«Alberto Fernández ha hecho muy poco para diferenciarse del macrismo»

🗣️ Socióloga y feminista, la dirigente del Nuevo MAS busca renovar la izquierda. Propone un sueldo básico de 100 mil pesos y 50% de retenciones al agro. "En Argentina hay un gran espacio para hacer oposición por izquierda al Gobierno", analiza.

Manuela Castañeira pide que empecemos la entrevista puntual. Viene ajustada de horarios porque a los compromisos de campaña se le suma el hecho de que no ha dejado de trabajar como personal no docente en la Universidad de San Martín. Esta socióloga oriunda de Entre Ríos es la candidata del Nuevo MAS en la Provincia de Buenos Aires y busca oxigenar la izquierda con algunas propuestas que causaron bastante revuelo: desde el sueldo básico de 100 mil pesos hasta el aumento de retenciones al agro para alcanzar un 50%. Durante la charla sumará el pedido de hacer pie en las propuestas y menos en las divisiones de la izquierda, un tema recurrente en el que la prensa suele indagar.

Propusiste un sueldo mínimo de 100 mil pesos. ¿Cómo se sostendría esta medida en el escenario económico actual?

Es una medida buenarda (risas). Nosotros con esa propuesta logramos colocar en agenda el debate sobre el salario. Se discute de economía o de inflación, pero no se discute sobre el único precio anclado que es el salario. Creemos que, además de necesario, es posible. Necesario porque con menos de eso es imposible independizarse, pagar un alquiler, bancar a tu familia o comprar unas zapatillas. Yo el precio de las «Tolosa» no lo encontré. Es injusto que las cosas lindas y facheras sean solo para los hijos de la clase alta y no para los hijos de laburantes. Es la naturalización de una desigualdad espantosa. Yo quiero que los jóvenes se compren las zapatillas que quieran.

¿Y cómo se sostendría este salario?

Es el mínimo vital y móvil, aprobado por ley e indexado por inflación. Creo que se puede hacer, pero requiere una segunda propuesta que causó mucho escozor entre los sectores poderosos que es la de 50% de retenciones al agro y que se dejen de joder. Me preguntan mucho y me dicen que no se puede, pero sí se puede y se hace con esto. El agro es el sector ganador en la actual desigualdad de la Argentina. Son las mayores riquezas de la Provincia de Buenos Aires concentradas en unos pocos bolsillos, tienen récord histórico de ingresos porque han subido los precios de las commodities a nivel internacional y hay devaluación. De la noche a la mañana, sin laburar, sin agarrar la pala, pequeños grupos que concentran el conjunto de la riqueza de la tierra argentina, multiplicaron sus ingresos sin haber puesto un peso. Con la política de retenciones operas una redistribución que tiene que elevar la masa salarial y el piso del salario.

¿No creés que el sector agroexportador dejaría de liquidar sus cosechas?

Ya lo están haciendo ahora, con las silobolsas. Ya ni siquiera construyen silos, meten un cacho de plástico y especulan. Yo conozco mucho el campo porque vengo de Entre Ríos, mi familia es trabajadora del campo. Pero este tipo de decisiones -como el aumento del salario mínimo, vital y móvil, y las retenciones- implican una serie de políticas por detrás, como el control de precios para las cadenas supermercadistas, no para Doña Rosa que tiene un kiosco en su casa con ventana a la vereda. Y también una política de control de las exportaciones para evitar este tipo de especulación. Por supuesto que son políticas legislativas que requieren un apoyo popular. Ahí opino que tenemos que traer para el conjunto de la sociedad argentina, la experiencia política que hicimos con la marea verde. Cómo nosotras y nosotres conquistamos un derecho histórico para la sociedad a partir de la movilización, de la organización política, del debate democrático y colectivo desde abajo. Ahí hay una combinación muy importante entre palacio y plaza. Esa es la manera de hacer política que queremos transmitir.

¿Cómo ves la situación nacional y de la Provincia de Buenos Aires?

