239 millones de pesos es el monto que deberá pagar la empresa EDESUR por «la deficiente calidad de servicio y la atención brindada a las personas usuarias». Así lo dispuso en sus primeras dos resoluciones de 2022 el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), que además señaló que un 40% del gravamen corresponde a no haber informado con anterioridad sobre los incumplimientos en la prestación del servicio. Desde el organismo aseguraron que la multa se aplica en función a la información recolectada por su Base de Datos para el Seguimiento de Cortes, que funciona desde agosto pasado con el objetivo de monitorear este tipo de situaciones.
Según datos oficiales, unos 148.000 hogares no tuvieron luz durante los festejos de Año Nuevo. De este total, 107.134 corresponden a clientes de Edesur y 41.223 de Edenor. En la Ciudad de Buenos Aires, el corte fue transversal y los barrios más afectados fueron Barracas, Boedo, Caballito, Floresta, La Boca, Liniers, Montserrat, Monte Castro, Nueva Pompeya, Parque Chacabuco, Retiro, Villa Crespo y Villa Lugano. Hasta este martes seguían los cortes de luz, sobre todo en Caballito, Villa Crespo y Mataderos.
Testimonios desde el barrio
Claudia vive en Mataderos, en el barrio Naón, justo en el límite con Liniers. Cuenta que los cortes comenzaron el 21 de diciembre y en algunas zonas se extienden hasta el día de hoy. «Llamamos a la empresa y nos responden que están trabajando. En el ENRE nos dan un número de reclamo y no te permiten hacer una nueva denuncia dentro del plazo de las próximas tres horas. Así estamos desde el 30 y así estuve hasta el domingo a la noche», explicó en diálogo con El Grito del Sur. «Acá lo único que hicieron fue poner generadores que van sacando de un lado y poniendo en otro. A mí ayer me dieron luz, pero se la quitaron a los vecinos de la manzana de atrás. Están emperchando, es una cura paliativa para que no molestemos tanto», agregó.
Les vecines de Mataderos se organizaron para protestar y salieron a cortar las calles para visibilizar el reclamo. Lo mismo pasó en varios barrios, entre ellos Caballito. Facundo, vecino de este barrio del centro de la Ciudad, comentó: «En Caballito el corte empezó el miércoles 30 a las 4 de la tarde y nuestra fase en particular aún permanece cortada desde hace más de siete días. Hay otras fases que se fueron cortando de manera alternativa, pero nosotros seguimos sin luz de manera continuada», explicó. «Hay una heladería de la cuadra que hoy ya no va a atender al público porque la máquina que produce helado ya no está funcionando. Otros negocios tuvieron que regalar la mercadería porque se cortó la cadena de frío».
«Esto pasa más en el sur de la Ciudad. Nos da mucha rabia. Nosotros perdimos mucha comida porque nos van dando un horario, comprás hielo pero al final comprás comida a lo pavote. A mí además me quemaron dos aires acondicionados», agregó Claudia, quien además señaló la preocupación por la oscuridad que se vive en el barrio a la noche por la carencia de suministro eléctrico.
En Caballito, les vecines se organizaron para protestar. «Empezamos con algunos cortes para visibilizar el tema. Comenzó con gente que tiene a sus padres adultos mayores y se veían muy angustiados por la falta de respuestas», señaló Facundo. El joven comenta que los cortes de calles generaron un impacto pero también habilitaron un conflicto entre vecines, ya que la protesta inicial incluyó la quema de neumáticos. «Nos parece una mala idea de reclamo, pero al mismo tiempo posibilitó que varios vecinos podamos conocernos para reclamar de conjunto». Facundo comentó que empezaron siendo ocho personas en la manifestación, pero que cuando el corte de luz se extendió a todo el barrio se sumaron más vecinos y vecinas.
«Estas empresas monopólicas deberían estar mejor controladas. No sé si es por el calor, o por un tema político pero la cuestión es hasta cuando uno puede manifestarse de manera controlada pero hay un punto de no retorno», concluyó este vecino de Caballito. Mientras tanto, la multinacional Entel, que controla EDESUR, continúa con niveles casi nulos de inversión y presiona mediante lobbistas y operadores para una actualización tarifaria. ¿Será hora de pensar una estatización de las empresas eléctricas del país?
