Este martes, el Ministerio de Turismo de Chubut denunció al dueño de un campo lindero a la Reserva Natural de Punta Tombo, donde habita la colonia más grande de pingüinos Magallanes del mundo. El hombre abrió un camino con una topadora y aplastó a ejemplares adultos de las aves y más de cien nidos con pichones. El Ministerio de Ambiente de la Nación también anunció que se presentará ante la Justicia. Sin embargo, todavía no está claro quién es el responsable y en medio del desastre ambiental hay una disputa familiar.
“Mató a los pingüinos para facilitar su paso hacia la playa -dijo el ministro de Turismo y Áreas Protegidas de Chubut, Enrique García-. La persona, que ya está identificada, abrió una calle y cercó una parte del terreno. Para esto aplastó los nidos de los pingüinos y mató a las madres que estaban dentro de ellos”.
El ministro Juan Cabandié, por su parte, confirmó que “vamos a denunciar penalmente a los responsables de la matanza de pingüinos que se produjo en Punta Tombo”. “Este daño ambiental es irreparable”, afirmó y agregó que envió a Chubut a la Brigada de Control Ambiental del Ministerio “para inspeccionar el campo donde ocurrió este delito”.
«Estamos comprometidos con el bienestar animal y es por eso que vamos a buscar todas las herramientas normativas y de gestión para que estos hechos de maltrato se castiguen y no se vuelvan a repetir», remarcó Cabandié.
Asimismo, Enrique Viale, integrante de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas, confirmó que «vamos a solicitar a la Justicia de Chubut que se impute el delito de maltrato animal, en concurso con los delitos de Daños y Estrago» y que pedirán el embargo del campo para que se destine a la ampliación de la Reserva.
Todavía resta saber el resultado de los peritajes para determinar el número exacto de pingüinos que fueron asesinados. Según un informe realizado por los investigadores Pablo Garcia Borboroglu y Laura Reyes publicado por la agencia Adnsur, habrían aplastado 146 nidos, lo que resultó en la muerte de 292 pichones. Aún se desconoce la cantidad de ejemplares adultos muertos.
Después de un allanamiento, la fiscal de Rawson, Florencia Gómez, confirmó que “hay una persona sindicada como presunta autora de los hechos”, aunque no fue identificada, y que el martes al mediodía ingresó una denuncia “en la que uno de los propietarios denuncia la intromisión de una tercera persona que todavía no está identificada”.
Por lo que se sabe hasta el momento, los dueños del campo serían dos hermanos, Luis Alberto y Ricardo, y también estaría involucrado el hijo de este último. El terreno fue heredado por los hermanos que lo subdividieron entre “La Perla” y “Punta Clara”. Y Luis Alberto, dueño de la primera estancia, sería quien presentó la denuncia contra Ricardo.
“El daño ambiental se hizo dentro de la propiedad de mi cliente, usurpándola e invadiendo su propiedad”, dijo al Diario Jornada Eduardo Uzcudún, abogado de Luis Alberto. Según el letrado, el hijo de su cliente “se encontró con que se levantó un alambrado electrificado y que se abrió un camino paralelo al alambrado”. El cerco, además, estaría electrificado.
“Los animales no podían transitar libremente, ante eso mi cliente acudió a la reserva y realizó la denuncia”, agregó Uzcudún.
Luego de la denuncia que recibió por parte del gobierno de Chubut y la intervención del Ministerio Público Fiscal, Ricardo negó que hubiera aplastado a las aves. “No hay ningún pingüino muerto en el lugar, más allá de los normales en la Colonia que sí, obviamente hay pingüinos muertos porque se pelean entre ellos y también hay cantidad de pichones muertos porque estamos en época de pichones y cuando los pichones son chicos son más vulnerables a los factores”, dijo al medio Nova.
Ricadro admitió haber sido él quien mandó a construir el alambrado electrificado para proteger a las vacas que cría. “Nunca hubo ningún pingüino electrocutado ni tampoco iba a pasar porque el alambre está puesto a 70 centímetros que es para la vaca y ningún pingüino mide esa altura”, se defendió. La misma versión dio su hijo.
Pero todavía es necesario que se realicen los peritajes para determinar lo sucedido.
