Para que el VIH esté en agenda más allá del 1 de diciembre

📊 Desde la Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos (RAJAP) lanzan una campaña de difusión para advertir sobre los niveles de estigma y discriminación que sufren las personas con VIH en el país.

A pocas horas del 1 de diciembre, Día Mundial del VIH y el Sida, desde la Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos (RAJAP) buscan desplegar una gran campaña de difusión en medios de comunicación y redes sociales que ponga en agenda la temática y las principales problemáticas y demandas que de ésta se desprenden. Para ello, advierten sobre los números de estigma y discriminación que sufren en la Argentina las personas que viven con VIH. Los datos son alarmantes y se desprenden del Índice de Estigma y Discriminación, un estudio impulsado por la RAJAP y realizado de manera conjunta con el Ministerio de Salud de la Nación, el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre VIH-Sida (ONUSIDA) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). «El día del VIH no tiene que ser solo el 1 de diciembre, sino que tiene que ser política pública, porque las personas con VIH no vivimos solamente el 1 de diciembre. Vivimos todos los días con dificultades para acceder al trabajo, con miedo de que nos hagan un test preocupacional o que se difunda nuestro diagnóstico en contra de nuestra voluntad, con miedo de ir a un hospital y que nos traten mal o que nos digan ‘esto te pasa por positivo’, vivimos con miedo de ir a los ámbitos educativos, con miedo de contárselo a una pareja o un vínculo sexo-afectivo. Entonces, justamente lo que hace falta es elaborar políticas públicas reales que aborden el estigma y la discriminación», expresó Manuel Ferreiro, activista y coordinador de la RAJAP en CABA, en diálogo con El Grito del Sur.

La Red Argentina de Jóvenes y Adolescentes Positivos (RAJAP) es una organización de la sociedad civil con más de diez años de historia, con un desarrollo sostenido y un compromiso inquebrantable en la lucha por una respuesta integral al VIH. RAJAP es la única organización con presencia en todas las provincias del país y que trabaja alrededor de las problemáticas que sufren las personas con VIH. También forma parte del Frente Nacional por la Salud de las Personas con VIH y es parte de la coordinación de la Alianza Federal I=I: de Ushuaia a La Quiaca.

En el último tiempo, gracias a las acciones realizadas se empezó a difundir fuertemente el mensaje de I=I, es decir, que indetectable es intransmisible. Esta campaña busca dar a conocer a toda la sociedad que si una persona con VIH sostiene su tratamiento puede adquirir una carga viral indetectable y no transmitir el virus mediante la vía sexual. Consultado por el impacto de esta campaña en los niveles de estigma y discriminación que se registran en nuestro país hacia las personas con VIH, Ferreiro respondió: «No existen datos públicos y oficiales que hayan relevado cuál es el impacto de la campaña I=I o si los índices de estigma y discriminación han bajado. Es decir, el Estado no lo mide actualmente». «Justamente porque no hay un marco legal, el único que existe en torno al VIH es una Ley de Sida que es de 1990, es decir, que tiene más de 30 años. Y es ahí donde aparecen actividades e iniciativas como la RAJAP, que realizó el Índice de Estigma y Discriminación, el primer estudio a nivel mundial realizado por personas con VIH y cuyo público objetivo son personas con VIH, principalmente las juventudes», siguió.

«Ahí se revelaron un montón de hallazgos que son claves y de los que el Estado debería tomar nota para la elaboración de políticas públicas», resaltó el coordinador de la RAJAP en la Ciudad de Buenos Aires. Cinco de cada diez personas aseguraron que no se respetó la confidencialidad de su diagnóstico; ocho de cada diez admitieron tener o haber tenido dificultades para revelar su diagnóstico positivo; el 16 por ciento de les encuestades dijeron haber sido obligades a hacerse la prueba de VIH o a divulgar su estado serológico para aplicar a un trabajo u obtener un plan de pensión; dos de cada diez personas desconocen que existe una Ley de Sida. Estos son algunos de los datos que se desprenden del estudio en el que participaron 948 personas con VIH de las regiones del AMBA, NOA, NEA y Cuyo.

Al mismo tiempo, la investigación permitió observar que -dentro de las poblaciones clave- es mayor el índice de estigma y discriminación por su identidad de género u orientación sexual que por su estado serológico. Mientras que el 47 por ciento de los hombres que tienen sexo con otros hombres expuso haber sido discriminado por su familia debido a su orientación sexual, el 25 por ciento contó haber atravesado por esa situación al ser seropositivo. Por otro lado, se evidenció que entre las personas con VIH quienes más sufren la discriminación, el estigma y la violencia son las mujeres trans (18%), las mujeres de los pueblos originarios (54%) y las mujeres migrantes (48%).

Actualmente, se estima que hay en nuestro país unas 136 mil personas viviendo con VIH y durante al menos los últimos diez años se viene sosteniendo una tendencia de crecimiento que marca una suba de cinco mil casos anuales. «Evidentemente hay una respuesta que no está llegando», dijo el integrante de la RAJAP. En ese sentido, las organizaciones de la sociedad civil vienen peleando desde hace años por la actualización de la Ley de Sida y proponen una nueva ley de VIH, Hepatitis Virales, Tuberculosis e ITS. El proyecto, presentado por tercera vez luego de haber perdido estado parlamentario en dos oportunidades, ya cuenta con el dictamen favorable de todas las comisiones para pasar a la Cámara de Diputados. Lo único que falta ahora es que los diputados y las diputadas pongan la fecha y definan cuándo se discutirá y votará en el recinto el proyecto por el que miles de personas vienen luchando incansablemente.

«La nueva ley de VIH va a ser el puntapié para que podamos ahondar y conocer mucho más en profundidad cuál es la situación de las personas con VIH, porque todos los datos que tenemos hasta el momento los generamos nosotres mismes desde las organizaciones, que somos quienes conocemos el territorio y quienes nos enfrentamos día a día a las distintas situaciones que vivimos las personas con VIH en todos los ámbitos», remarcó Manuel Ferreiro. Y agregó: «Una vez que conozcamos realmente y tengamos evidencia empírica acerca de los niveles de estigma y discriminación, acerca de los determinantes sociales que influyen en que una persona pueda conocer su diagnóstico, que pueda ir a un centro de salud, que pueda sostener una buena adherencia, lo que no implica simplemente tomar una pastilla todos los días sino hacerse los chequeos correspondientes, atender su salud, poder decidir si uno quiere tomar la pastilla o no, o preguntarse por qué uno quiere tomar la pastilla o no».

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Christopher Loyola

Estudiante de Edición (FFyL-UBA), Presidente del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras (CEFyL).