«Muchos compañeros están deprimidos, agotados, exigidos y no llegan a fin de mes»

🤕 De los aplausos a los insultos. ¿Cómo afectan los dos años de pandemia a las y los trabajadores sanitarios? ¿Qué es el síndrome de burn out y por qué sería importante medir esta variable?

«Recuerde que la persona vestida como astronauta con más de 30º es alguien como usted que no le pregunta ni le cuestiona si se cuidó lo suficiente. Lo hace sin juzgar porque es el trabajo que eligió. Porque hace dos años que le pone el cuerpo a la pandemia y hace lo mejor que puede». Las palabras escritas en letra Arial y repartidas en un volante en blanco y negro pertenecen al Hospital de Campaña Escuela Hogar de la provincia de Corrientes pero bien podrían replicarse en Pinamar, el Hospital Durand o cualquiera de los puntos del país donde miles de profesionales de la salud atienden a destajo a las personas que se acercan para hisoparse. A dos años del inicio de la pandemia, la presión sobre las y los trabajadores sanitarios se ha plasmado en un profundo desgaste de la salud mental y física de muchos profesionales. La nueva ola masiva de contagios -que ha batido récords en el país y el mundo- pone a prueba a un sector que ha vivido el COVID-19 en primera línea y que continúa combatiendo los efectos de la pandemia.

«Los daños de salud se ven en la depresión: tenemos muchos compañeros deprimidos, agotados, exigidos y con sueldos que no alcanzan para llegar a fin de mes», explica en diálogo con El Grito del Sur Héctor Ortiz, enfermero del Hospital Durand. «El 40 por ciento de la enfermería tiene problemas cardíacos, hipertensión, diabetes y nadie se encarga de controlar eso. Tenemos compañeros que terminan hablando solos, que atraviesan problemas de separación, de no poder estar con sus hijos por el abandono que tienen que hacer por este trabajo. El Estado tiene que atender estos problemas de salud», agrega. El esquema en la Ciudad de Buenos Aires -donde trabaja Héctor- es aun más preocupante: hay alrededor de 4.500 licenciados en enfermería que no son reconocidos como profesionales y a quienes el Ejecutivo porteño les paga como si fuesen administrativos.

Entre el burn out y la incertidumbre

El síndrome de burn out o desgaste profesional es un «estado de agotamiento mental, emocional y físico que se presenta como resultado de exigencias agobiantes, estrés crónico o insatisfacción laboral». Suele ser detonante de otras enfermedades y llega acompañado de síntomas como dolores de cabeza, náuseas o dificultades para dormir. Si bien suele recomendarse que los profesionales que trabajan bajo esquemas de alta presión puedan tener un control periódico de la incidencia de este síndrome, en Argentina no sucede.

El caso del Hospital Casa Cuna es una honrosa excepción. Allí, un grupo de residentes analiza el efecto del burn out sobre sus colegas del hospital, a quienes además se les incorpora la dimensión de la incertidumbre, asociada al aprendizaje constante a la par de su desempeño laboral. En el análisis, señalan que la pandemia afectó de sobremanera a les trabajadores del sector y que este síndrome suele ser «cada vez más frecuente entre los profesionales de la salud, con una incidencia del 25 al 60 por ciento». Además, destacan que la incertidumbre, que proviene de la carencia de conocimiento certero, agrega una importante carga de estrés psicológico asociado para les residentes. En síntesis, la investigación propone realizar un estudio que pueda evaluar si existe relación entre la incertidumbre propia de la residencia y el burn out que padecen, una idea que podría ser punta de lanza para poner el foco en los padecimientos de salud mental que viven los y las sanitaristas.

De diagnósticos y respuestas

El problema excede a nuestro país: recientemente, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) publicó un informe donde señala que el incremento de la carga horaria, la saturación de los servicios, el ausentismo, la deserción, el temor y la exposición al contagio propio y de los seres queridos -sumado al creciente maltrato- incrementa el riesgo de padecer depresión, ansiedad y síndrome de desgaste profesional así como también acarrea aumentos en el consumo de alcohol y sustancias psicoactivas. El análisis concluye enfatizando la necesidad de instalar equipos de apoyo en salud mental, detección de situaciones de urgencia y derivación a servicios especializados, en caso de ser necesario.

En ese sentido trabaja la Subsecretaría de Salud Mental, Consumos problemáticos y violencias de la Provincia de Buenos Aires. «Desde el Ministerio de Salud se desplegó una iniciativa innovadora que se llama Cuidar a los que cuidan y que incluye una vía de trabajo para el acompañamiento de los equipos de salud, tanto en contexto hospitalario como en postas sanitarias o de vacunación», explicó Julieta Calmels, responsable del área. «El programa tiene como función tanto el acompañamiento como la contención, así como instancias de reflexión y pensamiento de un conjunto de malestares que se presentaron en los trabajadores de la salud», agrega la subsecretaria.

La medida es pionera a nivel regional y desde la Subsecretaría destacan la importancia de consolidar este tipo de iniciativas. «El personal de salud, además de atender el padecimiento de la salud física, también se encontró ante la necesidad de acompañar situaciones muy límites y dolorosas, vinculadas a los fallecimientos, al sufrimiento emocional de los pacientes, a las dificultades de asistir en los procesos de enfermedad y duelo», agregó Calmels, quien llama la atención sobre el impacto de estas situaciones en la salud de les trabajadores.

El propio estudio de la OPS demuestra que la mayor carga de estrés de los profesionales médicos puede afectar la salud de los pacientes y la eficacia de la atención. Una muestra más que relevante de la importancia que tiene cuidar la salud mental de quienes nos cuidan.

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Yair Cybel

Una vez abrazó al Diego y le dijo que lo quería mucho. Fútbol, asado, cumbia y punk rock. Periodista e investigador. Trabajó en TeleSUR, HispanTV y AM750. Desde hace 8 años le pone cabeza y corazón a El Grito del Sur. Actualmente también labura en CELAG y aporta en campañas electorales en Latinoamérica.