En tiempos donde los videos en TikTok y los reels de Instagram circulan hasta el cansancio y los consumimos aún sin tener la decisión consciente de hacerlo; en tiempos donde las aplicaciones nos muestran coreografías y recreaciones de guiones que conocemos hasta el hartazgo, existe un equipo de artistas con perspectiva de género que practican, producen y difunden la performatividad, una acción que irrumpe en la realidad y que se representa como una forma de liberación. Un proyecto que se fundamenta en la idea de una cultura en movimiento y en permanente transformación.
El Proyecto Corporalidad Expandida surge en 2014 y está compuesto por artistas, gestoras y gestores de la cultura e investigadoras e investigadores de áreas multidisciplinarias. Es un espacio performático que promueve, produce y difunde producciones escénicas vinculadas al movimiento de las y los cuerpos y corporalidades que son mediadas por la cámara y las nuevas tecnologías.
“Nuestras líneas fundamentales están relacionadas con la perspectiva de género y los transgéneros. Alentamos y somos parte de las expresiones y voces propias. En este sentido, nos interesa la posibilidad de abrir canales de circulación, difusión y de encuentro”, explica Ladys González, directora y productora del Proyecto.
Las producciones realizadas por el Proyecto Corporalidad Expandida tienen su independencia y autonomía, y cada producción se enmarca en contextos sociales que son propios. En este sentido, la territorialidad y los espacios sociales particulares cobran especial relevancia porque es desde ahí que se desprenden los mensajes de cada colectivo y cada una de las comunidades representadas e implicadas.
“Nos define la performatividad entendida como la posibilidad de crear, recrear y reescribir las corporalidades. Esto significa la generación de contenidos que vinculen a las memorias colectivas, las culturales y las cosmovisiones con los territorios en movimiento, la búsqueda de transformación social y de nuevos horizontes emancipatorios por un buen vivir colectivo”, analiza Wanda López Trelles, directora y productora junto con Ladys.
Uno de los proyectos que lleva adelante el equipo es el Festival Internacional de Corporalidad Expandida (FICCE) que este año realizará su 4ta edición del 13 al 17 de octubre, cuya convocatoria abierta a la presentación de cortometrajes se encuentra en curso hasta el 31 de marzo. Este Festival Internacional tiene lugar cada dos años y en esta ocasión tendrá su sede en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En cada edición del Festival, los contenidos audiovisuales presentados se encuentran estructurados bajo la construcción de “lemas”, entendidos como disparadores que permiten abrir espacios donde se generan preguntas e intercambio de saberes.
Durante las tres ediciones anteriores del FICCE se presentaron en total 222 cortometrajes, seleccionados en más de 25 países, bajo lemas que giraron en torno a la cuestión de géneros, la memoria y lo social. Este año la convocatoria está vinculada a producciones audiovisuales y multimediales cuyas expresiones artísticas aporten, a través de relatos e historias, reflexiones sociales y culturales en torno a las Ancestralidades y el “de-venir”.
Además, el FICCE es también un espacio de encuentro e intercambio, ya que durante su desarrollo se llevan adelante talleres, conversatorios y las proyecciones de los cortometrajes. La programación de la 4ta edición combinará instancias de proyección, formación e investigación, conversatorios y fortalecimiento federal, muestras, talleres, performances e instalaciones multimedia y tendrá modalidad presencial y virtual.
Proyecto Corporalidad Expandida expande y amplía sus horizontes cada año tejiendo nuevas redes con comunidades locales pero también en vinculación permanente con proyectos que aportan y se complementan en otros países, cuya diversidad es tan grande como la del proyecto.
Este año, y como cada acontecimiento que sucede en el medio de los fuegos de octubre, quizás podamos dejar por un rato la inercia de la “apps” y el consumo automatizado de videos cortos, para pasar a una actividad reflexiva, profunda y de transformación.
