¿Cuál es la realidad de las mujeres con VIH en Argentina?

🗣️ "No estás sola, estás en red" es la nueva campaña de UNFPA Argentina y ONUSIDA que busca visibilizar las vulneraciones que sufren las mujeres que viven con VIH en Argentina.

Fotos: Catalina Distéfano

En el marco de los 16 días de activismo contra la violencia de género y el Día Mundial del Sida, el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) Argentina y ONUSIDA lanzaron la campaña «No estás sola, estás en red» para visibilizar las vulneraciones que sufren las mujeres que viven con VIH en Argentina. En base a un relevamiento cuali y cuantitativo, la iniciativa apunta a difundir las redes de contención existentes tanto en el ámbito estatal como en el civil, a través de servicios como la línea gratuita del Ministerio de Salud de la Nación y ONGs que brindan acompañamiento durante el diagnóstico y tratamiento.

Del estudio «Mujeres con VIH en Argentina» se desprende que 6 de cada 10 experimentaron situaciones de discriminación en su familia, comunidad, servicios de salud o centros educativos, 21 por ciento declaró que ha dejado de aplicar a un trabajo y el 28,6 por ciento de ellas dijo que alguna vez un personal de salud le aconsejó “no tener hijos”. Respecto a la violencia sexual, el 52,4 por ciento de las parejas de las mujeres entrevistadas se ha negado a usar preservativo alguna vez.

Para indagar más en la campaña, El Grito del Sur habló con Mariana Isasi, jefa de Oficina de UNFPA Argentina, quien ahondó en la necesidad de pensar en las intersecciones que atañen al VIH-SIDA, la discriminación laboral y la ausencia en la agenda de los feminismos.  

Mariana Isasi

¿Cómo surge la campaña?

La campaña cuenta con dos fines: por un lado, conocer el panorama de las mujeres con VIH y, por otro, difundir los recursos de acompañamiento. Partimos de un estudio local realizado en 2012 y diferentes estudios regionales de la IWC que demuestran que las mujeres con VIH quedan expuestas a situaciones de violencia tanto antes, lo que muchas veces genera que hayan adquirido el virus, como después, una vez que han sido diagnosticadas. A partir de allí buscamos visibilizar las organizaciones y servicios del Estado que pueden ayudar a salir de esas situaciones, dando recursos y acompañando.

¿Por qué las mujeres con VIH son menos visibles? 

Esto tiene una razón de ser y es que históricamente los varones que tienen sexo con varones han sido la población que más se ha infectado. Lo que sucede con las mujeres es que, si bien son un grupo menor, está demostrado que la mayoría se han infectado de sus mismas parejas lo que da pie a pensar en la violencia, el consentimiento, el abuso sexual y la imposibilidad de negociar el uso del preservativo. Todos los datos recabados nos ayudan a la hora de pensar las políticas de prevención destinadas a este grupo.

En ese sentido tiene un gran peso el consentimiento

Si bien la confidencialidad es un derecho y une puede decidir no informar que tiene VIH a la hora de una relación sexual, es fundamental poder elegir el método anticonceptivo sin que medie opresión o violencia, que suele darse con mayor frecuencia en las relaciones heterosexuales. Ahora además está la práctica del Stealthing, que es cuando los varones se quitan el preservativo sin consentimiento en el medio de una relación sexual, lo que también expone a las mujeres cis a contraer el virus.

¿Qué pasa con las mujeres con VIH que quieren ser madres?

Respecto a la violencia obstétrica, hay mucho prejuicio. Está comprobado que las mujeres que viven con VIH indetectable no transmiten el virus durante el embarazo y parto y podrían ser madres sin inconvenientes. Lo que aún no es seguro es lo que pasa durante la lactancia y por eso no se recomienda. Es necesario que los servicios de salud dejen de estigmatizar a las mujeres con VIH que quieren ser madres porque pueden causar grandes daños, llegando incluso a haber esterilizaciones. En muchos casos, cuando las mujeres con VIH se enteran que están embarazadas no quieren contarlo, transitando por el sistema de salud con cierta clandestinidad o llegando con embarazos muy avanzados, lo que también es un riesgo.

