Elecciones 2021: ¿Qué pasa con la agenda ambientalista?

🌿 En la semana del cierre de campaña, El Grito del Sur habló con candidatos, militantes y especialistas sobre la agenda ambiental en las plataformas electorales.

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Entre memes de carpinchos, travesías en kayak y manifestantes con máscaras de puercos, este año el movimiento ambientalista puso a jugar todos los recursos posibles para no pasar desapercibido durante la campaña. Con las consecuencias de la pandemia a flor de piel y con focos de incendio desarrollándose a lo largo del país, todo el arco político le exigió a sus candidates un posicionamiento al respecto, advirtiendo que la agenda ecológica no puede seguir postergándose o limitarse al mero greenwashing. Esta situación recrudece en una ciudad como Buenos Aires, donde entre 2009 y 2019, el macrismo privatizó aproximadamente 450 hectáreas de tierras públicas debido a ventas y concesiones. Mientras les vecines se aferran con uñas y dientes a los únicos metros de espacio verde que aún no han sido privatizados, El Grito del Sur habló con Hernán Hougassian, Licenciado en Ciencias Ambientales y docente de la UBA; Julián Monkes, Licenciado en Ciencias Ambientales; y Fabiana Zanutti, precandidata a diputada nacional por la provincia de Buenos Aires del Partido Verde, sobre la importancia de que existan políticas ambientales eficaces en las plataformas electorales. 

¿Cómo ves las plataformas electorales en términos de ambiente?

Hernán: Sin caer en un conformismo, hay que reconocer que el debate ambiental en Argentina viene creciendo de la mano de una juventud movilizada -local y mundialmente- y, lamentablemente, de las consecuencias climáticas. Si comparamos lo que sucedió en otras elecciones vemos un crecimiento muy positivo. Hoy todas las plataformas en algún punto abordan la cuestión ambiental, lo que queda es ver quiénes lo hacen por una convicción ideológica y quiénes por marketing electoral. Ahí están las diferencias no sólo cuantitativas, sino cualitativas.

Julián: Si bien, junto con la del 2019, es la campaña donde se vio mayor presencia en términos ambientales, aún veo pobres las plataformas electorales. Esperaba más considerando la pandemia, los incendios y la movilización de la juventud. Es una situación agridulce.

Fabiana: Las plataformas electorales están bastante pobres con respecto al tema ambiental. No están a la altura de la crisis climática que vivimos. Estamos en un momento bisagra para nuestra vida: o cambiamos la forma de consumir y de producir, o la reacción de la naturaleza será impredecible. No alcanza con un capítulo verde en las plataformas. Las decisiones tienen que estar basadas en si cuidan o no el ambiente.

Julian Monkes

¿Qué espacio creés que tiene más propuestas?

Hernán: Pensando en las principales fuerzas, hay mucha heterogeneidad entre lo que es el Frente de Todos y Cambiemos. En CABA, cuando María Eugenia Vidal trata de dar la discusión ambiental lo hace desde el paradigma de la derecha, intentando disimular con términos ambientales políticas que no generan modificaciones de fondo. Leandro Santoro es sincero cuando reconoce que no es su fuerte, pero se rodea de las organizaciones que vienen dando estos debates y plantea políticas más contundentes al respecto. 

Julián: Las izquierdas tradicionalmente le han dado lugar a la agenda ambiental con diferentes propuestas pero en general, a mi gusto, no se condicen con algo que pueda ser realizable. Incluso muchas no tienen que ver con políticas concretas porque “Basta de desmontes” no es una estrategia legislativa sino una consigna. El Frente de Todos ha sabido construir una buena agenda ambiental en los centros urbanos como Córdoba, Mendoza y CABA. Destaco a Leandro Santoro, que me parece que es el que más habla de la cuestión y busca poner la política ambiental como eje vertebral de la campaña.

Fabiana: En el Partido Verde todas las propuestas tienen en cuenta el eje ambiental. Proponemos una transición ecológica integral, un cambio en el modelo productivo, acceso universal seguro y gratuito al agua, ley nacional de humedales, desarrollo de empleos sostenibles, entre otras. El diferencial es que queremos subirnos a la agenda del mundo para transformar las formas de producir y de consumir con las que vivimos.

