16 años, un control policial y un tiro en el pecho para terminar con su vida. La historia de Luciano Olivera conmociona al país y la investigación por el asesinato ya comenzó a sacudir el escenario provincial. Eduardo Vulcano, máximo responsable de la Policía de Seguridad Comunal de General Alvarado, había asumido a principios de año y este domingo 12 fue desplazado del cargo por orden del Ministerio de Seguridad bonaerense con el objetivo de que la investigación “se pueda realizar con todas las facilidades”. En su lugar asumirá José Ramón Segovia, quien hasta el momento se desempeñaba al frente de la Superintendencia de Seguridad Región Atlántica II.
Luciano, vecino de Miramar, fue asesinado -mientras manejaba su moto Yamaha YBR 125- por un policía que estaba al frente de un operativo de control vehicular en la avenida 9 de la ciudad costera. Tras conocerse el caso, el agente declaró que se trató de un «accidente» pero aún no se han esclarecido las circunstancias en las que se produjo el homicidio. De hecho se especula con que el policía acusado, Maximiliano González (25 años), vivía en el mismo barrio que Olivera y que hace tiempo venía hostigando al muchacho y su grupo de amigos. El joven -que salía de jugar a la pelota- murió en la calle alrededor de las 4 de la mañana, minutos antes de que llegara la ambulancia.
Tanto el intendente de Miramar como el ministro de Seguridad de la Nación criticaron el hecho. «En las fuerzas de seguridad hay estúpidos que actúan como mafiosos», señaló Aníbal Fernández. Sebastián Ianantuony, intendente de General Alvarado, argumentó en declaraciones con la AM 750: «Repudiamos este tipo de accionar, pero queremos saber qué sucedió y ver, en función de eso, cómo actúa la Justicia”.

El policía imputado está acusado de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por ser funcionario policial en cumplimiento de sus funciones”, permanece alojado en la Unidad Penal 44 de Batán y tanto su arma reglamentaria como los casquillos encontrados en la escena del crimen están siendo peritados por los investigadores. Fuentes del caso señalaron que existe una cámara de seguridad que podría aportar imágenes relevantes para esclarecer la situación en la que se dio la muerte.
Desde Correpi denunciaron el hecho y enfatizaron en la sistematicidad de las prácticas de hostigamiento policial en la región. «Hace tan solo una semana, en Mar del Plata, acompañamos a Gonzalo, un pibe de 15 años, internado en el Hospital Interzonal con desplazamiento de páncreas y múltiples fracturas, producto de una feroz golpiza propinada por efectivos de la Bonaerense. Sus palabras y las de sus amigxs fueron concisas: Cuando vamos en moto y nos quieren parar, no frenamos porque sabemos que nos tienen de punto. Nos van a detener y cagar a palos como hacen siempre”, señaló en un comunicado la organización antirrepresiva.