«Conocerse las mamas permite detectar cuándo aparece algo raro»

👐🏼 Especialistas advierten sobre el crecimiento de casos de cáncer de mama en las mujeres jóvenes y alientan el autoexamen y las consultas.

El 19 de octubre es el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama, que en Argentina es la primera causa de muerte oncológica de las mujeres. En un mes en el que las cintas rosas adornan las instituciones, especialistas en salud alientan la realización del examen mamario y advierten que hay un crecimiento de casos en mujeres jóvenes.

“Ahora hay un montón de chicas de entre 28 y 38 años -contó a El Grito del Sur Analía Boccassini, voluntaria y coordinadora de uno de los grupos para pacientes de la asociación civil Movimiento Ayuda Cáncer de Mama (Macma)-. El año pasado tuvimos que armar un grupo para chicas jóvenes porque la temática no es la misma que con mujeres de, por ejemplo, 50 años que ya tuvieron hijos. Acá la etapa de la vida es otra”.

La pandemia y el aislamiento social, preventivo y obligatorio generaron una baja en los controles médicos de todas las disciplinas. En el caso del cáncer de mama, Juan Luis Uriburu, Jefe de Servicio de Mastología del Hospital Británico, señaló que en 2021 se registró un aumento del 93 por ciento en la cantidad de mamografías realizadas y un 28 por ciento más de consultas en relación al año anterior.

Si bien es importante destacar que la baja en los chequeos no necesariamente significó un incremento en las enfermedades, la ausencia de controles dificultó las posibilidades de obtener un diagnóstico temprano. Esto es importante, ya que el 85 por ciento de los tumores se detecta con la realización de una mamografía anual y el 95 por ciento de los casos que se detectan a tiempo pueden curarse.

Pero uno de los problemas que señaló Boccassini es que les profesionales de la salud “recién te piden una mamografía a partir de los 40 años”. “Y las mujeres jóvenes no se palpan todos los meses, por eso las campañas apuntan a conocerse el cuerpo, las mamas, para poder detectar cuándo aparece algo raro. Las jóvenes suelen confiarse y cuando un bulto llega a ser grande es que perdieron un montón de tiempo”, lamentó.

Tortas, risas y café con leche

Boccassini transitó el cáncer de mama en 1996 cuando tenía 38 años. “Yo había ido al ginecólogo a hacerme PAP y colpo, el chequeo de rutina, y a él se le ocurrió mandarme una mamografía porque yo tenía displasia. Él me había revisado y no había palpado nada raro. Ahí empezó mi historia”, recordó. 

Con los resultados en mano, el médico dijo que veía “algo dudoso”, mandó una mamografía ampliada y decidió hacer una biopsia. “A mí ni se me ocurría que podía dar mal y cuando tuve la biopsia decía que era un carcinoma. Me tuvieron que operar y hacer una mastectomía. No tuve que hacer quimio porque no tenía los ganglios tomados”, agregó, agradecida porque el médico “fue un visionario”.

Meses después de operarse, vio un aviso de Macma en el diario. “No sabía bien qué era porque en ese momento no se hablaba del cáncer, como que se ocultaba y si lo decías te miraban con cara de ‘te vas a morir mañana’. Así que llamé por teléfono a Macma y fui -contó Boccassini-. La primera reunión había 5 o 6 chicas, todas llevaban tortitas, masitas, tomaban café con leche, se reían y cuando las vi pensé ‘¡están bien!’. Por eso hoy yo le devuelvo a Macma eso que me dieron a mí”.

Los grupos, agregó la hoy coordinadora, “son importantes por la contención”. “Te das cuenta de que las cosas no te pasan solo a vos, ese dolor que tenés en la rodilla cuando está húmedo un mes después de la operación, podés informarte. El que no lo pasó, no sabe lo que se siente. Además, te hace bien ver a las chicas, te da esperanza para salir adelante”, afirmó.

Cáncer de mama en jóvenes

Según Gabriela Candás, integrante de la Sociedad Argentina de Mastología (SAM), “a fines del milenio pasado el cáncer de mama en mujeres menores de 40 años representaba menos del 3 por ciento”. Pero en la actualidad, de acuerdo a los datos de la SAM, “el 10 por ciento de las mujeres diagnosticadas no alcanzó los 40 años y entre el 25 y el 30 por ciento del total son premenopáusicas”.

Candás explicó que las pacientes que padecen de cáncer de mama y no tienen ningún antecedente familiar representan el 80 por ciento de los casos, pero de todas formas es importante tener en cuenta el historial de la familia para (en caso de ser necesario) empezar con los controles tempranos. De haber antecedentes, se recomienda comenzar con los chequeos anuales 10 años antes a la edad en la que le familiar fue diagnosticade.

La población joven, además, tiene más posibilidades de presentar recidivas (repetición de la enfermedad) y tiene mayor predisposición a presentar mutaciones genéticas y tumores biológicamente más agresivos. “En las mujeres de mayor edad con cáncer de mama las posibilidades de hallar una mutación son del 10 por ciento; en quienes fueron diagnosticadas entre los 40 y los 30 años, del 16 por ciento; y en las menores de 30 años resulta cercana al 50 por ciento”, agregó Candás.

“Pongamos de moda la detección temprana”

“Conocer las propias mamas y llevar un registro de cómo están año a año es parte del trabajo de prevención. Para darte cuenta si hay algo distinto en ellas, podés tocarlas y observarlas periódicamente con atención, por ejemplo, antes de irte a bañar”, dijo Adriana García, Jefa del Servicio de Diagnóstico por Imágenes del Hospital Británico.

La doctora indicó que “se debe poner atención especialmente en la alteración de las formas y el tamaño, y en la aparición de bultos o durezas”, así como de modificaciones en la piel. Mientras que en el caso de los pezones es necesario prestar atención a los cambios en la forma o posición o la existencia de sangrado. 

“Tienen que pedirle al médico una ecografía mamaria porque eso puede detectar si hay alguna anomalía. Y es muy importante esto porque, detectado a tiempo, el pronóstico es favorable”, remarcó Boccassini.

Para promover los chequeos, este mes Macma hizo un desfile de modas bajo el lema “Pongamos de moda la detección temprana”.

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Ludmila Ferrer

Periodista y Licenciada en Comunicación Social (UBA). Escribe también en Página/12 y sigue más podcasts de los que puede escuchar.