En la Ciudad de Buenos Aires, cuatro listas de izquierda se disputan la representación de ese espacio político. Federico Winokur, de apenas 28 años, es el precandidato a primer diputado nacional por el Nuevo MAS. En comunicación con El Grito del Sur, este docente y militante ecologista repasa los principales problemas de la juventud, analiza al gobierno de Alberto Fernández y critica el crecimiento de los sectores liberales. «Son peligrosos porque son fascistas, porque son misóginos y en el fondo si quisieran hacer una dictadura militar, la harían», señala.
En la Ciudad se presentan cuatro listas distintas de izquierda. ¿Por qué no hay unidad para las elecciones? ¿Cuáles son las diferencias entre las opciones que disputan?
Hoy la izquierda no está unificada por decisión de Nicolás del Caño y el Frente de Izquierda (FIT). Nosotros somos partidarios de la unidad, propusimos un debate entre Manuela Castañeira y Nicolás del Caño para discutir un programa de la izquierda. Empezar por un debate donde se puedan discutir las propuestas del anticapitalismo del siglo XXI. Del Caño se negó y desde ese momento quedó claro que la unidad no iba a ser posible. Las diferencias tienen que ver con qué aporta la izquierda a la campaña electoral y qué perspectivas tenemos nosotros. Porque obviamente la preocupación de la unidad es una preocupación del electorado y una situación general de la izquierda, no queremos hacer del debate en la izquierda un gallinero, sino mostrar que podemos marcar agenda y abrir debates importantes. Esa es una diferencia muy clara entre el FIT y el Nuevo MAS: plantear debates en la sociedad. Somos una opción anticapitalista que tiene propuestas concretas para las necesidades de la gente, pero también un vínculo muy importante con los movimientos sociales y la lucha por abajo. Nunca nos van escuchar decir a nosotros (como dijo del Caño) que con 20 diputados se resuelven los problemas de los trabajadores en la Argentina porque no somos electoralistas y no creemos que funcionen así las cosas. Conquistar diputados, representación, nos parece muy importante para las izquierdas y la clase trabajadora, pero la conquista de derechos es un proceso. Las conquistas en el capitalismo del s. XXI no van a venir solo con proyectos de ley, sino también con los movimientos sociales y los movimientos de lucha que hoy están en la calle.
Hablabas de marcar agenda. ¿Cuáles son los temas en que la izquierda puede marcar la cancha?
Nosotros opinamos que los de arriba, tanto el Gobierno como la oposición, callan muchos temas en esta campaña. Por eso salimos con la propuesta del salario mínimo, vital y móvil de 100 mil pesos. Y fue un tema muy discutido a raíz de declaraciones de Manuela Castañeira porque le dio alergia a los sectores más poderosos. De hecho, en Intratables lo caracterizaban como «esta ridiculez que proponen ustedes». Queremos marcar la agenda de cuáles son las necesidades de las y los trabajadores, para que no sea todo hablar de cuánto le van a pagar al Fondo Monetario Internacional, o cuánto van a beneficiar a determinadas empresas, sino también hablar de lo que hace falta para vivir. Y también nos preguntan mucho de dónde va a salir la plata: y ahí surge la propuesta de poner 50 por ciento de retenciones al agro para poder financiar las necesidades de las y los trabajadores. Y también tuvo muchísima repercusión porque los sectores del agro salieron espantados. El Gobierno es tibio con los poderosos, entonces si en el marco de esta crisis nosotros queremos representar una opción para los trabajadores también tiene que estar la izquierda diciendo las cosas como son, aunque a algunos no les guste o les dé una reacción alérgica.
¿Le reconocen alguna conquista al gobierno de Alberto Fernández? ¿Ven alguna diferencia con el de Mauricio Macri o consideran que son lo mismo?
El gobierno nacional ha gobernado para los poderosos y en cada momento clave ha decidido para los de arriba. ¿De qué conquista podríamos hablar cuando se ha perdido el poder adquisitivo del salario? Crece la precarización laboral y, al mismo tiempo, frente a los sectores más poderosos siempre han retrocedido. Entonces, este gobierno ha gobernado para los más ricos. De hecho, incluso hay un alto grado de hipocresía en el discurso, en las mismas leyes antidespidos. El Gobierno no ha estado del lado de los trabajadores. No creo que el Gobierno y la oposición sean lo mismo, pero me preocupan algunas coincidencias, como por ejemplo la idea de ambos de que hay que pagarle peso por peso al FMI. Aunque sabemos que el macrismo es una derecha recalcitrante, hay una coincidencia en el rumbo del país en ir hacia el sometimiento con el FMI. Pagamos una deuda que anticipa un ajuste económico muy groso y anticipa que van a seguir gobernando para los de arriba.
¿Cómo creés que les va a ir? ¿Considerás que pueden pasar las PASO?
Creo que hay margen para las propuestas anticapitalistas. Que hay una juventud que en todo el mundo empieza a abrir la cabeza ante nuevas opciones y que está cansada del «no se puede» y que empieza a creer que si en este sistema no hay futuro, hay que cambiar el sistema. Y en ese marco hay un gran terreno para la izquierda. Es muy cotidiano para los jóvenes discutir la idea de futuro porque sufren la precarización en el ámbito laboral, sufren el abandono de la educación, sufren la falta de posibilidad de acceder a la vivienda. La decisión de arrancar por las necesidades de estos jóvenes es porque somos anticapitalistas y podemos tener un lugar muy importante. Quiero aprovechar para señalar que hay otro sector que se hace el antisistema, que son los liberales como Milei, pero que son muy peligrosos. Milei es un facho que se disfraza de antisistema pero defiende a los más poderosos, a los millonarios, a los que hoy tienen el poder. Son peligrosos porque son fascistas, porque en el fondo si quisieran hacer una dictadura militar la harían, porque son misóginos y, en ese mismo sentido, me molesta en particular que posen de valientes o irreverentes cuando en verdad lo que hacen es defender a los millonarios. La valentía está en decir que hay que ser anticapitalista.
