El GCBA busca eliminar el sistema de concurrencias

👩‍⚕️ El gobierno de Horacio Rodríguez Larreta intenta cancelar esta línea de formación profesional que funciona en hospitales públicos. Actualmente, en CABA trabajan unos 1400 concurrentes que no cobran salario ni cuentan con ART.
13/10/2021

No es una novedad. Hace varios años que el Gobierno de la Ciudad comenzó sus embates contra el sistema de residencias y concurrencias médicas que funciona en los hospitales públicos. Tal vez el punto más álgido fue a finales de 2019, cuando la entonces saliente ministra de Salud porteña, Ana María Bou, intentó aplicar una modificación normativa que empeoraba las ya complejas condiciones de trabajo en el sector: desregulaba el cobro de salarios, endurecía las sanciones, y desconocía a residentes y concurrentes en su rol de trabajadores de la salud para definirlos como personal en formación.

Sin embargo, luego de una histórica movilización de ambos blancos, el proyectó se cayó. Pero el oficialismo porteño no se da por vencido y ahora trascendió que buscaría cerrar definitivamente el sistema de concurrencias para 2022, una formación que en la actualidad emplea a casi 1400 graduades universitaries que realizan prácticas de salud en instituciones públicas. Los trascendidos comenzaron luego de una reunión que sostuvieron autoridades del Gobierno de la Ciudad con la coordinadora general de las concurrencias, Gabriela Warner, y dos coordinadores locales, donde los representantes del gobierno porteño explicaron sus intenciones de poner fin a las concurrencias porteñas.

«Hace mucho tiempo que el GCBA nos cortó el diálogo hablando con los distintos actores por separado en reuniones a medias voces. Nosotros queremos que lo que respecta a las concurrencias se charle con les concurrentes», explicó Iñaki Sanguinetti, delegado del subcomité del Hospital Álvarez, psicólogo concurrente de 5º año e integrante de la Asamblea de Residentes y Concurrentes de CABA.

Movilización de la Asamblea de Residentes y Concurrentes de CABA

«Las concurrencias dejarían de existir como programa de formación, los cargos actuales de concurrencia continuarían hasta el 31 de diciembre pero se van a renovar y no van a ser por concurso, sino a dedo», agregó Sanguinetti. El psicólogo denunció la connivencia entre este cierre y la agrupación mayoritaria de la Facultad de Psicología de la UBA, Convergencia Académica, que debió salir a desmentir la cadena de WhatsApp que circuló difundiendo esta información. «Salieron a decir que la Facultad no estaba comprometida con este cierre, pero al mismo tiempo negaron un WhatsApp anónimo».

Actualmente, el sistema de residencia y concurrencia es mixto: pertenece al Ministerio de Salud pero se gestiona en conjunto con el CODEI (Comité de Docencia e Investigación de la Ciudad de Buenos Aires) que se encarga de los programas de Formación. Fue el propio Gabriel Villa Monte, Director General de Docencia, Investigación y Desarrollo Profesional de la Ciudad, el encargado de sostener las reuniones informativas donde se comunica el cierre de las concurrencias. «Lo venimos denunciando dese hace meses, pero lo llamativo es que en un momento del país marcado por la pandemia deciden recortar en recursos humanos», señaló Sanguinetti.

Las concurrencias (así como las residencias) pertenecen al sistema de formación de la CABA, y constituyen posgrados de especialidades médicas y no médicas que permiten continuar la formación profesional. Ambas modalidades cuentan con horas prácticas y académicas pero las concurrencias tienen la particularidad de no ser pagas, a la vez que no permiten acceder al cargo de jefatura y otorgan menor cantidad de puntaje para la carrera académica. «Como no cobramos y no estamos inscriptos como trabajadores, tampoco tenemos ningún tipo de ley laboral: ni ART, ni cobertura, ni seguro y ningún salario», señalan desde la Asamblea.

Para 2019, en la Ciudad de Buenos Aires había alrededor de 1400 concurrentes trabajando en hospitales públicos pero desde la Asamblea denuncian que existe un recorte a cuentagotas de los cupos. «En 2019 entraron más de 500 concurrentes y este año apenas 191», destacó Sanguinetti. «Esto es un vuelto por la lucha de diciembre de 2019, donde tuvieron que pagar un costo político muy alto. A partir de ahí empezaron a trabajar con una orden directa del Ministro Quirós de no ocuparse del conflicto de la concurrencia para debilitar el movimiento y la organización».

Desde el Gobierno de la Ciudad evitaron dar respuestas sobre el cierre definitivo del sistema de concurrencias. «Es difícil de explicar el impacto: se pierde una línea de formación de profesionales que es irrecuperable. No es lo mismo trabajar cinco años en un hospital que hacer una pasantía con algunas horas prácticas a un hospital, se pierde el perfil de lo público que es muy difícil de recuperar. Después del cierre del Ministerio, es el ataque más grave a la salud pública», concluyó Iñaki.

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