He estado recorriendo mucho el país y ahora la Provincia de Buenos Aires. Veo un gran problema centrado sobre todo en la miseria salarial y la precarización laboral. Hay reactivación en la economía, lo dice el propio Gobierno, pero ocultan que está siendo a base de precarización laboral y en la Provincia hay olor a los 90. Se está sintiendo como otra pandemia la contratación por agencia. Pibes jóvenes que en los últimos 8 meses pasaron por cinco fábricas, inclusive en la industria automotriz que era ejemplo de los convenios colectivos de trabajo. Ahora te contratan y te echan como a un trapo de piso. Es una cuestión de desprecio inaceptable a los trabajadores y las trabajadoras. Esto afecta también a los sectores de la juventud que ven con mucha dificultad el acceso al primer empleo, o que ese primer empleo es absolutamente precario. Te genera la sensación de que estás ahí trabajando por dos pesos con cincuenta, humillado, y te da la sensación de que con ese trabajo no podes construir futuro. Porque trabajas jornadas larguísimas por muy poca plata, porque te echan todo el tiempo y no tenes estabilidad ni para mudarte o porque no te podes comprar una casa, un auto. Están muy mal las cosas en términos sociales y laborales, y hay una fuerza que no se presenta a elecciones y que es cómplice del Gobierno en encorsetar a los trabajadores para que no reclamen: la dirección sindical tradicional de la CGT, que tiene atado de manos a los trabajadores con el decreto que firmó el Presidente que prohíbe realizar asambleas en los lugares de trabajo.

En un mundo que va cada vez más hacia la precarización laboral y la contratación por apps, ¿qué medidas contracíclicas de esta tendencia se pueden tomar?

Efectivamente son los nuevos problemas del nuevo siglo y hay que tener un análisis muy preciso del tema. No son lo mismo los problemas de los ´90 que los problemas de hoy. Hay puntos de encuentro como la precarización, pero ahora están usando la tecnología para aumentar la explotación. En el caso del reparto por aplicaciones, un sector que emplea casi 55 mil trabajadores y que en Argentina creció muchísimo durante la pandemia, existe un «dejar hacer» a las empresas. No hay ningún control por parte del Estado a las empresas y hacen lo que quieren con los trabajadores: en primer lugar, no reconocerlos como tales y llamarlos colaboradores. No son iguales. Hay unos que son ultramillonarios que son los empleadores y unos pibes que no son reconocidos ni como trabajadores. En primer lugar, hay que hacer un reconocimiento de la relación laboral. A partir de eso, garantizar todos los derechos relacionados: ART, obra social. Y ahí el pase a planta, que tiene que ser por ley. Hay que erradicar las leyes menemistas, que son el plafón para la contratación por agencia y regular esta situación. Pase a planta de trabajadores de aplicaciones y el reconocimiento de su sindicato, presentado en el Ministerio, que es el SiTRaREPA, el primer sindicato nacional de base de trabajadores de reparto por aplicación.

En Perú ganó un gobierno de izquierda, en Chile la Constituyente es presidida por una mujer que proviene de los pueblos originarios. ¿Cómo ves la coyuntura regional y cómo impacta en Argentina?

Comenzó a haber un crecimiento de expresiones por izquierda, tanto en materia de rebeliones como en materia electoral. Hay una discusión mundial que impacta en la región por el sistema: el capitalismo no está resolviendo los grandes problemas sociales y hay un enorme malestar, sobre todo entre las nuevas generaciones que no encuentran la realización ni laboral, ni educativa, ni personal ni ecológica dentro de este sistema. Y empiezan a manifestarse. Las juventudes mundiales contra el cambio climático son un gran ejemplo y ahí la discusión es con el sistema capitalista. Una pancarta muy común en esas marchas es: «No podemos cambiar el planeta, pero sí el sistema». En esta situación ha habido polarización, con un polo de extrema derecha expresado en Trump y Bolsonaro pero que ahora está a la baja. Yo creo que en Argentina hay un gran espacio para hacer oposición por izquierda al gobierno de Alberto Fernández.

¿Y por qué la izquierda no pudo capitalizar el descontento con Macri y volvió a ganar el peronismo?

