Los agrotóxicos están en nuestros cuerpos

☠️ La campaña #BastaDeVenenos busca concientizar sobre el uso de agrotóxicos. La Argentina es el país que más litros de químicos per cápita utiliza.

Este viernes 3 de diciembre fue el Día Mundial de Lucha contra los Agrotóxicos y un grupo de la sociedad civil compuesto por científiques, activistas y personalidades de la cultura y los Derechos Humanos llevó adelante la campaña #BastaDeVenenos para concientizar sobre el daño que generan los agrotóxicos y la necesidad de apostar por un nuevo modelo productivo.

Como parte de la campaña, hicieron una protesta y un proyectorazo frente a La Rural. “Las personas que viven en la ciudad consideran que éste es un problema de los pueblos rurales, pero queremos que comprendan que esto nos afecta a todos, que los agrotóxicos están en nuestros cuerpos, en el agua, en el aire, en los alimentos”, dijo a El Grito del Sur Alicia Massarini, doctora en Ciencias Biológicas, docente e integrante de la Unión de Científicxs Comprometidxs con la Sociedad y el Ambiente de América Latina (UCCSNAL) y del grupo GESTAcolectiva (Grupo de Epidemiología, Salud, Territorio y Ambiente).

Según explica la campaña, desde 1996 que en Argentina se permiten los agrotóxicos y en 25 años su uso aumentó un 1200 por ciento. Esto convierte al país en el que mayor tasa de aplicación por persona del mundo tiene: 12 litros por persona al año. Estos químicos son tóxicos, destruyen la biodiversidad y pueden producir cáncer, abortos y malformaciones, entre otros problemas de salud.

“Como parte de la campaña, distintas personas conocidas que viven en el ámbito urbano donaron muestras de orina que fueron llevadas al laboratorio y a partir de esos análisis se demostró que hay presencia de agrotóxicos en sus cuerpos”, contó Massarini. Entre las personalidades que se sumaron a la campaña están Nora Cortiñas, Julia Mengolini, Leonardo Sbaraglia, Susy Shock y Francis Mallmann, entre otros.

Massarini subrayó que es importante tener en cuenta que los agrotóxicos afectan directamente a 12 millones de personas en la zona central de Argentina, pero que llegan al resto de la población a través de, por ejemplo, el agua de lluvia. “En la fumigación se forman cristales de glifosato y vapores de agrotóxicos. Son transportados por el viento y se disuelven en la lluvia”, explican en los materiales de difusión de la campaña.

“Tenemos explicaciones científicas, argumentos. Acá no hay una salida individual, no es solo comiendo productos orgánicos y dejando los ultraprocesados, necesitamos un cambio profundo en la manera de producir, un cambio colectivo, cultural y una lucha política que permita avanzar en el acceso a la tierra para los pequeños productores sin los cuales es difícil que un proyecto agroecológico pueda prosperar”, exigió Massarini.

Además, otras de las exigencias son no plantar más trigo transgénico, que no se siga avanzando en la frontera agropecuaria y exigir políticas públicas que puedan hacer una transición a un modelo agroecológico. “El cambio vendrá de abajo hacia arriba porque la clase política está abroquelada al modelo agrotóxico y éste es insaciable, todo lo invade y lo contamina”, agregó la doctora en Ciencias Biológicas.

“El modelo agroecológico es sustentable, se puede sostener a través del tiempo sin agotar el suelo, sin destruir ecosistemas y produce variedad y diversidad de alimentos sin agrotóxicos. Incluso se producen cereales en mayor escala de manera agroecológica, sin venenos, y hay productores que lo hacen con buenos rendimientos económicos -apuntó-. Necesitamos hacer llegar este grito de ‘Basta de venenos’ que enferma a tanta gente y compromete el futuro y la calidad de vida de futuras generaciones”.

Compartí

Comentarios

Ludmila Ferrer

Periodista y Licenciada en Comunicación Social (UBA). Escribe también en Página/12 y sigue más podcasts de los que puede escuchar.