Finalmente, y pese a que muchos pronósticos auguraban lo contrario, esta mañana la Federación Rusa bombardeó Ucrania dando inicio a las hostilidades en una frontera caliente. El ataque aéreo y de artillería se disparó sobre objetivos militares y los misiles impactaron en por lo menos seis ciudades ucranianas, incluida la capital Kiev y la ciudad de Lutsk, ubicada en el extremo occidental ucraniano y cercano al límite con Polonia, miembro de la OTAN.
Hasta ahora se han reportado al menos 40 militares muertos. La tensión había escalado en los últimos días luego de que las autoridades de las regiones de Lugansk y Donetsk, de mayoría rusa y origen eslavo, solicitaran apoyo militar al gobierno de Putin tras denunciar la intervención militar de tropas ucranianas.
¿Por qué se desató finalmente la confrontación armada? «Según Putin, se cruzaron las líneas rojas: Occidente no respondió a las demandas de Rusia, que exigía garantías de que Ucrania y otros países del oriente europeo no se incorporasen nunca a la OTAN», explica en diálogo con El Grito del Sur Ignacio Hutin, periodista especializado en la situación de Ucrania.
«La otra demanda era el retiro de armamento de países que son parte de la OTAN pero están cerca de Rusia. La OTAN no respondió a estas demandas y entonces, según Rusia, esto es un ataque preventivo, antes de que Ucrania atacase el Donbas, de que terminase de armarse y de que la OTAN siguiera enviando armamento a Ucrania. Es atacar antes de que lo ataquen y destruir infraestructura militar para evitar cualquier respuesta ucraniana», agrega el analista.
«Es una tragedia evitable. Estoy plenamente convencido de que había bases para evitar el conflicto pero que no se ha querido. Se ha buscado un escenario donde Rusia interviniera militarmente en Ucrania, porque si realmente fuera un conflicto entre Ucrania y Rusia se hubiera solucionado, el problema es que detrás de Ucrania están la OTAN, la Unión Europea y Norteamérica. Y no solamente no han hecho nada por buscar la paz sino que han envalentonado y enfrentado a Ucrania con Rusia, generando una situación muy peligrosa», explica Manuel Monereo, analista internacional y ex diputado español.
Ucrania es uno de los países más extensos de Europa y uno de los más pobres. Además, dentro de sus fronteras conviven dos componentes étnicos, sociales, políticos y religiosos: una parte de su población es de origen ruso y otro porcentaje se identifica más con Europa. «La única viabilidad que tiene Ucrania como país independiente es que contemple un modo de gestionar la diversidad y eso no puede ser otro que la neutralidad. Pero la OTAN y la Unión Europea consideraron que era el momento de hacer pasar a Ucrania a Occidente», señala Monereo.
Esta definición llevó a que una parte de la población pro-rusa se sublevara con apoyo del gobierno de Putin y levantara posiciones cada vez más firmes de autonomía y soberanía. Sucede que la táctica aplicada no es nueva: la OTAN tuvo este mismo modus operandi en Georgia y en Moldavia, donde apostó por rodear y asediar a Rusia.
«La OTAN es uno de los ganadores de este conflicto bélico. Saca mucho rendimiento y sobre todo consigue unificar a la población europea. El margen de maniobra de Rusia no era muy grande, pero creo que ha valorado los pro y los contra y ha evaluado que no tenía más remedio que intervenir», sentencia Monereo.
«Pero hay algo clave y es allí donde no hay que equivocarse: detrás del ataque a Ucrania está el conflicto entre China y Estados Unidos. Esa es la madre de todas las batallas. Ahora queda en un segundo plano pero continuará a partir de este momento con más beligerancia», concluye Monereo.
