Futurología o ciencia: ¿cómo y quién hace las encuestas?

📊 En la semana de las PASO, El Grito del Sur habló con especialistas sobre cómo se hacen, quién las paga y para qué sirven las encuestas.

Entre detractores, fanáticos y apasionados, no existe argentino que, antes de las elecciones, no haya leído alguna encuesta. Desde una historia de Instagram hasta sondeos internacionales, estos relevamientos sirven para conocer gustos, deseos y afinidades de la población y, cuando se trata del ámbito político, los ánimos hacia dentro y fuera del núcleo duro de les candidates. Sin embargo, ¿cómo se hacen y para qué sirven las encuestas? El Grito del Sur habló al respecto con Guillermo Javier González, licenciado en Sociología e investigador del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), y Santiago Giorgetta, director asociado de Proyección Ciudadana y miembro del Observatorio Social de la Secretaría de Medios de la Universidad de La Matanza.

“Nosotros tenemos dos estrategias: las encuestas en las cuales nos contrata el cliente por un interés particular y las que hacemos por motus propio”, cuenta Santiago, que hace cuatro años junto con su socio y primo hermano encabeza la encuestadora con foco en la Provincia de Buenos Aires, Capital Federal y los grandes conglomerados del interior del país. “La metodología siempre es online a través de cuestionarios guiados, por lo cual solemos usar incentivos como publicidad o algún sorteo. Respecto al momento siempre es mejor hacerlas viernes, sábados y domingos, cuando la gente tiene más tiempo y aumenta el tráfico en la web”, continúa. 

Durante la charla, el consultor aclara que si bien para algunes expertes las encuestas online son sesgadas, pues limitan su muestreo a la población que tiene acceso a la tecnología, los relevamientos telefónicos también pueden serlo. “Nosotros para tener un margen de error bajo (3,5%) en Gran Buenos Aires o Capital Federal, tomamos un monitoreo de al menos 1.500 casos”.

“Desde CELAG no nos centramos en encuestas de intención de voto porque somos un centro de investigación, aunque claramente nuestros relevamientos se relacionan con el panorama político”, subraya Guillermo, profesor en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Maestrando en Estudios Electorales por la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). «Solemos focalizarnos en temáticas que puedan evaluarse a largo plazo para medir fenómenos sociales que no caducan tan rápido como una elección. Además, aunque parezca mentira, mucha gente decide su voto 15 minutos antes de entrar al cuarto oscuro”.

Para que las encuestas tengan eficacia, el especialista hace especial hincapié en la manera de confeccionar el cuestionario, instancia a la cual -en el caso de CELAG- se le dedica casi un tercio del proceso. Para elegir las preguntas se tiene en cuenta la zona geográfica, la coyuntura, los debates internos, las opiniones de especialistas y los ejes fundamentales a radiografiar, apuntando a que funcionen como insumos para investigaciones posteriores, propias o ajenas. “Nuestro enfoque nos permite entender el cambio de opinión de la población a largo plazo. Eso es interesante porque, por ejemplo, cuando relevamos la opinión pública sobre el aborto en Argentina podemos ver cómo los índices van cambiando ampliamente en el tiempo”.

Muchas veces, a la hora de probar su trasparencia, aparece una tensión sobre la verdadera intencionalidad de los sectores que encargan los estudios de opinión publica. En ese sentido, parafraseando a Marx, un fantasma recorre las encuestas y es el de la intención de influenciar la opinión pública a través de especulaciones. “La mayoría de las encuestas no se publican, sino que se las guardan los consultores porque los clientes les piden. Lo que hay que preguntarse cuando aparece una encuesta es para qué se publica, quién trabaja en la consultora y el sesgo del medio”, explica Giorgetta, que considera que los relevamientos, al igual que con los medios, deben leerse contemplando la intención subjetiva que hay por detrás. “Cada consultor muestra el resultado que el cliente quiso poner en un medio de comunicación, por eso se dice que muchas veces las encuestas sirven más para cambiar las intenciones políticas que para generar diagnósticos electorales”.

Plot twist o qué pasa con esos finales inesperados

En 2019, a la hora de definir las máximas autoridades que gobernarían el país, ninguna de las encuestas publicadas en los tres medios más leídos (Clarín, La Nación y Página/12) predijo que Alberto Fernández contaría en las PASO con una diferencia de más de 10 puntos y, salvo una (Ideia Big Data), todas sobreestimaron la intención de voto hacia José Luis Espert.

Dos meses después, la suerte tampoco jugó a favor de las consultoras, que no anticiparon la posibilidad de que este porcentaje se achique. De 14 encuestas relevadas por Chequeado, ninguna auguró que Macri obtendría más del 40% y solo 2 (Opinaia y Atlas Intel) predijeron que el Frente de Todos sacaría menos del 50%, como finalmente lo hizo, con el 48,1%.

En ese momento, les periodistas Olivia Sohr y Martín Slipczuk advirtieron que, si bien por ley las encuestadoras deberían entregar a la Cámara Electoral fichas técnicas con los datos de sus estudios, solo 20 en todo el país lo había hecho para las últimas elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) y solo una aclaró de dónde provino el financiamiento, algo que debería realizarse en todos los casos.

“Las encuestas no sirven para dar el número exacto, lo que te da es un panorama del momento a grandes rasgos. Nosotros tuvimos suerte en 2019 y le acertamos a la intención de voto para las PASO, pero después en las generales la gran mayoría de las consultoras no supimos predecir que la brecha se acortaría. Ahí es cuando uno se tiene que preocupar, porque significa que se ampliaron los márgenes de error. Igualmente no lo veo como un fracaso, son cuestiones técnicas que uno tiene que ajustar, pero lo importante es la intención a grandes rasgos”, afirma el director de Proyección Ciudadana respecto a la afinidad del resultado. 

En cambio, cuanto se trata de encuestas de opinión, González advierte que la posibilidad de que haya finales inesperados se achica fuertemente. “En general se confirman nuestras presunciones. Es verdad que los que estamos mucho en política tal vez terminamos insertos en una burbuja y eso engaña las pretensiones. Para reducir el margen de error la muestra debe ser representativa y calibrada. Es importante tener en cuenta parámetros de género, rangos etarios y sectores económicos, entre otros factores».

A tres días de las elecciones primarias legislativas, la ansiedad obligó a este medio a consultarle a los entrevistados por la posibilidad de que el domingo se ratifique el augurio de las encuestas. Ante la pregunta, el integrante de CELAG responde: “Como persona que hace encuestas y además las mira, las analiza y tiene el detalle -en 2019 hasta había armado un Excel-, creo que las encuestas de intención de voto no son fiables. Las encuestadoras tienen intereses y uno ya sabe a quién responden. Por otro lado, hay veda y un tiempo antes ya no se puede publicar. Finalmente está el fenómeno del voto oculto o gente que no quiere confesar a quién va a votar”. 

En la cercanía de los comicios, la veda está por comenzar, la suerte está echada y los números (aún) inciertos.

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El Grito del Sur

El Grito del Sur es un medio popular de la Ciudad de Buenos Aires.
Fundado el 23 de septiembre de 2012 en el natalicio de Mariano Moreno.