¿Por qué los migrantes tenemos que votar en las elecciones legislativas?

🗳️ En el Día Nacional del Inmigrante, compartimos esta reflexión sobre la importancia de aumentar la participación migrante en las urnas y su posible impacto en la creciente visibilidad política de este sector.

Según el Diagnóstico de la Población de Inmigrantes en la Argentina, en 1914 la población proveniente de otro país era del 29,9%. Ya en 1947, el 15,3% era en su mayoría migración europea: las consecuencias fueron las guerras que se desataron en el Viejo Continente y, por otro lado, las promesas de tierras y trabajo por parte del gobierno nacional. Las familias migrantes trajeron consigo su cultura e ideología, su aporte al desarrollo del movimiento obrero y por ello fueron perseguidos por las oligarquías, debido a sus ideologías anarquistas, comunistas, socialistas, etc. Pero aun así lograron tener inserción política, por tres razones a mi juicio: tenían una amplia población migrante, eran la mano de obra del sustento para el país, y contaban con una aceptación por parte de la sociedad argentina ya que ambos eran de la misma descendencia.

En la actualidad, la población migrante asciende a 2,2 millones de personas -4.9 % del total- y si bien en su mayoría somos de los países limítrofes (Paraguay 32,1% / Bolivia 17,5% / Chile 11,4% / Perú 7,6% / Italia 5,9% / Venezuela 5,7% / Uruguay 5%), en estos últimos años arribó un pequeño flujo proveniente de África, Asia y Centro América. 

Realizamos los trabajos más precarios, pero al mismo tiempo somos de los más elementales para el desarrollo económico diario del país: rubros como la construcción, la confección de indumentarias, la producción de frutas y verduras, las economías locales; así como las ferias comunitarias y las panificadoras barriales. También tenemos profesionales en otras áreas, pero en un bajo porcentaje.

Muchos venimos de países donde la mayoría de la población es indígena, originaria. Es por eso el rechazo que recibimos, no solo por nuestra condición de “migrantes” sino también por nuestro color de piel, nuestro origen étnico, nuestras culturas e ideologías, por eso somos racializados. Un continente que fue invadido y colonizado por europeos está volviendo a ser repoblado por originarios de este continente. De allí surge el rechazo por parte de las elites conservadoras, y la vieja política tradicional, son ellos quienes no nos quieren organizados ni que alcemos la voz, vuelvo a decir, a mi juicio, por dos elementos: si cada vez nos organizamos más, vamos a tocar los intereses de quienes son los principales beneficiarios de la explotación laboral que vivimos; por otro lado, está la cosmovisión eurocentrista construida en la sociedad.

Hoy bajan una línea a través de los medios hegemónicos que son de su propiedad: discursos de odio, de racismo y de xenofobia. Esto expresó Mauricio Macri durante los cuatro años de su gestión, aplicando políticas de criminalización y de persecución. No olvidemos tampoco a las víctimas que el racismo y la xenofobia nos arrebataron.

Pero esos cuatro años macristas también sirvieron para empoderarnos y reorganizarnos en distintos rincones del país, dentro y fuera de las organizaciones sociales y políticas, y todes juntes logramos la derogación del DNU 70/2017.

En estos últimos tiempos logramos la participación en las elecciones legislativas: en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se consiguió el voto automático y hoy 417.000 migrantes están habilitados para votar, y en Provincia de Buenos Aires son 820.530 personas -solo en la provincia de Formosa, les migrantes no tienen ninguna participación en el sufragio-. Todas estas políticas nacieron de la demanda de las comunidades migrantes y se lograron con el apoyo del oficialismo. Por eso es importante aumentar la participación en las urnas en términos de visibilidad política, porque es allí donde nos mostramos. Además, entre las cuatro poblaciones migrantes más grandes ya tenemos una generación nacida en el país, y es importante forjar nuevos militantes con su identidad firme, para que tengamos mayor participación política, y de esa manera mejorar las condiciones de trabajo de las familias más pobres del país, de las cuales formamos parte, e ir conquistando mayores derechos en unidad y hermandad con el pueblo, con los trabajadores de la economía popular, con los pueblos originarios de la Argentina. Solo así venceremos el odio, la exclusión y el racismo.

Compartí

Comentarios