Astromostra: «El pensamiento astrológico puede convivir con la ciencia»

🙌 Luego de participar en el segundo episodio del podcast Griterío, Astromostra conversó de manera extendida sobre la falsa dicotomía ciencia-astrología y el vínculo con los feminismos.

Foto: Lau Castro para Agencia Presentes

Poeta, actor y dramaturgo, Gael Policano Rossi, más conocido como Astromostra, se define como astrólogo de internet. Mientras asegura que su relación con la astrología tiene que ver con lo lúdico, su interacción en redes está marcada por la misma ironía espontánea y verborragia con la que habla. Para él, la práctica astrológica no se trata de un conocimiento estático sino de un suceso dinámico, relacionado con el lenguaje, la creatividad, el libre juego y la poesía. Frente a los postulados cientificistas que la deslegitiman, separa la astrología de los discursos new age y advierte que no se trata de unificar narrativas sino de poder desentrañar las particularidades.

Luego de participar en el segundo episodio de Griterío, el podcast de El Grito del Sur, Astromostra conversó de manera extendida sobre la falsa dicotomía ciencia-astrología, el vínculo con los feminismos y los memes astrológicos.

¿Cómo llegaste a la astrología?

A mi siempre me gustó la astronomía, uno de mis primeros juguetes fue un telescopio, soy de la generación que vio los Caballeros del Zodiaco y Sailor Moon. A los 17 años empecé a trabajar en un call center como psíquico por mensaje de texto para Estados Unidos, es decir que chateaba con personas que mandaban mensajes tipo “TAROT” al 2020. Parte de la bibliografía que nos daban era de astrología y eso me empezó a llamar la atención sobre ese compost de símbolos y arquetipos que hace la astrología occidental. A partir de allí me puse a investigar y buscar textos. Mucha de mi formación autodidacta tiene que ver con internet, con una circulación de la información que ahora no existe porque está mucho más centralizada, aun en los espacios que se manejan con copyleft. 

¿Qué es lo que te atrajo de ella?

Nosotros en Occidente tenemos una astrología moderna y flexible, juguetona, poética, frente a otras culturas donde aún se considera que hay un designio divino que marca tu vida según las estrellas. Esta capacidad de entender el destino como un hecho dinámico que todo el tiempo se actualiza y que no está prescrito es una de las cosas que más me gusta y por las cuales considero la astrología como una práctica de la invención, del libre juego, del poema y de la creatividad. Lo que se pone en juego en una consulta astrológica es nuestra capacidad de inventar problemas. 

En ese sentido podría tener incluso una relación con la psicología, en el sentido de buscar maneras de entender nuestra mente…

Yo no soy psicólogo, aunque me encanta el psicoanálisis y esa manera de entender el habla. Como dice Lacan, no podemos hablar solos y ya sea en esa persona que manda un mensaje de texto, en una consulta astrológica o en un tweet sobre los signos siempre hay alguna metáfora que entorna la puerta. Yo no vengo a resolver nada con la astrología, yo estoy viendo un gráfico, una forma que se despliega y no tengo por qué petrificar o juzgar al otre por eso. En ese sentido, la astrología y la psicología se encuentran en el campo de lo extra moral, esta idea de que más allá de lo que está bien o mal hay algo que te está pasando y yo lo estoy escuchando. 

Foto: Sebastián Freire

¿Qué pasa con la supuesta dicotomía entre ciencia y astrología?

Se tendría que entender una definición muy vaga de lo que la astrología hace para pensar que busca ser conocimiento científico. Lo que la astrología hace es una operativa simbólica, hermenéutica a partir de asociaciones libres, metáforas, supersticiones y aforismos que han persistido a lo largo de la historia. En todo caso, la astrología es un arte de la interpretación y de la opinión y eso ya lo sabían los antiguos cuando hacían sus observaciones. Tanto la carta natal como el horóscopo son una observación, un ángulo, un punto de vista, una mirada sobre un momento, un día o una hora que permite hacer asociaciones sobre una persona o un evento. Lo que hacemos con la astrología no es producir un tipo de verdad sino levantar una opinión a partir de asuntos totalmente azarosos, creando nuevas relaciones entre las cosas que tienen que ver con la invención y la creatividad, no con la verdad. 

A veces asociamos la astrología con postulados muy amplios, como si se pudiera englobar a toda la gente según el momento en que nació. ¿No puede resultar problemático?

No creo que sea de buena fe endilgar a un meme de Instagram la realidad de todes les nacides entre el 23 de septiembre y el 23 de octubre. Toda generalización deja de lado cosas y tampoco es tarea de la astrología petrificar a alguien en un adjetivo. Ahí es donde la astrología aprendió del psicoanálisis del siglo XX la singularidad. En ese sentido, dejamos de ver el horóscopo por considerarlo una simplificación petrificante y vemos la carta natal entendiendo que se trata de un código personal con un contexto. 

¿Y qué pasa con el horóscopo? 

Yo creo que el horóscopo es el género literario por excelencia del astrólogo, el género en el cual tiene que poder transmitir un aforismo breve, corto y contundente para una persona que tiene 5 segundos. Depende mucho de nosotros la calidad de la factura del horóscopo. En Argentina tuvimos personajes como la poeta Olga Orozco, que durante cinco años escribió el horóscopo del diario La Nación bajo un seudónimo. 

¿Por qué crees que un sector feminismo reivindica a la astrología?

No sé si la astrología es reivindicada por el feminismo. Mi sensación es que la astrología no es reivindicada en ningún lado. Sí quiero reconocer el trabajo de muchas personas que trajeron la perspectiva de género a la lectura de la carta astral. Nosotres todavía tenemos la construcción helenística en la astrología, hay muchas ideas que son absolutamente machistas y tienen unos sedimentos occidentales muy difíciles de desactivar como que lo femenino es pasivo y lo masculino activo. En Buenos Aires se consume mucha astrología porque se ha generado una democratización, especialmente con las redes sociales, que lleva a que le interese a la gente de todas las clases sociales o profesiones.

Para finalizar: ¿Pueden convivir la ciencia y la astrología?

Claro que sí. Me parece importante aclarar que lo que considerás adecuado en tu vida puede trasladarse a la astrología. Es decir, si no te gusta que venga alguien y te diga qué hacer no deberías dejar que lo haga un astrólogue por el momento en el que naciste. Les astrólogues no somos brujos, no prendemos velas, no somos antivacunas: somos gente racional como cualquier persona. Hemos visto cosas muy locas en el último tiempo pero eso no tiene que ver con la astrología. La astrología es leer las estrellas y sacar una deducción, si vos decís que respirando profundo curás el cáncer estás engañando, no haciendo una práctica astrológica. Creo que el pensamiento astrológico moderno puede convivir con la ciencia, que no es un antagonismo. Las personas conviven todo el tiempo con diferentes creencias y con la ciencia. Si está bien practicada, la astrología debería ser un acto de libertad emancipatorio que te permita hacer la tuya.

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Dalia Cybel

Historiadora del arte y periodista feminista. Fanática de los libros y la siesta. En Instagram es @orquidiarios