“El arte es algo decorativo para el Gobierno de la Ciudad”

👩‍🏫 Las escuelas medias y superiores del área artística fueron abandonadas a su suerte por el Gobierno porteño. Un informe de la Auditoría General expuso el desfinanciamiento, el abandono y una serie de irregularidades administrativas. La voz de la comunidad educativa.

Un informe de la Auditoría General de la Ciudad (AGCBA) alertó a la Legislatura y el Ejecutivo porteño sobre una serie de irregularidades en la gestión de escuelas superiores y medias del área artística. Y, en paralelo, diversos reclamos de la comunidad educativa dan relieve a estos incumplimientos.

“Auditamos la sección artística por su bajo impacto presupuestario”, detalló -consultado por El Grito del Sur– el abogado y auditor general de la Ciudad, Lisandro Teszkiewicz, que forma parte del Frente de Todos y denuncia al Gobierno porteño por “ocultar información”.

“Además de la gravedad conceptual de que dediquen poco presupuesto para la educación artística, a esas bajas partidas les imputaron gastos que son para otras áreas del ministerio”, completó.

Por su parte, Temis Saccomanno, docente e integrante de la Secretaría de Educación Artística de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), precisó a este medio que “lo que pone en jaque a estas escuelas es la adecuación a la ‘Nueva Escuela Secundaria’ (NES), porque para que ‘calce’ un Bachillerato con Orientación Artística (BOA) dentro de esta nueva estructura debería ingresar, por ejemplo, Educación Física y desaparecer la asignatura Folklore -dijo en referencia al caso de la escuela Antonio Berni-, que parece algo menor, pero no hace más que descuidar toda una historia que tienen estas escuelas, hay una falta de atención a estas cuestiones que estuvieron forjando a lo largo de décadas y de golpe están en riesgo”.
En la misma línea, mencionó el caso de la escuela secundaria de Bellas Artes Rogelio Yrurtia, ubicada en Floresta, que en febrero de 2020 inauguró un nuevo edificio, reclamado durante 10 años, donde el Gobierno de la Ciudad instaló en pleno aislamiento provocado por la pandemia una escuela primaria adentro que limita el uso que le puede dar el bachillerato al inmueble. “Los beneficios y el crecimiento a la educación artística no son reales”, resumió Saccomanno.

El reclamo de la escuela Antonio Berni


Otro tema -que también el referente de UTE calificó como “urgente”- es el caso de la Escuela Secundaria de Danzas Nº 2 “Jorge Donn”, ubicada en el barrio porteño de Vélez Sarsfield, que hace muy poco tuvo un principio de incendio a partir de un cortocircuito. “No es una situación aislada, sino que viene de muchos años de atraso en la promesa de edificación de un nuevo edificio abandonado hoy día en la misma manzana”, afirmó.

El trabajo fino

En la Ciudad hay tres históricos BOA públicos para jóvenes y adultos, donde acceden a una amplia formación en distintos lenguajes artísticos y encuentran un espacio de expresión, contención, como también un sentido de pertenencia con la escuela que favorece la finalización de sus estudios. Sin embargo, están empezando a denunciar cambios en el currícula que afectan a la esencia con la que se crearon.
Recientemente, la comunidad del BOA N°1 “Antonio Berni”, ubicado en el barrio porteño de Almagro, rechazó el intento del Ministerio de Educación porteño de sacar la asignatura Danzas Folklóricas de su plan de estudios y reemplazarla por “Educación Física” para llevar adelante la adecuación de la denominada Nueva Escuela Secundaria.
Este bachillerato nocturno fue creado junto a otros en 1974 para acercar la educación artística a los sectores populares y a les trabajadores, en especial de los barrios alejados del centro de la Ciudad, y los tres lenguajes de educación artística que presenta históricamente son: Artes Plásticas, Música y Folklore.
“Con la adecuación a la mencionada NES, la escuela pierde una especificidad y las autoridades ministeriales desvalorizan a la vez un bien cultural como es el folklore, incumpliendo con el derecho a recibir educación de folklore tal como dicta la ley nacional N° 27.535”, especificaron desde UTE.
Al respecto, Saccomano añadió que desde el año pasado hubo algunas reuniones con la conducción, y existió la posibilidad de que se le buscara una ‘alternativa’ para que esa materia que hoy día pasaría a ser Educación Física fuera dictada por profesores de Folklore, pero durante el verano la parte de Legales del Ministerio de Educación porteño no dio lugar a esta iniciativa. “El arte en la concepción del Gobierno de la Ciudad es algo decorativo”, concluyó.

Por su parte, la docente ayudante de cátedra de Danzas Folklóricas del Antonio Berni, Ebe Russo, aportó en conversación con El Grito del Sur que esta implementación de la NES les quita horas cátedra, cargos del área artística, y “no contempla las necesidades de los alumnos de esta escuela”.
En cuanto al alumnado, la docente advirtió además que si bien siempre tuvieron un “elevado” número de matrícula este año, notaron que la pandemia los afectó porque todo se tuvo que hacer virtual y en ese proceso “muchos no tuvieron conectividad ni computadora, venían a la escuela a buscar cuadernillos que a veces no los entregaban, casi todos trabajan y hacen un sacrificio muy grande, pero quedaron excluidos cuando volvimos a la presencialidad a fines del año pasado”.

