Tras el brutal asesinato de Lucas González, el joven de 17 años que fue baleado por la Policía de la Ciudad en el barrio de Barracas cuando salía de entrenar con sus amigos, miles de militantes barriales, jóvenes activistas, defensores de los derechos humanos y familiares de las víctimas de gatillo fácil participaron de la Marcha de la Gorra. Ésta es la quinta que se realiza en la Ciudad de Buenos Aires, pero tiene su origen hace 15 años en la provincia de Córdoba, lo que refleja algo que vienen denunciando desde hace años las organizaciones políticas y sociales junto a los familiares de las víctimas: no se trata de casos aislados, sino de una política sistemática de las fuerzas de seguridad que tiene en la mira a los y las jóvenes de los barrios más humildes. Con una bandera de arrastre bajo el lema «Violencia institucional nunca más. Más trabajo y educación», una columna de más de tres cuadras concentró a organizaciones barriales, políticas y sociales, sindicatos y centros de estudiantes que marcharon desde la Avenida de Mayo y 9 de Julio hasta el Congreso de la Nación.
Dolly Sigampa, madre de Ezequiel Demonty
Me sorprendió la cantidad de gente que vino hoy y quizás el disparador haya sido, lamentablemente, el asesinato de Lucas. Espero que esto sirva para que a los jóvenes no los sigan matando, porque siempre están en la mira con las fuerzas de la seguridad. En este caso fue la Policía de la Ciudad, pero puede ser Gendarmería, la Policía Federal o Prefectura. Vengo reclamando, y lo digo como mamá, que la violencia institucional se ponga en agenda. Ideológicamente estoy con el Frente de Todos, pero no puedo dejar de reclamarle al Gobierno que ponga en agenda la violencia institucional, porque nos siguen matando a los pibes.

Mónica Macha, diputada nacional por el Frente de Todos
Replantear el accionar de las fuerzas de seguridad tiene que ver con una política de Estado, por eso le exigimos al Gobierno de la Ciudad que tenga una mirada sobre cómo está llevando adelante esas medidas. Porque lamentablemente la situación de Lucas González no es un hecho aislado, necesitamos una reformulación urgente de las fuerzas de seguridad.
María del Carmen Verdú, referente de CORREPI
Es la quinta vez que marchamos en la Ciudad de Buenos Aires, en una semana muy particular donde hemos tenido, el lunes de la semana pasada, la desaparición y muerte de Lautaro Rosé en el marco de una razzia policial en Corrientes; luego el fusilamiento de gatillo fácil de Lucas González en la Ciudad de Buenos Aires, el asesinato y la tortura de la Policía Bonaerense en la Comisaría de San Clemente del Tuyú contra Alejandro Martínez; y finalmente el asesinato en el marco de la represión a la protesta social en el conflicto de tierras ancestrales del pueblo mapuche, con la muerte del compañero Elías Garay. En un escenario donde, además, entre unos y otros sabemos que se han producido no menos de ocho o diez casos más en otros lugares del país, sin la suficiente repercusión mediática. Por eso es imprescindible volver a estar en las calles para decir basta al gatillo fácil, basta a las detenciones arbitrarias, basta a las facultades para perseguir e interceptar personas que luego se traducen en razzias y en desapariciones, basta de femicidios de uniforme y, en una palabra, basta de represión.

Lorena Pokoik, legisladora porteña por el Frente de Todos
Estamos en esta 5° Marcha de la Gorra contra la violencia policial, violencia estatal y violencia institucional, una marcha convocada antes del asesinato de Lucas y que hoy cobra mucha más relevancia porque nuevamente hemos tenido que ver cómo la policía dispara lo que conocemos como gatillo fácil. Venimos a pedir justicia por Lucas, por todos los que ya no están, venimos a decir «Nunca Más», porque esto no puede seguir pasando en democracia y también para apoyar que la figura de violencia institucional integre el Código Penal de la Nación. La estigmatización de la juventud y el gatillo fácil son una gran deuda de nuestra democracia. Larreta y todos los jueces que miran para otro lado tienen que hacerse cargo, porque policías que disparan puede haber en muchos lados, pero gobiernos que se hagan cargo de los victimarios y no de las víctimas hay pocos, ese es el nombre de Larreta, de Bullrich, de Macri y la «Doctrina Chocobar».