La tierra para quien la trabaja. El viejo lema de las organizaciones campesinas de toda Latinoamérica vuelve a resonar en boca de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT). Es que este lunes 20 de septiembre comenzó el acampe de la organización de productores agrarios en Plaza Congreso con el objetivo de exigir avances en el tratamiento de la Ley de Acceso a la Tierra. La movida se extenderá hasta el martes 21, día de la primavera, cuando realizarán un florazo y un festival musical que contará con la participación de artistas de la talla de Eruca Sativa, Susy Shock y Sudor Marika.
«Hoy estamos en Congreso y vamos a hacer un acampe de dos días para que avance la Ley de Acceso a la Tierra. Somos los pequeños productores, que alquilamos las tierras y vivimos en casillas de madera muy precarias donde ocurren incendios o cortocircuitos que arrasan con todo y después nos quedamos con la ropa puesta», explicó la vocera de la UTT Zulma Molloja, consultada por este medio. «Tenemos contratos de arrendamiento de dos años que generalmente se incumplen y tenemos que salir a la tierra pelada, donde no hay nada, ni siquiera escuelas rurales, caminos o salitas públicas», agregó la dirigente campesina.
Entre verdurazos, charlas y talleres, la organización vuelve a instalar la necesidad de adoptar políticas públicas que garanticen el acceso al alimento, la producción local y el sostenimiento de precios justos en los productos primarios. Mientras la soja alcanza precios récord que recuerdan al boom de los commodities de principio de siglo, la agenda de los pequeños productores sigue siendo relegada en el parlamento. Es por eso que desde la UTT convocaron a productores de todo el país con el objetivo de discutir «otro modelo de un campo que alimente, somos miles de campesinos, cooperativas agrarias y pequeños y medianos productores que proponemos un modelo sustentable a través de la agroecología y la democratización de la tierra, para lograr la soberanía alimentaria en nuestro país”, señaló Agustín Suárez, vocero y militante de la UTT.
Desde la organización resaltan que en nuestro país apenas el 13 por ciento de la tierra está en manos de pequeños productores, los encargados de generar casi el 60 por ciento de los alimentos que circulan en el mercado interno. En contraposición, el 1 por ciento de las empresas agrarias controla el 36 por ciento de la tierra cultivada en nuestro país. Cargill, Dreyfus, Dehesa y Vicentin son los nombres de los grandes ganadores de un negocio para pocos.
Es por eso que desde el gremio agrícola proponen una ley que permita el acceso a créditos blandos que repliquen el modelo del PROCREAR pero en el sector rural, incentivando a las pequeñas familias productoras para acceder a las tierras que les faciliten la producción y la vivienda. El proyecto no es una novedad, sino que cuenta con estado parlamentario y en mayo de este año las comisiones de Agricultura y Asuntos Legislativos lo trataron en la Cámara de Diputados pero sin llegar a un dictamen.
«Es un proyecto que presentamos en 2016 y volvimos a presentar en 2018», agregó Molloja y señaló que el año pasado volvieron a insistir con la presentación del pliego. «Somos gente trabajadora, queremos créditos blandos para comprar un terreno y pagar en cuotas. No queremos que nos regalen nada, pero nosotros pagamos alquileres carísimos entre 20 a 30 mil pesos y la luz entre 20 a 30 mil pesos. Nosotros somos quienes alimentamos al pueblo y la tierra es de quien la produce».
