El racismo recrudeció en Ucrania con el actual conflicto, pero ya venía de antes. En 2012, el ex jugador afro-ingles Sol Campbell había instado a las personas afrodescendientes a quedarse en casa a menos que quisieran «volver al ataúd» refiriéndose a la peligrosidad del racismo en Ucrania. Justo al inicio de la celebración de los Juegos Olímpicos en dicho año, el canal británico BBC reportó escenas que había filmado en Ucrania, en los que se podía ver a gente haciendo saludos al estilo nazi y emitiendo sonidos que se asemejaban a los gritos de un mono cuando aparecían jugadores negros en el campo. El 14 de octubre de 2018, más de 10.000 personas organizaron en Kiev una marcha racista, cantando ferozmente y desfilando en la noche de antorchas con letreros que decían: «Devolveremos Ucrania a los ucranianos».
Los africanos y afrodescendientes son las principales víctimas de estas manifestaciones. Solo en 2012, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) registró 204 ataques racistas en contra de personas asiáticas y afrodescendientes, que causaron 6 muertes. Cifras que aumentaron sin duda después de una década, dado que hoy en día los afrodescendientes representan el 20 por ciento de los estudiantes internacionales en Ucrania.
Por un lado, los observadores de Derechos Humanos denuncian la pasividad del Estado y la Justicia y las fuerzas de seguridad sobre estos hechos, a pesar de que las leyes y convenciones internacionales prohíben estas prácticas racistas. Por el otro, los observadores políticos ven que aumenta la base de apoyo del actual presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, a partir de la adhesión del 4 por ciento que constituye el electorado de extrema derecha.
El 24 de febrero, el presidente de Rusia Vladimir Putin lanzó una ofensiva militar en contra de Ucrania después de haber denunciado un «genocidio» de los pueblos de las «Repúblicas de Donbass y Lugansk» y el avance de la OTAN hacia el Este. Durante esta resistencia militar contra Rusia, el racismo se viene expresando en su máxima forma específicamente hacia los afrodescendientes en Ucrania debido a «la selección racial» de personas que deben salir de zona de guerra. Ya muchos africanos denuncian que no les dejan salir del país en ningún medio de transporte, dado que las personas prioritarias son «blancas».
Una estudiante nigeriana en medicina, Medyka-Shehyni, relató que después de 7 horas esperando el tren, cada vez que llegaba la guardia de seguridad la envió a la última fila y dijo que «los ucranianos primero». “Algunas de nosotras han ido a buscar autobuses, pero básicamente no permiten que los negros suban a los autobuses. Están dando prioridad a los ucranianos [blancos]. Eso es lo que dicen”, explicó Korrine Sky, otra estudiante afro de medicina de segundo año en Dnipro, al periódico Business Insider.
“En las estaciones de tren aquí en Kiev, los niños [blancos] primero, las mujeres van segundo, los hombres blancos tercero, luego el resto está ocupado por africanos. Esto significa que hemos esperado muchas horas por los trenes aquí y no pudimos entrar por esto. La mayoría de los africanos todavía están esperando para llegar a Lviv”, señaló Nzekiev, un usuario de Twitter.
«Actualmente estamos en la frontera entre Ucrania y Polonia. Su policía y el ejército se negaron a dejar cruzar a los africanos, solo permitieron a los ucranianos [blancos]. Algunos han dormido aquí durante 2 días bajo este clima frío abrasador, mientras que muchos han regresado a Leópolis tras dos días de espera en la frontera», agregó Nzekiev.
No les miran la ciudadanía ni la nacionalidad: son excluidos simplemente en base al color de piel, mientras dejan pasar a los blancos sean ucranianos o no. Cabe recordar que Ucrania cuenta con el grupo étnico afroucranianos nativos, que son generalmente ucranianos de ascendencia africana subsahariana, incluidos los afrodescendientes que se han establecido en Ucrania. Los afroucranianos son un grupo muy pequeño en la población ucraniana y se concentran principalmente en la capital Kiev.
Mientras muchos todavía no llegaron a escaparse de Kiev, que está bajo tensión, el sábado por la tarde el intendente de la capital de Ucrania anunció que «todos los civiles que estén en la calle durante el toque de queda van a ser considerados como miembros de grupos de sabotaje y de reconocimiento del enemigo». En definitiva, con el conflicto Ucrania-Rusia, es casi indudable que todas las personas afrodescendientes nativas o extranjeras son discriminadas al ser excluidas de los medios de transporte; en consecuencia, sus vidas se encuentran en peligro por el simple hecho de su color de piel.
