La campaña del Frente de Todos porteño de cara a las PASO tuvo su broche este martes en el microestadio de Ferro, en Caballito, exactamente un mes después de la presentación de la fórmula en Costa Salguero, con el Río de la Plata de fondo. Victoria Montenegro, que va por su segundo mandato como legisladora de la Ciudad, fue una de las protagonistas a lo largo de un recorrido tan intenso como distinto a cualquier otro. “Fue una campaña atípica tanto por la pandemia como por el tono de la confrontación, aunque fuimos capaces de plantear un modelo alternativo de Ciudad al que representan (Horacio) Rodríguez Larreta y (María Eugenia) Vidal”, es el balance de la precandidata que dialogó con El Grito del Sur al filo de la veda, minutos después del cierre nacional del Gobierno, en Tecnópolis.
¿Cuál es su balance de este mes de campaña?
Fue una campaña distinta a cualquier otra por razones obvias, relacionadas con la pandemia, pero de todas formas logramos cumplir con uno de los objetivos que era entrar lo más posible en contacto con los vecinos y las vecinas, estar cerca de la gente en un distrito que a priori siempre se dice que es adverso para nosotros. Y nos encontramos con una grata sorpresa de dar y recibir mucha fuerza para salir adelante de esta situación, de todos los momentos adversos que sufrimos como pueblo desde el año pasado. Pese a lo complejo de la situación, percibimos que hay esperanza. Por otro lado, quizás, nos quedamos con muchas ganas de poder discutir mucho más en profundidad sobre los temas de fondo, como dijo el Presidente, “los dos modelos de país”, que en nuestro caso son también dos modelos de Ciudad: salud, educación, medio ambiente, trabajo. Nos encontramos con una resistencia muy fuerte desde Juntos por el Cambio, que tuvo una candidata muy opaca como Vidal, quien curiosamente se dedicó a hablar de la situación social de la Ciudad en tercera persona, como si el PRO no estuviera gobernando desde hace 14 años, con mucho en el debe.
En Ferro llamó a “llenar la Legislatura con legisladores del Frente de Todos”. ¿Qué cambiaría políticamente un bloque opositor más robusto?
Es que se cree que hay discusiones imposibles de dar en la Ciudad y no es así. El ámbito para darlas, uno de los más importantes, es la Legislatura, donde damos batallas cotidianas. Si conseguimos seguir creciendo, la Legislatura va a dejar de ser la escribanía de Rodríguez Larreta y vamos a poder discutir cómo frenar el negocio inmobiliario, recuperar la Costanera para la gente y fijar otras prioridades. Hay muchos temas de la Ciudad que están silenciados. ¿Dónde fue a parar el presupuesto del Instituto de la Vivienda con el déficit habitacional que tenemos? Son algunos ejemplos. Son años de desviar recursos de porteños y porteñas para distintos negocios muy obscenos. Y en el medio, por ejemplo, la Ciudad sigue sin reconocer a enfermeros y enfermeras como profesionales y continúa con su déficit en la urbanización de los barrios populares, por ejemplo. La semana pasada nos reunimos con el Colectivo de Arquitectas y puedo decir que hay temas que si no actuamos ahora estamos condenando a varias generaciones, por las consecuencias que el cambio climático puede traer para la Ciudad si se privatiza la costa. Para todo eso necesitamos un bloque que dé pelea.
El Jefe de Gobierno, sobre el final de la campaña, propuso eliminar la indemnización por despidos. ¿Abrió la puerta a discutir dos modelos de país, como pedía el Gobierno?
Fue un sincericidio. Sumado a lo que piensa Vidal sobre que los jóvenes deben ganar la mitad del salario, quedó claro qué es lo que buscan. Fue un intento desesperado por dejar de perder votos por derecha con (Javier) Milei, para lo cual también sumaron a (Mauricio) Macri en el tramo final. Si vuelven a ser gobierno, no quedan dudas que van a hacer el mismo desastre que hizo él.
Milei tuvo expresiones negacionistas sobre el terrorismo de Estado. ¿Le preocupa su crecimiento en las encuestas?
