Sin dudas, una de las sorpresas de la elección a nivel nacional fue la buena performance del Frente de Izquierda-Unidad en muchas provincias del país. Con guarismos que superan su media histórica, el FIT-U realizó una buena votación en la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, pero el gran batacazo se produjo en Jujuy, donde alcanzó el 23,31% de los votos y quedó a un paso de meter como diputado nacional a Alejandro Vilca, recolector de residuos de origen colla y militante del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Para conocer mejor el escenario en la provincia, la gestión de Gerardo Morales y las propuestas del Frente de Izquierda, El Grito del Sur se comunicó con Vilca luego de la histórica elección de este domingo.
El FIT tuvo una gran performance alcanzando casi el 25% de los votos. ¿Cómo analizás esta performance?
El gobierno nacional fue el gran derrotado en estas PASO. Hay un gran descontento con el gobierno de Alberto Fernández, que se expresó tanto por derecha como por izquierda y que surge de la bronca de no haber cumplido con sus consignas de mejorar la calidad de vida de la sociedad. Y eso también pasa en provincias como la nuestra, gobernada por Gerardo Morales, que la verdad que hizo una buena elección. Pero acá el Frente de Todos se ha dedicado a cogobernar con Morales y eso hizo que un sector importante de sus votantes elijan una opción de izquierda. Igualmente en Jujuy venimos haciendo muy buenas elecciones desde hace varios años atrás, consolidándonos como fuerza. Nos fue bien en Jujuy en la capital, en Palpalá también. Es importante el resultado.
¿Cuál es la situación política que se vive en Jujuy con el gobierno de Morales?
El gobierno de Gerardo Morales es muy duro. Impulsó una gran represión social, persiguió a opositores y benefició a las grandes mineras, azucareras, las productoras de tabaco, la gran mayoría de negocios que son concentrados en pocas manos. Además, el gobierno jujeño tiene muchos negocios particulares: hay una casta de negocios familiares de Gerardo Morales y su entorno pero también del peronismo, que son cómplices del cogobierno con Morales. Eso ha generado un ambiente de bronca y rechazo al bipartidismo en la provincia, pero también mucha gente que ha visto que con la izquierda nos podemos enfrentar a los poderosos. A lo que se le suma que hemos hecho una fuerte campaña militante.
¿El hecho de que Milagro Sala esté encarcelada ha generado una derechización de la propuesta peronista en la provincia y un mayor espacio político para el FIT?
Acá el peronismo siempre ha tenido una posición de derecha.
¿Incluso con Milagro Sala?
Exactamente. De hecho, desde la vuelta de la democracia hemos tenido gobiernos del PJ que han sido gobiernos muy duros, con muertos, con la aplicación de las políticas menemistas en la década del 90, con la mayoría de gobernadores del PJ. Lo de Milagro Sala es una avanzada sobre la protesta social, pero Gerardo Morales lo hizo bajo el código contravencional bastante duro que armó y aprobó el gobierno del PJ. Hoy el principal garante de la gobernabilidad es el PJ, que no solamente puso un vicegobernador sino que valida muchas de las medidas de este gobierno.
¿Ustedes creen que Milagro es una presa política?
Es lo mismo que sucede con muchos dirigentes sociales y luchadores sindicales. El gobierno de Morales, apenas asumió, cambió al Supremo Tribunal de Justicia por jueces afines a él que antes eran diputados radicales. Hay una Justicia adicta al gobierno que persigue a luchadores sociales e incluso a la izquierda: nosotros tenemos muchos compañeros que han sido judicializados o despedidos. Incluso en la Legislatura han suspendido a una diputada del PJ por criticar al gobierno y a nosotros, que tenemos un sistema de rotación de bancas, no nos han permitido que asuma un diputado provincial electo. No lo dejan asumir por un capricho político y porque saben que desde la izquierda hemos sido siempre consecuentes en denunciar los negociados de la UCR y acompañando cada lucha del pueblo trabajador.
¿Cómo ves la crisis actual del gabinete nacional?
Lo veo como una crisis de camarillas, de espacios de poder que al final no discuten las medidas económicas que van a favorecer a los trabajadores. Lo que estalla la crisis son las elecciones y eso seguramente se agrave en noviembre, porque quedan dos años de gobierno y seguramente van a arreglar con el Fondo Monetario Internacional, lo que sin duda los lleva a una posible derrota. Con la derrota ahora discuten si se la va a dar algo al pueblo con tal de recuperar el caudal de votos y evitar una caída peor.
¿Cuáles son las propuestas de la izquierda?
Nosotros creemos que hay que cortar con el ajuste y romper con el Fondo Monetario Internacional, la deuda no podemos pagarla y mucho menos en pandemia donde muchos hemos perdido el poder adquisitivo. Hay que revertir las prioridades y pensar cómo recomponemos los salarios. Para eso necesitamos que los trabajadores y el pueblo se organicen contra las camarillas. Necesitamos la nacionalización de la banca y el comercio exterior para frenar la fuga de capitales y terminar con la remarcación de los precios que generan cuatro o cinco empresas de alimentos. Además, tenemos que equiparar el salario con la canasta social.
¿Creés que tienen margen para crecer en noviembre?
Yo creo que la crisis del Gobierno va a tener consecuencias en el electorado y evidentemente no le va a hacer nada bien a Alberto Fernández. Eso va a hacer que se genere cierta decepción en el electorado y nosotros vamos a tratar de hacer que se exprese por izquierda y no por alternativas de derechas, más conservadoras. En ese marco podríamos aumentar nuestro caudal de votos.
