«No sirven las ganancias extraordinarias si no alcanza lo que se cobra mes a mes»

✊ Alejandro Crespo, secretario general del Sindicato del Neumático, habla del bono extraordinario de Bridgestone, analiza el escenario político y cuestiona el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

Esta semana, las y los trabajadores neumáticos irrumpieron en la agenda mediática luego de que se conociera que la empresa Bridgestone pagará dos bonos de 365 mil pesos correspondientes a una cláusula del año 2001 que habilita su participación en las ganancias. Con el impacto de la cifra, las miradas recayeron en el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático de Argentina (SUTNA) y el proceso que comanda su secretario general, Alejandro Crespo, un dirigente de base con orientación trotskista y un discurso combativo.

Recientemente, Crespo estuvo al frente de la manifestación que reclamó el no pago de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y, desde su lugar, cargó contra la burocracia sindical y el «ajuste del Gobierno». El Grito del Sur se comunicó con el dirigente gremial para conocer más sobre el bono récord, las paritarias en su sector y su mirada sobre la situación económica en el país.

¿Cómo se logró que los trabajadores de Bridgestone logren cobrar un bono equivalente a 730 mil pesos?

Desde 2016 se recuperó el sindicato y empezaron cambios grandes en la vida de los trabajadores. Tuvimos paritarias por encima de la inflación durante todo el período complejo de Macri y luego durante la pandemia y el ajuste de este gobierno. Y en 2021 ganamos la última seccional que nos faltaba -la de Llavallol-, que representa a los trabajadores de Bridgestone. Hemos instrumentado los reclamos pertinentes, ya que había retrasos de muchísimos años con respecto a puntos que no funcionaban: bonos mensuales que no se pagaban hace años, bonos de sector y la participación en las ganancias. Hemos incorporado 250 compañeros que estaban con contratos basura. Esa situación desató diez audiencias en el Ministerio de Trabajo, se pidieron los balances de los últimos años y la empresa anunció que iban a pagar esos bonos.

¿Creés que esta medida puede ser un punto de partida para que en otros sindicatos se discuta la participación de los trabajadores en las ganancias?

Hay que recordar que este bono surge en 2001, pero como una participación de los trabajadores en las pérdidas. En ese año la empresa simuló una crisis y la burocracia sindical firmó una rebaja salarial del 40% y, para hacer pasar ese ajuste al poder adquisitivo de los trabajadores, colocó esta cláusula como promesa de que podría complementar la situación de pérdida. Pero pasaron los años y se convirtió en letra muerta: hace 15 años no se cobraba, se cobró solo dos veces pero fueron 7 mil pesos. No se cobró durante el kirchnerismo ni en el macrismo. Actualmente, con la presión de los trabajadores y las modificaciones que se hicieron en la organización y los métodos, logramos revertir la situación. Pero con años y años de pérdida del valor adquisitivo, lo que tienen que garantizar es que el sueldo alcance para cubrir las necesidades reales de los trabajadores porque no creo que haya un proyecto que pueda decir que haya ganancias y premios extraordinarios a los trabajadores mientras no les alcanza lo que cobran mes a mes. Aparte un trabajador no puede estar atado al resultado de un balance para saber si puede alimentar a su familia.

¿Cómo viene la negociación paritaria en su sector?

Nosotros venimos de una negociación paritaria de junio a julio de 55,2% y luego desde julio de 2021 hasta aquí 50% más. Y en marzo tenemos revisión y vamos a pedir un aumento por encima del que ya tenemos, porque la proyección inflacionaria va a hacer que no nos permita ganar poder adquisitivo y tenemos que luchar contra el atraso salarial. Esto es fruto de la organización de los trabajadores, de otra forma de actuar, que permite estas conquistas.

Hace muy poco encabezaste la marcha contra el pago de la deuda con el FMI. ¿Qué capacidad tiene el movimiento obrero para sentar posición al respecto y cómo ves a la CGT y la CTA en estas negociaciones?

Está claro que el pueblo trabajador y la clase obrera no está de ánimo para sufrir otro ajuste. Y este acuerdo es sinónimo de ajuste, como siempre fue el FMI: sinónimo de miseria. Está claro que los trabajadores tienen capacidad de respuesta y que van a reaccionar ante esta circunstancia cuando se le quiera tocar el bolsillo aún más fuerte de lo que se les está tocando. Las centrales sindicales tienen que estar presionando con todas las bases para poder conseguir que realmente haya un movimiento dirigido de forma organizada que permita golpear esta situación. Tenemos que ir los trabajadores en búsqueda de las herramientas sindicales, de la dirección de la CGT y la CTA, e ir con fuerza porque un dirigente que justifica este ajuste no banca a los trabajadores.

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Yair Cybel

Una vez abrazó al Diego y le dijo que lo quería mucho. Fútbol, asado, cumbia y punk rock. Periodista e investigador. Trabajó en TeleSUR, HispanTV y AM750. Desde hace 8 años le pone cabeza y corazón a El Grito del Sur. Actualmente también labura en CELAG y aporta en campañas electorales en Latinoamérica.