Un niño selk’nam de Tierra del Fuego, una mujer kawésqar con su hijo de fines del siglo XIX. Perón y Evita, Carlos Jáuregui, San Martín o Julio Cortázar. Todo a multicolor, como si fueran fotos tomadas ayer. Argentina Colorized es un proyecto de curaduría fotográfica que nació a partir de la inspiración del grupo de Facebook Fotografías Antiguas de la Ciudad de Buenos Aires. «Yo veía muchas personas que coloreaban e intervenían fotografías y quedaba muy bueno el resultado», cuenta a El Grito del Sur Leonardo Calbuyahue, diplomado en Fotografía, estudiante de Historia y docente. «Empecé a ver el potencial interesante en términos del análisis de la imagen y de la interpretación de la fotografía, porque genera un impacto distinto», explica.
A raíz de este interés, hace un año y medio Leonardo lanzó la página Argentina Colorized en Instagram con el objetivo inicial de colorear distintos documentos fotográficos de la historia argentina. Sin embargo, con el tiempo el proyecto fue mutando e incorporando un rango más amplio de fotografías: desde pueblos originarios a referentes políticos, pasando por los rostros e historias de varias de las regiones del país. «La idea era salir de este concepto de que Argentina es igual a Buenos Aires», analiza Calbuyahue. Así, incorporó también diferentes capturas a color de la heterogeneidad de habitantes que conviven en el país.
Más tarde llegaron las fotografías animadas, una apuesta por darle vida y movimiento a los registros centenarios de imagen. «La idea era discutir algunos prejuicios en torno a lo que es la argentinidad», afirma Leonardo. Un gesto por rescatar a los hombres y mujeres de la historia argentina que no figuran en los manuales pedagógicos oficiales. «La historia oficial ha invisibilizado a los pueblos originarios. La idea es visibilizar a las grandes mayorías del país: en Argentina, alrededor del 60% de la población tiene algún antepasado directo o indirecto indígena. Eso rompe el relato de la Argentina blanca, de la civilización o la barbarie», agrega.
El autor cuenta que él mismo tiene antepasados indígenas: su abuelo paterno era parte del pueblo mapuche. «Esta falta de reconocimiento en los relatos, incluso en los símbolos nacionales, nos lleva a la idea de que Argentina nació en un territorio donde no había absolutamente nada. Como si se hubiera edificado con inmigrantes europeos en un territorio vacío». Argentina Colorized busca recuperar las tradiciones y los aportes de los pueblos originarios a través del rescate de sus rostros e historia.
El creador de la página cuenta que muchos de los fotógrafos que abonan al archivo original fueron científicos, investigadores o expedicionarios que el Estado enviaba a zonas donde no había población blanca. Antropólogos, etnólogos, funcionarios públicos que partían hacia tierras lejanas con la idea de un «registro de conservación»: buscaban preservar las imágenes de pueblos originarios a los que consideraban condenados a desaparecer. «Todas esas fotografías están mediadas por una visión blanca, europea y patriarcal. Eso impacta en la imagen». Calbuyahue señala que hay un cierto exotismo, un gesto de puesta en escena, que incluso subyace en el objetivo de vender algunas fotografías como postales.
Evita, las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo hasta la actual vicepresidenta CFK. El efecto en los receptores suele ser impactante al ver el pasaje de la historia en blanco y negro a su adaptación en color. «La gente comenta que le gusta ver las fotografías en colores y mayor definición porque genera una sensación de cercanía, como si la fotografía cobrara más vida. Como si se terminara de humanizar el pasado fotográfico que parece tan lejano en la foto en blanco y negro y lo trae al presente». Un plus de realidad, un ejercicio de empatía, un acercamiento a la otredad bajo la óptica del color. Una apuesta por poner en valor la historia de la Argentina multicolor.
