Se realizó la tercera Marcha del Orgullo Villera

🏳️‍⚧️ El viernes se realizó la tercera marcha del Orgullo LGBTQI+ villera en el Barrio Carlos Mugica. Entre glitter y cumbias, se exigieron políticas públicas e inclusión laboral.

Cristina Sille

Una joven se aparta de la multitud para arreglarse el maquillaje. De su espalda cuelgan dos alas de cotillón hechas con plumas blancas encimadas. En su mano, un espejo redondo deja ver su rostro de reojo. Con pulso firme marca una línea que recorre la frente, delineando el contorno de una ceja. El trazo es recto, constante, como si el escándalo de alrededor no pudiera alterarla. Cuando termina continúa con los labios. La barra cremosa tiñe cada centímetro del labio en una maniobra concentrada, como si a pasos suyos no hubiera al menos 50 travestis y trans riendo a carcajadas. Es viernes a las cuatro de la tarde y está por empezar la tercera marcha del Orgullo LGBTTIQ Trans Villera Plurinacional.

Mientras el viento amaina la sensación térmica del barrio Padre Carlos Mugica en Retiro, las travestis cantan, festejan, posan para las cámaras, responden a les periodistas, se embellecen. Ríen con sus bocas que se abren como bombas frutales, se amontonan atrás del camión que lleva la música. “Desde que nacimos debemos afrontar el rechazo de nuestra familia y de la sociedad, por eso festejamos para seguir vivas. Marchamos con alegría para demostrar que existimos y que queremos un Estado con más derechos para nosotras, más igualdad y más políticas públicas”, explica Martina Pelinco, referenta de la Casa de la Diversidad Trans Villera. 

Foto: Cristina Sille

Como si ni siquiera un año y medio de pandemia hubiera podido robarles el entusiasmo, el último 29 de octubre mujeres, gays, lesbianas, travestis, trans, no binaries y vecines se convocaron para marchar por la Villa 31 y 31 bis, con el fin de visibilizar la diversidad en los barrios populares. Entre glitter y cumbias, la pequeña multitud recorrió el territorio recordando a les que ya no están, a quienes estuvieron y aún tienen que esconderse. 

“Con esta tercera marcha una vez más nos hacemos visibles. Queremos que nos tengan en cuenta y apoyen nuestros proyectos porque todo el tiempo nos estamos organizamos y produciendo”, expresa Kiyomi Silva, integrante del taller de costura trans villero que se inauguró en marzo de este año y hace pocas semanas realizó su primer desfile. “Les vecines de la Villa 31 nos abrieron la puerta desde un principio y estamos muy agradecidas con elles”, continúa. 

Foto: Cristina Sille

Mónica Santino lleva más de diez años en el barrio a cargo del equipo de fútbol femenino “La Nuestra”. Para ella es importante marchar porque los prejuicios atraviesan todas las capas sociales y es necesario que se muestre la pluralidad de identidades sexo-genéricas en las villas. “Si bien ahora está cambiando, las diversidades sufren mucho en contextos de pobreza porque a veces a su alrededor se encarna el mismo discurso de los opresores, fomentando la represión. Hace 30 o 40 años la realidad de las personas trans era otra. Creo que esto ayuda a demostrar que las agendas del feminismo también importan en los barrios”,  afirma la ex jugadora de All Boys. Consultada por la idea de que las problemáticas de los feminismos atañen sólo a una elite, Santino contesta firmemente: “Existe un feminismo villero y popular que estamos poniendo en valor. No son definiciones que se estudian en los libros ni en las academias o aquellas que ven los feminismos blancos. Es diferente porque aún se está formando y estamos muy contentas de pertenecer a esta etapa histórica”.

El recorrido zigzagueante de la caravana onduló recorriendo calles de tierra desde la Casa de la Diversidad hasta el escenario frente al Ministerio de Educación. Allí, antes del cierre musical, se leyó el comunicado de la Asamblea Feminista de Villa 31-31 bis, que entre sus reclamos pidió por la incorporación de la perspectiva de clase al cupo laboral trans. “Una ciudad rica que no invierte en políticas de promoción de derechos, en la inclusión laboral de mujeres, travestis y trans, que no garantiza espacios de cuidado para que nosotras podamos trabajar, es una Ciudad que no nos cuida”, enfatizaron. 

Desde la asamblea, además, remarcaron que la crisis habitacional porteña afecta en mayor medida a mujeres, lesbianas, travestis y trans, algo que quedó en evidencia luego de que la toma de tierras denominada «La fuerza de las mujeres» fuera desalojada con topadoras. «La urbanización solo hizo 1200 viviendas para un barrio con más de 40 mil habitantes y nunca tuvo en cuenta la perspectiva de género a la hora de la adjudicación de las viviendas nuevas, o de entregar los certificados de titularización tan precarios que hoy quieren entregar”. Asimismo, insistieron en la necesidad de que los Centros Integrales de la Mujer (CIM) sean accesibles a toda la población y cuenten con los equipos técnicos y profesionales adecuados.

«Somos las diversidades que no salen en la tele, somos mujeres, marikas, lesbianas, indígenas, marronas, trans, migrantes. Acá vivimos y acá habitamos. Desde siempre estuvimos en los barrios y ahora buscamos tejer esta marcha como postura política. La idea es generar territorios seguros para las diversidades en los barrios. Claro que hay resistencias en el barrio, pero es un proceso de deconstrucción que estamos dando todos», afirma Lourdes Paxi.

Foto: Cristina Sille

Durante las horas de la marcha, los acentos se mezclaron en el aire con el olor a fritura y las bicicletas debieron esquivar a los grupos militantes con pecheras violetas. Entre saludos y festejos, Alma Fernández, militante travesti, fundadora de la Casa de Diana y Lohana y la primera trabajadora travesti del Senado bonaerense, declara: “Esta marcha, que marcó un hito en los barrios de Latinoamérica, es fruto de un colectivo travesti trans que entendió que la única forma de construir un proyecto de vida conjunta es desde la organización, armando una red dentro del territorio que habitamos. Cuando decimos que queremos entrar en la agenda emocional del barrio nos referimos a los accesos postergados y a la falta de políticas públicas. Yo vivo acá desde el 2001 y nunca pude acceder al censo para que me asignaran una vivienda. Cuando hablamos de agenda emocional lo digo repudiando las acciones represivas de Horacio Rodríguez Larreta y todas esas oficinas donde no hay una sola trava trabajando. Necesitamos pertenecer a esa agenda emocional del barrio. Furia Travesti”.

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Dalia Cybel

Historiadora del arte y periodista feminista. Fanática de los libros y la siesta. En Instagram es @orquidiarios