Yo te creo, Britney

🎤 Luego de estrenarse el documental de Netflix "Britney vs. Spears", la Justicia suspendió a Jamie Spears, padre de la cantante, como su tutor legal. Después de 13 años, la batalla por el #FreeBritney continúa.

El #FreeBritney pasó de ser una remera a una realidad: esta semana, la jueza Brenda Penny removió a Jamie Spears, padre de la cantante, de su rol de tutor legal después de 13 años y fijó para el 12 de noviembre una nueva audiencia para evaluar la posibilidad de terminar para siempre con la tutela (conservatorship). Casi en simultáneo, Netflix estrenó el documental Britney vs. Spears, donde se revelaron documentos del caso que confirman que la artista había pedido cambiar de abogado dos veces y la Justicia le negó las solicitudes.

“Honestamente, no pensaba que alguien fuera a creerme”, dijo Britney en la audiencia de junio cuando habló por primera vez y contó lo que padecía, cómo su padre disfrutaba de controlarla, cómo la medicaron con litio cuando dijo que no quería hacer su segunda residencia en Las Vegas, cómo lloraba todos los días, cómo no era feliz. Britney dijo basta y esta vez fue escuchada.

Britney vs. Spears relata el ascenso de la cantante y la crisis personal que tuvo después de su divorcio con el padre de sus hijos, el bailarín Kevin Federline. La caída de la princesa del pop -sobre la que Tamara Tenenbaum reflexionó en 2020 en Anfibia– habilitó a su padre a pedir la tutela alegando “demencia” y así tomar control de todos los aspectos de su vida: su dinero, sus propiedades, los medicamentos que debía tomar, todas sus decisiones y la posibilidad de ver a sus hijos. 

A lo largo del documental, las fuentes cercanas a Britney aseguraron que Jamie Spears amenazaba a su hija ya que, si se “portaba bien”, le permitirían seguir en contacto con sus hijos.

AFP

Pero quizás lo más resonante de Britney vs. Spears es la confirmación de que la cantante intentó cambiar de abogado dos veces en el primer año de la tutela. La Justicia de California asignó a Samuel Ingham III como defensor de Britney y ella pidió que fuera reemplazado por Adam Streisand. Meses después, la joven presentó un documento argumentando que Ingham no defendía sus intereses y que ella no confiaba en él.

“Ciertamente, esta mujer que puede completar dos nuevos CD y prepararse para hacer una gira nacional tiene suficiente capacidad, después de casi un año de tutela preventiva, de elegir a su propia defensa y que sea alguien en quien ella confía”, escribió Britney en enero de 2009 en su presentación judicial.

Ambos pedidos fueron rechazados y recién este año la jueza Penny permitió que la cantante eligiera a su propio abogado, Mathew Rosengart, quien aseguró que pedirá que se investigue a Spears por el manejo negligente de las finanzas de Britney. 

En los 13 años que lleva la tutela, Britney sacó cinco discos, hizo dos giras –Circus y Femme Fatale-, una residencia de cuatro años en Las Vegas –Britney: A Piece of Me– que terminó en otra gira, fue jurado en The X Factor y tuvo otras apariciones públicas. Según el documental de Netflix, entre 2013 y 2018, Jamie Spears ganó 2.1 millones de dólares de los tours y un salario de 16 mil dólares por mes, mientras que le pagaba a su hija una mesada de 8 mil dólares por mes.

Fue en 2019, dos años después de que el #MeToo inundara las calles de Estados Unidos, que Britney se bajó de su segunda residencia en Las Vegas. Su silencio llamó la atención de sus fans, se rumoreó una posible internación en contra de su voluntad a medida que en las redes sociales crecía el hashtag que hoy está en boca de todes: #FreeBritney.

Britney vs Spears es uno de los muchos documentales que salieron estos años y que abordan la conservatorship de la artista pop. En esta ocasión, las realizadoras son la documentalista Erin Lee Carr y Jenny Eliscu, periodista de la revista Rolling Stone que entrevistó a Britney en reiteradas oportunidades. Fue Eliscu quien colaboró en 2009 para que la cantante pudiera presentar los papeles en los que pedía cambiar de abogado.

Eliscu recordó que cuando entrevistó a Britney por primera vez, se sorprendió por lo agradable y genuina que era. Pero después de que empezara la tutela, la periodista contó que tuvo que enviar las preguntas por adelantado, que nunca pudo estar a solas con Britney y que la cantante estaba triste, desganada.

Todavía resta saber si la Justicia californiana permitirá que Britney recupere plenamente su libertad, si designarán un tutor imparcial para su vida personal, si otras personas llevarán el control de sus finanzas o si volverá a los escenarios -la cantante prometió no actuar mientras su padre tuviera el control de su fortuna-. Solo se sabe que Britney habla y, esta vez, el mundo la escucha.

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Ludmila Ferrer

Periodista y Licenciada en Comunicación Social (UBA). Escribe también en Página/12 y sigue más podcasts de los que puede escuchar.