Bastante, y por distintos motivos. Es un fenómeno que no está pasando solo acá, hay una ultraderecha que va creciendo en todo el mundo a la que no hay que menospreciar y hay que combatir, hay que estar muy atentos. Milei es un candidato negacionista, con un discurso hueco, pero más que el personaje me preocupa que un sector de los adolescentes lo repite. Lo primero que creo que queda en evidencia es la destrucción de la memoria durante los cuatro años de gobierno de Macri. El proceso de Memoria, Verdad y Justicia en Argentina nos hace especiales en todo el mundo, y Macri no lo trabajó, y por eso hay muchos chicos y chicas que no lo conocen a fondo, y que además manejan una vorágine de comunicación muy propia y novedosa, que nos obliga a redoblar nuestros esfuerzos en ese sentido para que la memoria siga viva. Además, en nuestro país hay desaparecidos que siguen vivos, y son los nietos y nietas, que hoy son padres con hijos adolescentes, los hijos de nuestros hermanos, por lo que el negacionismo también es peligroso desde ese lugar, el de la restitución de la identidad.
Hay una palabra en el discurso de Milei, “libertad”, que parece de alguna manera expropiada y hasta deshistorizada.
Absolutamente. Con paciencia y con políticas públicas de Memoria y Derechos Humanos, hay que discutir con los jóvenes que la democracia es la libertad por la que peleamos, la libertad de pensar distinto, que costó mucho. Costó mucho que tengamos los derechos que hoy tenemos, la educación sexual, el respeto a la diversidad, el rol de las mujeres en la sociedad, todo costó mucho y a esos discursos de odio, violentos, nunca hay que minimizarlos. A quién le resta votos Milei, no sólo a nosotros o a Juntos por el Cambio o a la izquierda, es otra discusión, menos importante para mí.
Un tema que estuvo fuera de la campaña, relacionado con las fuerzas de seguridad, es la desaparición hace ya dos años y medio del Policía de la Ciudad de origen armenio Arshak Karhanyan. Esta semana, el Gobierno porteño dejó trascender que no va a hablar del tema en campaña, denunciando una suerte de utilización política, al tiempo que la sitúa a usted en una reunión con Diego Santilli el año pasado. ¿Fue así? ¿Existió esa reunión?
Eso trascendió en una nota vergonzosa y quiero dejar en claro que esa reunión nunca existió. La única vez que me reuní con Santilli por el tema fue al poco tiempo de la desaparición de Arshak, en la Legislatura. Tuve que decirle yo misma que tenía un Policía sospechosamente desaparecido, por el que ya habíamos presentado un Habeas Corpus.
¿Santilli no sabía?
Me dijo “no tengo idea de lo que estás hablando” y delante mío habló con Marcelo D’Alessandro, secretario de Seguridad, que se lo confirma en ese momento. No sé si fue una actuación o qué, pero así se dieron las cosas. Me pidió que lo ayudemos a buscarlo, pero en la causa hicieron un desastre y borraron todas las pruebas que pudieron.
Hace poco usted pidió más solidaridad de la Policía porteña para con él y la familia. La causa avanza. ¿En qué situación está la investigación?
El presidente Alberto Fernández nos dio la posibilidad de visibilizar la situación y hoy estamos cerca de destrabar, 30 meses después, la vergonzosa investigación, en la que se borraron pruebas clave como las cámaras de seguridad. Santilli se jacta de que la propia Policía lleva la investigación, lo cual es un bochorno.
Por último, hace pocos días Máximo Kirchner declaró que “los presidentes que endeudaron al país salieron todos de la Ciudad”, en clara alusión a una repetición del ciclo que podría darse en 2023 con Rodríguez Larreta. ¿Cómo se hace para revertir esa tendencia?
Primero que nada, nosotros no preguntamos a quién votó tal o cual a la hora de hacer políticas públicas a nivel nacional que también impactan en la Ciudad, como todas las que se tomaron en pandemia. Para bien o para mal, para nosotros para mal, los porteños vienen votando de una determinada forma, pero eso no nos aleja de los que más necesitan también en este territorio. Trabajamos y nos esforzamos mucho para que en el próximo turno el que gobierne sea de nuestro espacio y podamos dar vuelta esa historia.