La izquierda en Argentina es una gran referencia. En las calles están los macristas, los oficialistas del Gobierno y la tercera posición en la realidad es la izquierda y esa es la expresión social que viene construyendo. Hace falta una discusión sobre cómo la izquierda va a ser alternativa en Argentina en términos sociales. El peronismo tiene todo un aparato para imponer su ideología en materia electoral, es la salida de las no transformaciones de fondo. El Frente de Todos capitalizó el voto castigo a Macri, pero a la izquierda le fue muy bien. Alberto Fernández ganó las elecciones, prometió mucho y cumplió poco y es tibio con los poderosos. La derecha está creciendo en el país porque el Gobierno la deja. Cada vez que el Presidente se retracta con una política que cuestiona a algún grupo poderoso, avanza la ultraderecha. ¿Qué medida han tomado para los sectores populares? Dicen que no se puede tener un salario de 100 mil pesos, pero están arreglando para pagarle al Fondo Monetario Internacional y eso significa que de acá a diez años cada peso que genere la Argentina lo van transformar en dólar. ¿Cómo vamos a estar mejor?

¿El problema de que no hubiera unidad en la izquierda fue que Del Caño no quiso? ¿No hay una autocrítica por parte del Nuevo MAS? ¿Qué se puede hacer para avanzar en estos pisos de acuerdo?

Nosotros le propusimos a Del Caño un debate. Hicimos la propuesta de debatir con los candidatos a presidente de la última elección y Del Caño volvió a ratificar que no quería discutir con nosotros, ahí te queda clarísimo quién no quiere la unidad. Ellos son los que han fragmentado: hoy hay cinco listas en la Provincia, cuatro en Capital, echaron a su fundador, están en una interna sangrienta con acusaciones en todo el interior del país. Incluso Tolosa Paz hizo una propuesta de debate a Santilli y a todas las fuerzas políticas, a la que obviamente dijimos que sí porque nos parece saludable. Tenemos que renovar a la izquierda, hay que discutir cómo ser una alternativa y eso requiere arremangarse y ponerse a pensar cómo es el anticapitalismo del siglo XXI, cómo llevamos el pensamiento socialista a las trabajadoras y trabajadores, cómo nos vinculamos con los movimientos de lucha como la marea verde. Las mujeres y disidencias tienen que tener predominancia en nuestras listas y gran visibilidad, por eso el Nuevo MAS me propuso y terminé siendo la única precandidata a presidente en 2019. Actualmente soy la única mujer de la izquierda que encabeza una lista en el distrito más grande y más estratégico para la izquierda, como es la Provincia de Buenos Aires.

Victoria Tolosa Paz declaró que en el peronismo «se garcha bien» y numerosos sectores salieron a responderle. ¿Cómo ves estas respuestas?

Creo que hay un grave problema y es que detrás de las declaraciones jocosas no se va a resolver a último minuto la política de abandono que han tenido para con la juventud. Vamos dos años de universidades cerradas y ninguna política para la presencialidad segura. El Gobierno les ha dejado sin espacios de socialización, de cultura, de deporte, de ningún tipo y por eso la juventud hoy está muy molesta.

¿Para ustedes el kirchnerismo y el macrismo son lo mismo?

Jamás dije eso. Sí considero que ambos son capitalistas. Lo que pasa es que el macrismo es un capitalismo neoliberal y conservador en lo social y Alberto Fernández es social liberal. El problema es que Fernández se tiene que diferenciar del macrismo, no alcanza con lo que yo diga. Y está haciendo muy poco, porque va a pagar la deuda de Macri.

¿Cómo creen que les va a ir en las PASO?

Estamos muy entusiasmados y con una campaña que no para de crecer. Hemos colaborado a condicionar el debate por izquierda en las elecciones, con el debate sobre el salario, sobre dónde tienen que salir los recursos. Nos plantamos con la ultraderecha. Recientemente estuve en un debate entre Milei y Fernanda Vallejos y me parecía que lo trataba como un liberal, pero es un fascista. En eso hay que ser muy claros y prender las alarmas. Ha crecido mucho la campaña por la renovación de la izquierda y estamos pidiendo que nos acompañen para conseguir los 200 mil votos que necesitamos en la Provincia de Buenos Aires para estar en noviembre.

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Yair Cybel

Una vez abrazó al Diego y le dijo que lo quería mucho. Fútbol, asado, cumbia y punk rock. Periodista e investigador. Trabajó en TeleSUR, HispanTV y AM750. Desde hace 8 años le pone cabeza y corazón a El Grito del Sur. Actualmente también labura en CELAG y aporta en campañas electorales en Latinoamérica.