Cuando hablas de clandestinidad y de ocultamiento pienso en las personas con VIH en el ámbito laboral. ¿Qué sucede con eso?

Eso es un problema tanto para quienes son diagnosticadas cuando están trabajando como para quienes tienen que buscarlo. En el primer caso, generalmente las mujeres optan por no informar que tienen el virus en sus trabajos por miedo a ser discriminadas. En el segundo deciden no buscar trabajo registrado o pasan todas las instancias hasta que se hacen el análisis de sangre, lo que deja pensar que se están haciendo testeos de VIH sin consentimiento, algo que es un delito. De a poco, algunas empresas se van capacitando y están tomando personas con VIH que son visibles, pero todavía queda mucho estigma.

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Según el 38° boletín de respuestas al VIH y las ITS en Argentina, presentado el último 1 de diciembre, actualmente en el país 140 mil personas viven con VIH, de las cuales 17 por ciento no conoce su diagnóstico. Entre el 83 por ciento restante, poco más que el 29 son mujeres cis, el 69,5 en varones cis y el 1 por ciento en mujeres trans.

Si bien la edad de diagnostico puede ubicarse en los 32 años desde hace más de cinco, en los últimos dos la edad en la cual las mujeres cis han sido diagnosticadas fue en aumento. El diagnóstico de mujeres cis mayores de 50 se suele relacionar directamente con el abandono de los métodos de barrera durante la menopausia.

Además, al no contemplar la posibilidad de infectarse con VIH, muchas veces son las que llegan más tarde al diagnóstico, aumentando la posibilidad de llegar al estadio de SIDA donde se generan las enfermedades vinculadas y se puede llegar a la muerte. “Muchas veces, la educación sexual integral y las campañas de información están más ligadas a la prevención del embarazo que a la transmisión de ITS, por lo cual cuando las personas gestantes entran en la menopausia dejan de utilizar métodos de barrera, aumentando el riesgo de contraer el virus. Por eso es fundamental insistir en que el único método que previene el VIH es el preservativo”, agrega Mariana.

En ese sentido, ¿qué sucede con el preservativo vaginal?

Hace poco presentamos el estudio “Aceptabilidad del preservativo vaginal entre mujeres adolescentes y jóvenes del AMBA”, que, si bien tiene cierto sesgo porque se realizó con personas que estaban interesadas en participar, demostró que una amplia mayoría de mujeres (80 por ciento) lo volvería a usar y lo recomendaría (96 por ciento). Esto es una novedad respecto a los estudios realizados anteriormente y es sumamente positivo, ya que es un método de barrera que da más autonomía a las personas con vulva. De hecho, el Ministerio de Salud va a estar comprando preservativos vaginales para ser distribuidos desde el año que viene.

Para finalizar, ¿crees que las mujeres con VIH están ausentes en la agenda de los feminismos?

Creo que toda la agenda del VIH ha perdido algo de relevancia pública, tanto por el avance de los tratamientos, que es algo positivo como luego de los ’90, donde los activismos tuvieron mucha pregnancia. Si bien aún es más dificil visibilizar a los varones con VIH que tienen sexo con mujeres, yendo a la pregunta, las mujeres con VIH son una población que ha quedado rezagada, por eso la campaña busca visibilizarlas como sujeto político. A su vez estamos trabajando con el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad para que se piensen políticas específicas que puedan colaborar desde su rol de rectoría. La idea es intentar que el VIH vuelva a estar en la agenda de quienes están desarrollando políticas públicas.   

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Dalia Cybel

Historiadora del arte y periodista feminista. Fanática de los libros y la siesta. En Instagram es @orquidiarios