Maestro y de la Maestra, representantes sindicales conversaron con El Grito del Sur sobre esta fecha y cómo repercutieron los casi dos años de educación virtual.

Foto: Catalina Distefano

Hace un año, en plena cuarentena, El Grito del Sur conversaba con docentes de distintas escuelas de la Ciudad de Buenos Aires sobre cómo fue enseñar a leer y escribir por Zoom. 365 días después, aunque la pandemia de Covid-19 no ha terminado, el regreso a la presencialidad permitió que esta fecha se viva de otra manera, fundamentalmente en la Ciudad. «Este año hemos tenido por lo menos la posibilidad de compartir algún rato juntos en cada escuela. Esto es fundamental, sobre todo por el recorrido de dos años donde la virtualidad ha jugado un papel muy importante, incluso en esto de la fragmentación y la discontinuidad del contacto entre compañeros, que nos quita el laburo colectivo», dice Jorge Adaro, secretario adjunto de Ademys. «Esto ha sido aprovechado por el Gobierno de la Ciudad para seguir aplicando medidas anti laborales o de mayor precarización», continúa.

Otra de las diferencias que marcan los sindicatos tiene que ver con el número de docentes fallecidos y fallecidas a causa del virus, algo que la docencia viene denunciando desde el 17 de febrero. «Tenemos muy en claro que el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta y Soledad Acuña no nos ha cuidado como tendría que haberlo hecho y no ha garantizado las políticas necesarias para esta situación sanitaria», expresa Angélica Graciano, secretaria general de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE). En ese sentido, contrapone: «En la pandemia, las maestras argentinas y de la Ciudad de Buenos Aires hemos demostrado que somos capaces de estar a la altura de las circunstancias. Se ha puesto en evidencia el grado de compromiso y de solidaridad de todas las trabajadoras y de los trabajadores, no solo con los chicos sino también con las familias».

Ambos sindicatos realizaron durante la jornada de hoy un homenaje virtual a les trabajadores fallecidos, a lo que se suma la clase pública que convoca la UTE para el próximo miércoles 15 de septiembre, donde se repetirá de manera presencial, con la imagen de cada una y cada uno de quienes perdieron la vida «a causa de la presencialidad compulsiva de Larreta y Acuña». Además, hoy tuvieron lugar distintos actos celebratorios en el marco de la convocatoria realizada por la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) y, por otro lado, por la Internacional de la Educación por América Latina. Los eventos fueron transmitidos vía Facebook Live y Youtube, y contaron con la presencia de diversas personalidades y artistas, como Arbolito, Dolores Solá, Verónica Condomí y Liliana Vitale.

Consultado por el carácter de la jornada de hoy, que reúne una mezcla de sensaciones, emociones y enfoques muy diversas, Adaro responde: «Como trabajadores y trabajadoras de la educación que somos, la lucha es un punto fundamental. Y por supuesto que en ese marco de lucha también hay momentos para el festejo, que tiene que ver precisamente con celebrar a la docencia y celebrar la lucha por las condiciones a las que aspiramos tener».

Graciano, por su parte, opina que «es un día para celebrar que estamos inscriptas en las mejores tradiciones de la educación argentina». Y habla también de «una celebración de lo que cada maestra es capaz de hacer en su ámbito de trabajo y del compromiso infinito que tenemos con el derecho a la educación», señala antes de remarcar el sabor amargo por las muertes evitables. «Fingen que la educación es una prioridad, pero la prioridad era desestabilizar las políticas de cuidado», denuncia.

¿Cómo se explica tanta resistencia docente frente al ninguneo constante?, preguntó este medio luego de dos años de conflicto entre los gremios y el oficialismo porteño. «Las trabajadoras y los trabajadores de la educación más jóvenes se inscriben en la tradición de lucha que tiene este sector. Hay una coherencia que tiene el sector de trabajadores, de una dignidad que se va transmitiendo de generación en generación. Hay un mandato que es enseñar con ternura, con cuidado, con respeto a los derechos de niños y niñas. Y ningún gobierno puede arrasar así como así con eso. Porque nosotras y nosotros aprendimos de los maestros anteriores y así se fue formando una enorme cadena de generaciones. No es tan fácil borrar nuestra historia y nuestras experiencias de lucha: la carpa blanca, la escuela itinerante, nuestros compañeros detenidos-desaparecidos», sostiene la titular de la UTE y refuerza: «La lucha forja ideales, marca utopías y muestra la fuerza colectiva para decir que no cuando el Poder, encarnado por esta gente, muestra su peor cara, que es la cara de la crueldad, la cara de aquellos a los que no les importa la vida de los demás y lo único que les interesa es el marketing, la publicidad y la retórica vacía».

Para Jorge Adaro «tiene mucho que ver con el trabajo que uno elige». «Nosotros hacemos un laburo fundamentalmente territorial, estamos todo el tiempo con los pibes y las pibas, pero también con las familias, conociendo qué es lo que les pasa, estamos con las expresiones bien abajo de las miserias del capitalismo, de la gente sin trabajo, de la gente que sufre. El contacto permanente con esos pibes y con esas familias, con la realidad en definitiva, hace que no tengas demasiada opción y que sea parte del ADN de este sector».

Finalmente, Angélica Graciano concluye: «La derecha cree que superponiendo las imágenes de la publicidad y transformando el discurso en un cacareo permanente va a borrar lo que son las grandes tradiciones de la educación pública en la Argentina». «Pero se equivocaron y esto se va a ver el domingo en los resultados electorales».

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Christopher Loyola

Estudiante de Edición (FFyL-UBA), Presidente del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras (CEFyL).