¿Por qué es importante que la agenda ambiental entre en el debate electoral?

Hernán: Es importante porque representa la oportunidad perfecta para poder generar masividad, más que nada cuando vemos las consecuencias de la pandemia. Me parece que ahora el desafío es que el tema no solo esté presente sino subir la vara de la discusión. Que el debate comience a apuntar en las políticas públicas transformadoras que podemos exigirle a los dirigentes políticos para transformar la realidad. 

Fabiana: Es importante porque la política tiene que estar a la altura de las circunstancias. Hasta hoy, las dos grandes fuerzas que estuvieron en el poder usaron el área ambiental como “pago político” poniendo a quienes menos saben de los temas. Esto no puede pasar más. Tiene que ser central en cualquier decisión que se tome. 

¿Qué pasa con les negacionistas del cambio climático?

Julián: Yo no les daría mucho lugar, forman parte de una minoría muy marginal. Desde ya que generan sentido en el núcleo duro de gente que los sigue, pero ni siquiera creo que todos los libertarios reproduzcan el discurso de Milei.

Hernán: Lo que hacen estos sectores con sus planteos ridículos es correr el eje de la discusión. En vez de pensar cómo mitigar el cambio climático, gastamos energía contestando que el cambio climático no es un invento del comunismo. Me parece que esas figuras le hablan a un núcleo duro muy minúsculo y no nos permiten concentrarnos en profundizar discusiones como qué tipo de modelo de desarrollo tenemos que generar para reducir los impactos ambientales.

Fabiana: Creo que quienes nos gobiernan son negacionistas encubiertos. Hablan de cambio climático, quieren participar de las cumbres climáticas y luego envían un paquete de medidas al Congreso Nacional que subsidia el fracking y a las petroleras por 20 años más. Cómo así también hacen un acuerdo para instalar megagranjas de carne porcina en nuestro país, lo que traerá problemas de salud, de contaminación, de emisiones y un pasivo ambiental inmenso, solo para generar un negocio para cuatro o cinco. Los negacionistas tienen que entender que la crisis climática es global, que nos afecta a todos y que no es una opción mirar para el costado. Hay que escuchar a la ciencia y a los cientos de miles de jóvenes del mundo que exigen un futuro posible.

Hernán Hougassian

¿Cómo ven la posibilidad de sancionar la ley de Humedales en un año electoral?

Julián: La ley de Humedales toca muchos intereses y plantea debates dentro de una coalición gobernante que es amplia, especialmente a nivel federal. Hay diputades del Frente de Todos que están impulsando la ley y otres en contra, porque el ecologismo es una cuestión que genera tensiones y trae muchas miradas. Desde Juntos ya demostraron en su gestión que son la expresión de los poderes concentrados y los sectores que no quieren regulaciones ambientales. Nuestro desafío como ambientalistas populares es dar la disputa externa sin descuidar la necesidad de ampliar la correlación de fuerzas en nuestro espacio.

Hernán: El problema de la ley de Humedales no es que se debata en un año de elecciones legislativas, sino cómo se realiza esta discusión. Las leyes de ordenamiento territorial tocan muchísimos intereses y por supuesto que va a haber tensiones. Creo que si no se forman mesas de diálogo, donde todos los intereses puedan discutir mediados por el Estado, va a ser imposible sancionarla y mucho menos aplicarla en cada uno de los territorios. Hay que sortear las tensiones generando consensos no solo para que la ley se vote, sino principalmente para que la ley se cumpla. 

Larreta dice que su gobierno es el que más espacios verdes creó en CABA, pero el movimiento ambientalista no deja de enfatizar en la privatización de espacios comunes. ¿Cómo sería esto?

Julián: El engaño está en cómo se miden los espacios verdes. Larreta es bastante hábil, lo que hizo fue parquizar, armar plazas de cemento, pero los lugares de recreación se redujeron ampliamente. Para que te des una idea, cuenta como espacio verde los canteros del Metrobús y los jardines verticales en las calles. Con esta estrategia logró reducir los espacios de encuentro y socialización y que la cuenta siga siendo positiva. 

