Ir o no ir a votar, esa es la cuestión

🗳️ Las elecciones del domingo fueron las de menor participación ciudadana desde el retorno de la democracia en 1983. ¿Por qué sucede este fenómeno?

Estas elecciones legislativas marcaron un hito: fueron las de menor participación ciudadana desde el retorno de la democracia en 1983 con el 71,6 por ciento del padrón, según informó el Ministerio del Interior. Para Diego Reynoso, investigador del Conicet y director de la Encuesta de Opinión Pública de la Universidad de San Andrés, este fenómeno se explica en buena medida por la “desilusión con la política”.

“Esto sucede en un contexto de post pandemia, de crisis económica y, en cierta medida, de desilusión con la política -dijo a El Grito del Sur-. Los números que tienen las consultoras son todos muy bajos, incluso para los políticos que mejor imagen tienen, como es el caso de Horacio Rodríguez Larreta, que tiene más imagen negativa que positiva”.

Según Reynoso, “es un panorama complicado para la clase política”. “De ahí por qué (Javier) Milei capitaliza ese descontento”, señaló y agregó que ese descontento “en todas las democracias” se suele manifestar en la “apatía electoral”, es decir, que las personas decidan no ir a votar.

Fuente: Ministerio del Interior

El domingo, luego de que se anunciaran los resultados, el Gobierno nacional celebró que más personas concurrieron a las urnas en comparación con las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO): en septiembre votó un 66,2 por ciento del padrón, un 5,4 menos que en las generales.

Aún así, el número es bajo si se mira la participación histórica de la ciudadanía argentina en los comicios. “Las de medio término rondan el 77 por ciento y las presidenciales el 80, 81”, afirmó Reynoso.

La cifra más alta sigue siendo la de las elecciones de 1983, con un 85,61 por ciento del padrón, seguida por la presidencial de 1989 con el 85,31 por ciento. Hasta el momento, la participación más baja había sido en las PASO de 2015 con un 74,91 por ciento. En 2019, la participación en las primarias fue del 76,40 por ciento, en tanto que en las generales el porcentaje subió al 80 por ciento.

Fuente: Facundo Cruz en Twitter @facucruz

Reynoso explicó que cuando se presume que la diferencia va a ser muy grande entre las listas, algunas personas “piensan que cambia poco si van o no y deciden no ir a votar”, pero que la participación también se desalienta cuando “no terminan de entender el sistema electoral y sienten que hagan lo que hagan todo va a seguir igual”.

A pesar de que el electorado argentino suele votar de forma más fragmentada en las elecciones de medio término y que el kirchnerismo suele tener mejores votaciones en las presidenciales que en las legislativas, “la novedad es que desde 2015 hasta ahora se estabilizó el 40 por ciento de un voto no peronista”.

“Antes perdías a manos de diferentes coaliciones, no a manos de una coalición nacional organizada. En esta elección no hubo sectores peronistas disidentes y si los hubo no explican esta merma de votos que sufrió el Gobierno. La oposición mantuvo el nivel de la elección pasada y el peronismo debería entender que tiene que competir”, concluyó Reynoso.

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Ludmila Ferrer

Periodista y Licenciada en Comunicación Social (UBA). Escribe también en Página/12 y sigue más podcasts de los que puede escuchar.