Una mamuschka en el Yrurtia

Mariana Fernández Bonet tiene la triple condición de ser ex estudiante, madre de un alumno y docente de Dibujo y Pintura de la Escuela secundaria de Bellas Artes “Rogelio Yrurtia”, bachillerato donde trabaja desde hace ocho años.

“Tenemos dos pisos ocupados por una escuela primaria, que ocupa un espacio que nosotros necesitamos para poder seguir brindando las vacantes en secundario artístico que las propias familias eligen”. La situación ahora, según la docente, es de “sobrepoblación áulica” y a la vez “hay pocas vacantes” porque no les habilitan la creación de nuevos cursos ni cargos.

“Me da mucha pena porque este edificio, que es hermoso y lo peleamos muchísimo, por un capricho del Gobierno de la Ciudad crearon una escuela primaria adentro, que también hace que en el bachillerato tengamos cursos con 50 estudiantes”, explicó.

En taller, detalló, “tiene que haber una media de 20 personas máximo, porque se necesita tablero, el yeso, la arcilla, el grabado, tenemos una dinámica muy particular”.

La escuela primaria fue construida dentro del Yrurtia en 2020 en pandemia y a pesar de la resistencia de la comunidad educativa. “Es perverso”, resumió Mariana.

En ese sentido, también contó que realizan los reclamos correspondientes, pero hay una dinámica “muy oscura que es citar de a uno a las personas que convocan al área o al ministerio y hacerle aprietes. Estamos muy desamparados, te dicen que no hay presupuesto, que hagamos los que podamos, esas son las respuestas”.

Con la Nueva Escuela Secundaria, para la docente “lo único que cambió es que los chicos tienen cada vez más horas libres y menos horas de clase, porque no hay docentes para cubrir estos cargos que son imposibles de cubrir con horas y reuniones que obligan a los docentes hasta a renunciar”.

“Necesitamos presupuesto de verdad. Si la prioridad es la educación, necesitamos que el presupuesto sea acorde a esa campaña que tanto les gusta hacer”, concluyó.

Las irregularidades auditadas

El informe publicado en diciembre de 2021 por la Auditoría analizó el año 2019 y concluyó que se evidencian “fallas en el control interno de la gestión legal y financiera” del ministerio con respecto al área artística.

Entre las irregularidades halladas no se pudo seguir la evolución de la matrícula y los indicadores de los alumnos, y tampoco fue proporcionada la matrícula por el nivel de desagregación solicitado a la Dirección General de Enseñanza Artística. Como consecuencia, no fue posible verificar el cumplimiento de la meta física presupuestaria.

La misma situación se produjo con el listado de personal comprometido en estas actividades educativas, y la “inexistencia” de esta información impidió identificar si la cantidad de personal que desarrolló tareas en el área de educación artística coincidía con los datos presupuestarios.

También el informe expuso inconsistencias respecto de los gastos e indicó que más del 81 por ciento de los servicios públicos que se devengaron dentro del Programa de Educación Artística no pertenecían a establecimientos informados por la Dirección en cuestión, por lo que “las imputaciones presupuestarias no se corresponden con el programa” auditado. 

De la misma manera, el informe advirtió sobre problemas de registro de contratos de locación. “Encontramos que se pagan alquileres de inmuebles que no están asignados a escuelas de arte con la parte del presupuesto de artística, que ya de por sí es magra. Llamamos y preguntamos en determinados edificios qué funciona ahí y nos encontramos por ejemplo con que había un Centro de Formación Profesional. Que está muy bien que existan, son un proyecto muy bueno, pero no pertenecen a la educación artística”, especificó Teszkiewicz.

Lisandro Teszkiewicz, auditor porteño del Frente de Todos

Las trabas para auditar al Gobierno de la Ciudad

“A diferencia de otros ministerios, el de Soledad Acuña puso a la directora de Legales como vínculo ineludible con la auditoría, es decir que toda la información que nosotros -desde la Auditoría- pedimos al Ministerio de Educación lo tenemos que tratar con el área de Legales, quien traslada la pregunta, pero además recibe la respuesta y decide qué nos informa y qué no nos informa, por eso decimos que hay ocultamiento de información”, describe el auditor.

Este órgano de control externo del Gobierno porteño, integrado por siete miembros que representan a cada uno de los bloques parlamentarios, que la Constitución prevé sea presidido por la oposición, se encuentra en la situación donde cinco de ellos pertenecen a sectores oficialistas -debido a las sucesivas victorias electorales- y apenas dos pertenecen a la oposición, el Frente de Todos.

En ese contexto, Teszkiewicz advirtió además que el organismo de control “viene achicando año a año el porcentaje de presupuesto que audita de la Ciudad” y especificó que en el año 2007, cuando Mauricio Macri asumió por primera vez la Jefatura de Gobierno en la Ciudad de Buenos Aires, la Auditoría revisaba los programas que involucraba “el 40 por ciento del presupuesto cada año”, y hoy controla programas que significan “el 13 por ciento del presupuesto porteño”, porque mira programas que involucran menores partidas presupuestarias.

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