Hernán: Las estadísticas de venta del espacio público hablan por sí solas. Intervenir las grandes urbanizaciones con algunas plazas secas no es lo mismo que generar grandes parques donde se promueva la biodiversidad. Los beneficios para el ecosistema y el aprovechamiento de ellos que puede hacer la sociedad es totalmente diferente. En las ciudades hay que pensar el urbanismo en términos de ambiente pero también de clase, contemplando quién tiene acceso a los espacios verdes. Una plaza seca no cuenta como un espacio verde y plantar árboles no reemplaza los terrenos públicos recreativos que son intervenidos para poner negocios. 

Fabiana: Creo que Larreta argumenta eso para tapar los negocios que está haciendo con lo que deberían ser espacios verdes, como lo es el acuerdo con IRSA, o la venta de Costa Salguero, entre muchos otros que no son tan conocidos. La Ciudad de Buenos Aires tiene un déficit de entre 1500 y 3000 hectáreas de espacios verdes. Se transfirieron 400 hectáreas del sector público al sector privado. La cantidad de espacios verdes es de entre 4,5 y 6 m2 por habitante, muy por debajo de los estándares internacionales que aconsejan 15 m2. La Comuna 3 (Balvanera y San Cristóbal), la peor rankeada, tiene sólo 0,4 m2 de verde por habitante. Los espacios verdes son recursos indispensables en zonas urbanas porque contribuyen en la lucha contra el cambio climático, que es la mayor amenaza que enfrentamos como humanidad.

Fabiana Zanutti

En Argentina la relación entre peronismo y ambiente siempre fue muy estrecha; sin embargo, mundialmente el movimiento ecologista se relaciona con las izquierdas y se tiende a pensar que hay cierto greenwashing de las derechas. ¿Considerás que esto sigue siendo así en el presente?

Hernán: Perón fue el que creó la primera Secretaría de Ambiente en Latinoamérica en la década del 70 con Yolanda Ortiz a la cabeza e incluso desde Madrid, en el exilio, alertaba sobre las problemáticas ambientales. Si partimos de la base de que no hay justicia social sin justicia ambiental, porque afectan en mayor medida a los sectores vulnerables, no incorporar políticas públicas de un gobierno peronista es una contradicción. Después, dentro del movimiento hay mucha heterogeneidad. En lo que respecta al greenwashing, o este ambientalismo más marketinero, puede estar tanto en las izquierdas como en las derechas porque en general el sistema no nos invita a pensar en la ecología y cuando lo hace se queda en términos más superficiales. Estoy convencido de que cualquier persona progresista y del campo popular tendría que ser ambientalista, al igual que creo que hay una incompatibilidad entre las ideas liberales de los sectores de derecha y el ambientalismo popular. 

Fabiana: La relación del peronismo con el ambiente se terminó cuando Perón ya no estuvo más. En el Partido Verde reconocemos la importancia de la carta de Perón a los pueblos y gobiernos del mundo, pero ninguno de los gobiernos peronistas que nos han gobernado ha tenido en cuenta estos principios. Los Partidos Verdes no son de izquierdas ni de derechas, son verdes. Por definición son partidos de centro. A nivel mundial se relaciona a los partidos verdes con las izquierdas porque hablamos de una transición justa que no deje a nadie atrás. Sabemos que los efectos del cambio climático afectan más a los sectores vulnerables porque son los barrios pobres los que tienen los ríos contaminados y los basurales a cielo abierto en la esquina de sus casas.

Julián: Para Perón fue muy importante la lucha ambiental y escribió mucho al respecto. Yo creo que ese vínculo comenzó a rearmarse en los gobiernos de Néstor y Cristina, en cuestiones más urbanas como la cuenca del Riachuelo o Acumar o incluso cuando Néstor retoma el concepto de deuda ecológica. La relación entre peronismo y ambiente termina de afianzarse hoy en día cuando, más allá de los debates internos, se están tomando mucho más esas banderas. Sin ir más lejos, Máximo es uno de los dirigentes que más bola le da al tema. Son discusiones que se dan hacia adentro y tal vez la gente no se entera, pero el desafío es visibilizar que existe una alternativa posible al ambientalismo individualista liberal y los proyectos utópicos de las izquierdas.

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Dalia Cybel

Historiadora del arte y periodista feminista. Fanática de los libros y la siesta. En Instagram es @orquidiarios