Sin agua potable ni atención médica: huelga de mujeres y disidencias en el Penal de Ezeiza

✊🏼 Denuncian falta de agua potable, difícil acceso a la atención médica, límites en las comunicaciones, horas de trabajo impagas y hostigamiento del Servicio Penitenciario Federal.

Luego de reiteradas denuncias, mujeres y disidencias del Complejo IV de Ezeiza decidieron llevar a cabo una «huelga de brazos caídos», una medida que consiste básicamente en no ir a trabajar. La misma se mantendrá hasta que obtengan una respuesta a sus demandas. «Esta medida es absolutamente pacífica, no busca confrontar con el Servicio Penitenciario, sino que pretende hacer efectivo el respeto por sus derechos más básicos como el acceso al agua potable, la remuneración por su trabajo, el acceso a la salud y la comunicación con el exterior a través de los teléfonos», explicó en diálogo con El Grito del Sur Ema Suárez, integrante de una asamblea de organizaciones por las mujeres y trans privadas de su libertad.

Más allá de sus reclamos concretos, lo principal pasa por la conformación de una mesa de diálogo de la que participen los ministerios de Justicia y DDHH, Salud, y Mujeres, Géneros y Diversidad, la Procuración Penitenciaria, la Defensoría General de la Nación y organismos de Derechos Humanos. Allí buscan plantear varias urgencias: la falta de acceso al suministro de agua potable, las complicaciones para acceder a la atención médica y el maltrato al que se exponen, las limitaciones impuestas en la comunicación de adentro hacia fuera y de afuera hacia dentro del Penal, el adeudamiento del pago de las horas trabajadas durante el mes de diciembre, y el hostigamiento que reciben por parte del Servicio Penitenciario Federal tras las protestas.

Así se ve el agua que sale de las canillas del Comple IV de Ezeiza.

«La situación actual de las mujeres y disidencias privadas de libertad en el Complejo IV es crítica», aseguró Suárez. «Están sin agua potable y con un suministro mínimo de bidones que no alcanza a cubrir ni la cuarta parte de las necesidades de cada persona alojada en esa unidad. Esta semana pronostican calores que superan los 35 grados, estar encerrada en esos pabellones que parecen hornos sin poder acceder a agua potable es tortura -denuncia-. Producto de la mala atención médica, a la que se suman los malos tratos, la discriminación, el desprecio por sus cuerpos, y la indiferencia ante sus dolencias -un reclamo histórico de las personas privadas de su libertad-, están solicitando que intervenga el Ministerio de Salud de la Nación», describió.

El principal motivo de la huelga de brazos caídos -cuenta la integrante de la asamblea- es la falta de pago de las horas trabajadas durante el último mes de 2021. «El Servicio Penitenciario hizo pagos arbitrarios, de montos mínimos, y en algunos casos ni siquiera los hizo. Hay que tener en cuenta que muchas compañeras mantienen a sus hijes con su peculio y que ese dinero es sacado del Penal para que sus familias sobrevivan; y para otras compañeras, las extranjeras, es su única forma de sobrevivir allí dentro porque con lo poco que te da el Penal nadie come, ni se higieniza, ni vive», expuso Suárez.

Por otro lado, advierten que la pandemia habilitó, entre otras cosas, el autogobierno de los Servicios Penitenciarios del país, ya que se manejaron sin mucho control externo debido al poco ingreso de instituciones del Estado, universidades, organizaciones y otros actores sociales que, previo a la pandemia por COVID-19, recorrían diariamente las cárceles.

Cuando las organizaciones tomaron conocimiento de las distintas problemáticas que denuncian las personas privadas de su libertad en el Complejo IV de Ezeiza se comunicaron con la Procuración Penitenciaria de la Nación, la Subsecretaría de Asuntos Penitenciarios y la Comisión de Cárceles de la Defensoría General de la Nación, quienes informaron que ya se habían realizado algunas presentaciones al respecto. Allí también les informaron que el presupuesto para la construcción de un nuevo pozo de agua había sido aprobado y que en el transcurso de la semana debía comenzarse la obra. Por otra parte, notificaron de la realización de los reclamos correspondientes a la empresa telefónica para solucionar el tramo de cable faltante para dar comunicación saliente a toda la unidad, ya que por el momento se pueden realizar llamadas al exterior, pero no se pueden recibir. Resta resolver aún el adeudamiento de las horas de trabajo de diciembre, para lo que se comprometieron a revisar caso por caso, y aún no hay información sobre si se conformará efectivamente la mesa de diálogo que solicitan, en la que buscan plantear, entre otros ítems, la problemática del acceso a la salud.

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Christopher Loyola

Estudiante de Edición (FFyL-UBA), Presidente del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras (CEFyL).